Empresarios agachones
¬ Luis Ángel García lunes 22, Abr 2024Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Uno de los sectores más atacados y vilipendiados por el inquilino de Palacio Nacional, sus testaferros de la 4T e incluso por su títere en la candidatura a la Presidencia de la República es el empresarial. Desde que inició esta administración se desató una cacería fiscal en contra de los patrones, más con un afán de revancha social que de recaudación tributaria —claro, nada despreciable para subsidiar las dádivas a “ninis” y viejitos a través de los electoreros programas asistencialistas—, ya que la narrativa oficial necesitaba crear a un responsable de la pobreza en el país y qué mejor figura que la de los expoliadores del pueblo: los capitalistas. De tal suerte que a la menor provocación se les estigmatizó como ambiciosos patrones que explotan al pobre trabajador y evaden los impuestos, como se ha hecho con el dueño de Grupo Salinas.
En todas las convenciones bancarias a las que asistió el Presidente, más a la fuerza que por gusto, no dejó de señalar a los baqueros de usureros y de tener ganancias gracias a un bondadoso gobierno que les permite cumplir con su función financiera, por lo cual abusan del Estado. Una y mil veces los reprendió por sus ambiciones de agiotistas y poco solidarios con una sociedad que padece los efectos de una crisis económica provocada por el propio gobierno, aunque no lo quiera reconocer, o si la acepta les echa la culpa a los emprendedores o a factores externos.
Además de exigirles el pago de impuestos, los obliga a castigar sus precios a efecto de no incrementar la inflación; así, los supermercados tienen forzosamente que dar más barato los productos de la canasta básica para no crear un efecto inflacionario mayor, aunque esa acción debiera caer en el ámbito gubernamental. Se reprime en México la libre fuerza de la oferta y la demanda.
Si hay problemas en las obras de infraestructura, se responsabiliza a los constructores y no aceptan los efectos de la corrupción oficial. Así sucedió con la tragedia de la Línea 12 del Metro, donde presionaron a Grupo Carso a reparar en su totalidad la línea sin que se reconociera que fue resultado de la falta de mantenimiento.
Recientemente, en Acapulco, cuando se presentó la candidata oficial ante los banqueros, se le pidió su opinión sobre la polarización que había provocado el gobierno en la sociedad y lejos de responder, espetó a los asistentes: a ustedes les ha ido muy bien, incluso en la pandemia. No contestó la pregunta que la hubiera llevado a un conflicto de aceptar esa realidad, pero aprovechó para reprocharles sus excesivas ganancias.
Por eso llama la atención que los empresarios, los creadores de empleo, los medianos y grandes emprendedores no sean capaces de enfrentar al gobierno, de rechazar las imputaciones que les hacen de depredadores, evasores fiscales, expoliadores del pueblo y provocadores históricos del retraso social; lástima que no sean congruentes y respondan a las falaces acusaciones, ya que si algo distingue hoy a las empresas es su función de responsabilidad social, mediante la cual incluso suplen la ausencia oficial en materia de desarrollo; más aún, a pesar de los yerros gubernamentales que han provocado el decrecimiento económico, el poco o mínimo crecimiento se ha logrado gracias a la actividad patronal.
Es muy lamentable la posición abyecta, de sumisión que adoptan los emprendedores ante el inquilino de Palacio Nacional o de su candidata que los ningunean, los degradan, los hacen aparecer como verdugos del pueblo y ni se inmutan. ¿Será que realmente tienen mucha cola que les pisen o es más su ambición de no perder oportunidades de negocios, aunque tengan que mantener a una estructura gubernamental zángana que no quiere comprometerse ni actuar en el proceso productivo, salvo para cobrar impuestos? Con la fallida venta de Banamex ya se frotaban las manos por el pago de impuestos en la transacción, todavía no tenían la vaca y ya la estaban ordeñando. Qué agachones son los empresarios mexicanos.