Debates electorales, oportunidad para buscar la unidad nacional
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 8, Abr 2024Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Sí a las propuestas, no a la violencia verbal
Sinónimo de que la democracia mexicana ha avanzado, y los tiempos políticos también, es el hecho de que hace unas horas se celebró el primer debate entre las figuras presidenciables, es decir entre las (y el) aspirantes a la silla de águila, y en tiempos de democracia siempre será mejor un debate que miles de spots como los que en radio, televisión y redes sociodigitales hoy nos tienen casi atolondrados, además de que suenan huecos en lo que a propuestas refieren.
En verdad da gusto que este tipo de ejercicios sucedan porque la confrontación de ideas son sin duda un buen mensaje de civilidad política, en donde el único ganador es la sociedad en su conjunto y por ese simple hecho estos debates deben seguir en el interés de los diversos sectores políticos de nuestra población.
El de ayer fue el primero de tres encuentros entre los presidenciables que el Instituto Nacional de Electores fijó, de acuerdo a la normatividad electoral vigente, los otros dos están programados para el 28 de abril y el siguiente tendrá lugar el 19 de mayo. En cada caso es un hecho que los ciudadanos estaremos atentos a las propuestas con la esperanza de que con el tiempo estos ejercicios contribuyan a nuestro México seguir avanzando dentro de la democracia y ojalá también estos encuentros nos permitan conocer lo que cada uno de los actores políticos piensa respecto a los problemas nacionales y sus propuestas de solución, eso en lugar de seguir escuchándoles diatribas que en nada favorecen la unidad nacional.
LAS CARTAS HABLAN.– En México, los debates públicos como tales tienen pocos años de celebrarse y podemos decir que estos tienen su origen a principios de los años noventa, a fines del siglo pasado, cuando —ante una andanada de cuestionamientos— el entonces secretario de Comercio y Fomento Industrial, Jaime Serra Puche, retó al entonces candidato a la Presidencia de la República por el Partido de la Revolución Democrática, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, a debatir públicamente los asuntos relacionados con el naciente Tratado de Libre Comercio (TLC).
Dicho debate no se llevó a cabo, pero generó un rico antecedente en nuestro sistema democrático; fue un acontecimiento que de alguna manera facilitó el nacimiento de una nueva cultura en nuestro país, y que en nuestros días no solamente se constituyen como una necesidad sino como una obligación entre los candidatos que buscan un espacio en los cargos de elección popular, pues —los que votamos— primero queremos saber de qué están hechos los personajes que a través de diversos medios se promocionan y nos piden que votemos por ellos.
VA MI RESTO.– No hay duda, hoy en día los debates forman parte de la normalidad política en la que vivimos y participamos como ciudadanos, pero también queda claro que la mayoría de los que hasta ahora han participado en dichos ejercicios han desaprovechado la oportunidad de hacer de éstos un verdadero encuentro con la democracia.
Ayer fue el primer debate presidencial, faltan dos más, y también habrá debates para cargos como gobernadores, diputados federales y locales, senadores y alcaldes, por tanto, a todas y todos, es tiempo de recordarles que la ciudadanía ya está harta de políticos que como únicos recursos acuden a la descalificación, a la denostación, a la provocación y a la difamación por el sólo hecho de ganar unos cuantos votos.
Entonces no se equivoquen con esa oportunidad de oro, son tiempos de reflexionar y más que descalificar, hay que buscar la unidad de los mexicanos con propuestas a la altura de las necesidades de nuestro país, con inteligencia e imaginación. Los mexicanos ya estamos hartos de la violencia en las calles, ya estamos hartos de los secuestros y del crimen organizado, y más violencia, aunque sea verbal, no, eso ya no. En fin, bienvenidos sean los debates políticos, y hasta ahí, porque como veo doy.