¡Dejen a mis angelitos en paz!
Armando Ríos Ruiz viernes 5, Abr 2024Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Todo indica que el video en que aparece Juan Pablo Sánchez Gálvez, hijo de Xóchitl Gálvez, candidata a la Presidencia de la Coalición Fuerza y Corazón por México, en el estacionamiento de un antro de Polanco, en estado de ebriedad y agrediendo verbalmente a una persona, ha dado para pretender denostar a la madre y para que el Presidente quiera curarse en salud.
Los hechos ocurrieron hace un año, de acuerdo con la versión del propio Juan Pablo y lo único extraordinario es que se trata del hijo de una candidata a la que hay que anular desde antes de las elecciones, como si se tratara del único joven que asiste a un lugar e ingiere bebidas embriagantes. Hace un año, Xóchitl apenas hacía esfuerzos por ser considerada candidata al Gobierno de la Ciudad.
Su aspiración a la Presidencia vino después de múltiples hechos que giraron en torno a su “destape” y que la colocaron como la única cuyo intento de pretender dicho cargo levantó una ola de aceptación, como ninguno más de los que habían hecho proselitismo en medios y en las redes sociales, como Santiago Creel, Enrique de la Madrid, con muy buen puntaje y otros.
Los carroñeros intentaron de inmediato aprovechar el video para linchar a la hidalguense. La senadora morenista Antares Vázquez lo llevó al senado para transmitirlo y para decir que “esta es la verdadera derecha que va a denostar a la gente por su físico, como hemos visto ampliamente en este Senado”.
El joven subió a las redes otro video en el que ofrece una disculpa a quienes lo vean y a los mismos agredidos, como lo hizo después del día de los hechos. Estoy aquí para darles la cara, reconocer mis errores y asumir mi responsabilidad”, señaló.” No sé si motu proprio o si su madre le sugirió hacerlo. Pero, además, dejó su quehacer en el equipo de campaña.
Todo esto ha servido para observar la reacción del jefe del Ejecutivo, quien de inmediato se subió al barco para decir que la polémica en las elecciones no es mala, “pero que no mienten madres. Que no se metan con familiares”
Seguramente se refirió a la denuncia que presentó Xóchitl por el balastro para el Tren Maya, de ínfima calidad, que podría originar un descarrilamiento —y ocurrió a escasos días del anuncio de este posible percance—, en el cual, de acuerdo con un audio, participó su hijo Gonzalo, un primo y otros.
Dijo que si tienen un problema, que sea con él. Pero el asunto es que es uno de sus hijos el que, de acuerdo con ese audio que presentó el informador Latinus, hace negocios multimillonarios de manera fraudulenta, mediante el cual pone en riesgo vidas humanas. El tren se descarriló a 10 kilómetros por hora. ¿Qué hubiera pasado si hubiera corrido a 80 o 100 kilómetros?
Sus tres hijos se han visto envueltos en escándalos de corrupción de gran calado y en todos, el Presidente se ha dedicado, no a aclarar o esclarecer los hechos, sino a exonerarlos de cualquier delito, erigido en Ministerio Público o en juez. Además, ignorante de la aplicación de la justicia. Pero sí investido de un poder descomunal, con el cual puede eludir su acción.
Cuando se trata de la familia, “se va a investigar”, de acuerdo con sus palabras. Pero las investigaciones quedan estancadas y jamás se conoce el veredicto del juzgador. ¿Qué ha ocurrido con el caso de los fajos de billetes que recibió su hermano Pio? ¿Igualmente, con otras denuncias de más hermanos y de parientes muy cercanos? ¡Nada!
Ahora aboga por los hijos, al punto de afirmar que el del balastro o Gonzalo, es más puro que un arcángel. Esta expresión suya no tiene desperdicio: “no es por presumir, pero es como si comparáramos a una gente decente con Loret de Mola, es lo opuesto completamente. O sea, Gonzalo es incapaz de cometer un acto de corrupción y Loret de Mola encarna la corrupción.”
Si lo anterior es cierto, primero que aconseje a los tres a hacer una aclaración pública también. Que no los escude con su manto maloliente. Aunque en este caso, es un juez quien deberá determinar la culpabilidad o la inocencia.