Un Poder Judicial autónomo
¬ Luis Ángel García miércoles 17, Abr 2024Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Nadie desconoce la intención presidencial de acabar con el Estado de Derecho, de desaparecer la división de poderes y defenestrar a los organismos constitucionales autónomos que sirven como contrapeso al Ejecutivo, sobre todo aquellos que garantizan la transparencia y combaten la opacidad gubernamental. En el régimen de la 4T se anuló la estructura político-administrativa del gobierno -gabinete florero- para imponer el proyecto político de un sólo hombre, omnipresente, omnipotente y omnímodo, por lo que para que se cumplan sus instrucciones no necesita de colaboradores diestros en los asuntos de la cosa pública, sino de esbirros que lo obedezcan.
Cumplió con parte de su propósito de acabar con la división de poderes al convertir al Congreso de la Unión en una oficialía de partes de las iniciativas presidenciales sin que le quiten una sola coma, tal es el caso de la aprobación de presupuestos, la desaparición de organismos autónomos, el uso discrecional del dinero de extintos fondos y fideicomisos, las reformas para eliminar la independencia del Poder Judicial, los cambios a la Ley de Amparo para que los jueces no puedan declarar inconstitucional normas del Ejecutivo y el ciudadano quede en estado de indefensión o el brutal atraco para quedarse con miles de millones de pesos de las cuentas inactivas de los viejitos en las afores, que tanto dice defender.
A pesar de todo, no ha podido con los impartidores de justicia, quienes han demostrado —con todo y las tres quinta columnas que insertó el mismo inquilino de Palacio Nacional en la Suprema Corte de Justicia de la Nación—, independencia y autonomía. Han atentado en contra de sus funciones constitucionales y restado presupuesto y facultades, pero no han podido hacer que se coludan en los excesos de poder y las arbitrariedades de la 4T en contra de la ciudadanía. Revocaron su absurda contrarreforma energética y han dejado sin efecto otras leyes contrarias a la norma jurídica, inclusive en materia electoral. Sin embargo, persiste el embate contra ministros, magistrados y jueces, a quienes se les amenaza con procesarlos penalmente si no cumplen con los deseos del mandatario federal.
Ante esa arremetida, se inicia un nuevo episodio que tensará aún más las deterioradas relaciones entre los impartidores de justicia y el tabasqueño, quien no ceja en su intento de poder desaparecer al Máximo Tribunal del país y heredar -en el supuesto y ahora dudable caso de que su personera llegue a la Silla del Águila-, a una SCJN “carnal” que omita la defensa de los ciudadanos y deje de emitir resoluciones contrarias al gobierno o simple y sencillamente deje de funcionar la figura del amparo y con toda impunidad pueda la mandataria de la 4T -de ser el caso-, gobernar casi con decretos o leyes a las que no se le quite ni una coma. Pero la investigación -surgida desde la mismísima Corte-, que pesa hoy, como espada de Damocles, en contra del ex ministro Arturo Zaldívar por diversas actividades irregulares posiblemente constitutivas de delito puede emparejar el marcador. Ese fue un obús que pegó en la línea de flotación del “Titánic” de la 4T, quien tendrá que pasar de la ofensiva a la defensiva de uno de sus lacayos. El ex togado demostró su abyección con el Presidente y con la ahora candidata oficial desde que estuvo en funciones, confesión hecha por el propio tabasqueño, y a quien no se le hizo extender su periodo de funciones dos años más. Ahora apoya a los “morenos” en la campaña electoral y con gran desfatachez critica a sus ex colegas y anuncia una reforma para aniquilarlos, amén de sentirse el nuevo Fiscal General de la República. Esperemos que se mantenga firme la ministra Norma Piña y lleve la investigación hasta sus últimas consecuencias. “Todavía hay jueces en Berlín”.