Tácticas de seguridad
Freddy Sánchez jueves 25, Abr 2024Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Qué hacer con la inseguridad en México.
Esa pregunta necesariamente lleva a otra: Cómo lograr que las organizaciones criminales en vez de seguirse multiplicando y fortaleciendo, en realidad se sientan en riesgo de ser perseguidas y quedar expuestas a su desarticulación total.
Esto último, por desgracia, parece haber sido una intención sexenal anulada por una historia distinta: la recomposición, expansión y diversificación del crimen organizado que quiérase o no aceptarlo se ha convertido en una especie de nuevo poder en nuestro país.
Antes fueron las acciones basadas en el uso de la fuerza pública al máximo de su potencia y desde el arribo de la 4T los famosos “besos y abrazos”, que en resumidas cuentas han llevado al mismo deplorable resultado en materia de preservar el orden y hacer respetar la ley, con un saldo nada favorable en la lucha contra el crimen.
Los líderes de las mafias del delito en algunos casos son distintos (sustituyendo a los detenidos y muertos), pero otros siguen estando a cargo de sus organizaciones criminales o sencillamente los reemplazaron nuevos jefes del hampa.
En ese sentido, hay que reconocer que ciertos grupos dedicados a la comisión de los delitos, en efecto, fueron diezmados o borrados de la geografía delictiva en territorio nacional, pero sus remanentes tuvieron un nuevo destino. Forjar otras bandas o sumarse a las más fuertes.
Y en ese aspecto es de mencionarse que el poder económico de las principales organizaciones criminales en México no parece haber resentido un daño capaz de quebrantar el poderío del incesante quehacer delictivo generador de incalculables fortunas.
Por esa razón podría llegarse a la conclusión de que más allá de la creencia sobre la efectividad de “una mano dura” para combatir el delito en manos de los cárteles comúnmente organizados igual o mejor que las grandes corporaciones de negocios en el mundo, lo que no admite duda es que los métodos ortodoxos no han servido de mucho.
Así que las herramientas contra el crimen necesitan un cambio efectivo que logre en primer lugar poner en jaque el manejo de recursos económicos para las operaciones de las actividades fuera de la ley.
Qué medidas tomar exactamente es algo que los expertos en cuestiones financieras, tareas de inteligencia anti criminal, organizadores de actividades policiacas, capacitadores de elementos dedicados a luchar contra la delincuencia, asesores independientes y estudiosos de nuevos esquemas para prevenir y perseguir el delito, evidentemente, deben aportar al ser llamados para que expongan sus ideas con miras a una nueva lucha contra los grupos criminales en México.
Y obviamente es preciso reconocer dos tristes realidades.
La primera, acerca de los tropiezos e ineficiencias que a lo largo de varios sexenios no han facilitado el éxito de una política pública que ostensiblemente mejore las condiciones de seguridad. Y lo segundo, la cada vez mayor infiltración del crimen organizado en esferas del sector público, político y empresarial.
De ahí que la futuras acciones para castigar a los responsables de un alto número de ilícitos, amerita saber escoger a los que en verdad buscan limpiar al país de las nuevas castas del delito, procediendo a la detención de delincuentes y sus protectores o asociados en la vida pública y privada.
O lo que es lo mismo: cambiar radicalmente las tácticas de seguridad.