Las quejas del autoritario
Armando Ríos Ruiz viernes 12, Abr 2024Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
El Presidente ha exhibido, desde siempre, su nula capacidad para escuchar a sus semejantes y esta situación a todas luces visible, lo presenta como a un hombre insensible, que sólo ve por su conveniencia. Los gobernados no existen, salvo para sacarles provecho cuando hay elecciones. Su visión de gobernar no estriba en velar por el interés de las mayorías, sino en imponer sus propias leyes.
Su arribo a la Presidencia acabó por desnudarlo por completo. Por hacer una radiografía de él. Los pobres o el pueblo bueno son su blanco. Su extraordinaria ganancia. Porque son los que apoyan sus causas abusivas sin chistar. Sin razonarlas un ápice y hay que mantenerlos así, porque cuando logran superar la pobreza se vuelven clasemedieros y ya no es posible controlarlos.
Como Primer Mandatario, se circunscribió a una serie de acciones reducidas que no sirven absolutamente para nada. Pero entre ellas hay una que le ha dado excelentes resultados: repartir dinero en efectivo. Este ejercicio mantiene la sonrisa y el aplauso de la clase escogida para sus fines, mientras, ignorantes, son conducidos al paredón. Pero tampoco saben que arrastran a todos con ellos,
Contestó a Denise Dresser, quien planteó el fin de las conferencias mañaneras, que esa propuesta muestra su autoritarismo y habrán de continuar, “porque tenemos derecho a estar informados”. ¡Como si él fuera el pueblo!
La politóloga no es más que parte de su gobernados frente al verdadero autoritario. Porque, ¿quién sería más autoritario entre el propone acabar con ese cáncer o el mandatario que detenta todo el poder para hacer lo que le ´plazca? Su poder le permite inclusive mentir a rabiar y torcer una verdad como ésta.
El derecho, en este momento, funciona en un solo sentido: en el que tiene el Presidente, de imponer su ley contra viento y marea y contra el sentir de muchos mexicanos, que ven en esas conferencias la oportunidad de denostar todos los días a sus adversarios. De buscar pleitos inclusive con otros mandatarios, fuera del país en donde se dice, tiene intereses nada sanos.
Dice que el pueblo quiere sus mañaneras. Pero no se sabe que se haya elaborado una votación masiva para determinar si continúan o no. La verdad, son vistas, no para informarnos adecuadamente. Sino para averiguar qué disparates nuevos dijo y contra quién disparó sus misiles llenos de veneno.
Les agregó otra parte denominada Quién es Quién en las Mentiras de la que se ocupa una jovencita que aún no logra darse cuenta de dónde está parada y en la que el mismo programa ha resultado una monumental mentira, como se ha comprobado una y otra vez. ¡Claro! Se trata de un distractor más.
Y como podía esperarse, su alumna favorita, la que no tiene voz ni ideas propias y depende totalmente del libreto de su mentor, también se metió a la defensa de esas conferencias que sirven para el denuesto. ¿Qué dijo? Nadie podría esperar que le agregara algo nuevo. Dijo exactamente: “es un acto de autoritarismo.” ¿Quién pensaría que se le ocurriría algo diferente?
Y le agregó: “Es un acto autoritario, o sea ellos son autoritarios dicen que ellos defienden la democracia, pero están pidiendo un acto autoritario, decir que el presidente no pueda informar al pueblo de México, como lo ha hecho durante todo su periodo”. De tener algo de sesos, podríamos imaginar que no lo dice en serio. Sino sólo como un acto de solidaridad con el gran elector.
Las palabras son exactamente las mismas que el Mandatario dijo del asunto. Pero además prometió continuar con las famosas homilías, como han sido bautizadas sus aburridas participaciones, una vez que se convierta en Presidente. De ser así, seguramente hará una consulta diaria al rancho de Chiapas, para preguntar qué va a decir.
Habría que agregar que las conferencias son para el pleito. No para que las escuche su pueblo bueno y sabio que, en muchos rincones del país, carece de lo más elemental para la sobrevivencia. Por lo tanto, de una televisión o un radio en donde escuchar música. No una bola de palabras indescifrables.