Anda por los suelos la imagen internacional de México
¬ Francisco Reynoso jueves 4, Abr 2024Triple Erre
Francisco Reynoso
El presidente López Obrador dejará a quien lo suceda en el trono del Palacio Nacional, dentro de seis meses exactamente, un galimatías en la política exterior mexicana.
La imagen internacional de México, agigantada en otros tiempos por la Doctrina Estrada y el respeto que supieron ganarse los presidentes del PRI, quizá muy corruptos pero sabían comportarse en público y comer con cubiertos, anda hoy por los suelos.
Donald Trump, futuro presidente de Estados Unidos, volvió a pitorrearse en público de su “amigo” el presidente socialista que podría llegar a ser comunista. Sin ningún rubor, respeto y sin ninguna consideración diplomática, el republicano insinuó que López Orador trató de chantajear a Joe Biden.
Le pidió 20 mil millones de dólares para no inundar Estados Unidos con migrantes que -calificó Trump, no son seres humanos, sino animales.
Se ufanó Trump en que su amigo el socialista nunca, si él estuviera en la Casa Blanca, le hubiera pedido ese dinero. Pero además -gritó- no le daría ni 10 centavos.
Vaya trato de los gringos locos al gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador.
De 2001, cuando llegó Vicente Fox a Los Pinos, a la fecha, la imagen internacional de México se ha deteriorado terriblemente. Hoy está peor que nunca. Era impensable en el siglo pasado que al presidente de México le gritaran naco e ignorante.
Ahora dos se lo han restregado en el rostro a López Obrador. Primero la presidenta de Perú, Dina Boluarte, y recientemente el extravagante y locuaz Javier Milei, presidente de Argentina.
La decadencia diplomática de México se inició con aquel “comes y te vas” de Fox al comandante Fidel Castro en 2002.
Fox no quiso incomodar a George Bush y menos que tomara alguna represalia contra México durante la Cumbre Internacional de Financiación para el Desarrollo que se celebraba en nuestro país.
A consecuencia de ese incidente, que Fidel Castro se encargó de difundir en todo el mundo, filtrando la conversación telefónica que tuvo con Fox, la comunidad internacional empezó a asociar al presidente de México con el indio sombrerudo dormido al pie de un árbol, enrollado en un sarape de Saltillo.
La imagen presidencial se devaluó todavía más después de aquella cena de gala, con presidentes de todo el mundo, a la que Vicente Fox acudió elegantemente vestido con esmoquin, pero calzando botas vaqueras de las que él fabricaba.
Felipe Calderón, que no era tan rupestre, ni Enrique Peña, que era “buena percha” -Enrique, bombón, te quiero en mi colchón, le gritaban mujeres priistas en su campaña- pudieron rescatar la imagen diplomática seria del Presidente de México.
Insistimos, a partir del 2001 se han tenido fallas escandalosas.
Pero con todo y todo, nunca la diplomacia de México había estado en el nivel al que la ha llevado López Obrador.
No a pocos mexicanos les sigue hirviendo la sangre de coraje por la expresión del presidente gaucho y gacho, Javier Milei: “Es un halago que un ignorante como López Obrador hable mal de Mi. Me enaltece”, declaró el paisano de Lionel Messi.
Horas después, en una mañanera, López confirmó que México mantendrá intactas sus relaciones con Argentina y con Milei, a quien antes calificó de “facho conservador”.
Los pleitos internacionales de López Obrador tienen otros capítulos. Con España, la cuarta transformación mantiene “pausadas” sus relaciones diplomáticas. Y con el gobierno de Perú, de Dina Boluarte, están hechas ceviche.
El año pasado, después de que el gobierno peruano metió a la cárcel al expresidente Pedro Castillo, López Obrador desconoció públicamente a la señora Boluarte. Y esta, como Milei, no tuvo empacho en calificarlo de ignorante.
“Mucha ignorancia para tanta inteligencia del pueblo de México”, dijo la presidenta y ordenó el cierre de la embajada de Perú en México.
Así andan las cosas en diplomacia mexicana y en la Cuarta Transformación. López mantiene relaciones de mano sudada con Nicolás Maduro, Miguel Díaz Canel y Daniel Ortega, dictadores gorilescos de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Y de insultos e indirectas con Estados Unidos, Canadá, España y otros gobiernos fifís de Europa.
Quien suceda a López en Palacio Nacional: Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez encontrará un clavo ardiente en la otrora aterciopelada y perfumada política exterior mexicana.
¡Tengan para que aprendan!
La verdad es la verdad
y no admite otros datos