La gira del ego
Alberto Vieyra G. viernes 19, Abr 2024De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Anunciada esta semana por el presidente de la república como la gira del adiós, no es otra cosa que una narcisista gira del ego. ¡No ya no!
Para los estudiosos de la psicología y las cuestiones emocionales, entre ellos el llamado padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, el ego no es otra cosa que el exceso de autoestima de las personas o como diría Manuel Mujica Lainez, en su célebre cuento “Narciso”, quien definía que las personas narcisistas suelen tener un aire de superioridad irrazonable y necesitar constantemente la admiración excesiva de los demás. Sentir que merecen tener privilegios y recibir un trato especial. Esperar que se reconozca su superioridad, incluso sin haber logrado nada. Hacer que sus logros y talentos parezcan más importantes de lo que son. Les fascina que la gente los adule.
Recuérdese que “Narciso” era aquél joven que todos los días solía mirarse al espejo y reflejarse en el agua para contemplar una, y otra vez y otra vez su belleza.
El mismo comportamiento que hoy vemos con el Presidente azteca en turno, quien todos los días utiliza el soliloquio mañanero para decirles a los mexicanos que él y nadie más que él, es el mejor Presidente que ha tenido México; que representa la pureza democrática; que es un Mesías humanista que encarna a las mil maravillas al “pueblo bueno y sabio”.
Sí, los hombres egos son así. Mientras se hable bien de ellos, el mundo estará bien, pero hay de aquellos que se conviertan en sus críticos porque serán odiados por esos personajes que suelen tener dos características más: Son mitómanos por naturaleza y populistas.
Sin haber leído aquél célebre libro de “El Arte de la Guerra”, ellos son diestros en el engaño aprovechando que saben que los escucha un pueblo inculto e ignorante que ha sido fácilmente engañado una y mil veces por la clase política o por los hombres del dinero.
Sí, don Andrés Manuel López Obrador se quiere sentir otra vez como pez en el agua. Quiere que la gente lo vitoree cuando no hay nada de qué presumir, quiere que le digan que es un hombre muy guapo, muy inteligente, muy bueno que les regala dinero a los mexicanos de la tercera edad, los discapacitados, etcétera; cuando todos sabemos que él, de su bolsillo, no regala nada porque esos apoyos son del Estado y no propiedad de ningún partido político.
Pobre de aquel o aquellos que lo tilden de maleta al que se chupo la bruja en el poder por no poder y decepcionó a propios y extraños que confiaban ciegamente en él.
Pero mientras comienza la gira del ego, digo del adiós, AMLO es feliz, feliz, feliz… haciéndole la campaña electoral a su “corcholata” esa que un día se cae y es su vivo retrato sólo que vestida de mujer. Con su mañanera AMLO protagoniza una elección de Estado. El INE y el Trife ya le sacaron 37 tarjetas amarillas, pero no han tenido los pantalones de sacarle la tarjeta roja expulsándolo a la rechintola para que no se meta en el proceso electoral y esté convertido en el principal foco de infección política en México.
Apenas esta semana, el INE le pidió al inútil vocero de la Presidencia espulgar o colar cualquier declaración de AMLO sobre el proceso electoral, pero como él no entiende, como es el único sabelotodo y como a él, el árbitro electoral de México le pela los dientes porque se siente intocable y no permite que ninguna institución le falte al respeto a la institución presidencial ni tampoco que le salgan con que “la ley es la ley” y que debe callarse.
En fin, los hijos de AMLO ya nos saquearon y si nos descuidamos el próximo 2 de junio nos volverán a saquear y de pilón su apá se va a gastar todavía nuestros dineros públicos en la gira del adiós o la gira del ego. No tiene la culpa el indio sino el que lo hace compadre.