Drama sin fin
¬ Augusto Corro viernes 5, Ago 2011Punto por punto
Augusto Corro
Un drama sin fin viven miles de migrantes que tienen que pisar suelo mexicano rumbo a los Estados Unidos.
El infierno que padecen los indocumentados empieza desde que son extorsionados, secuestrados, asesinados y enterrados en fosas clandestinas.
Las denuncias, quejas, marchas y todas las manifestaciones para exigir una mayor protección a los viajeros terminan en los botes de la basura.
Ni siquiera las protestas del padre Alejandro Solalinde, defensor de los derechos de los migrantes, encuentran eco en las autoridades ciegas y sordas ante los abusos de propios y extraños contra migrantes.
Las autoridades de Gobernación y los legisladores de los diferentes partidos políticos no han demostrado el interés suficiente para atender los reclamos de miles de indocumentados que se aventuran por el territorio nacional.
Como señalamos, la tragedia de los migrantes se extiende a sus familias y a la sociedad en general, porque la lista de desaparecidos es larguísima y su búsqueda se encuentra llena de obstáculos. El viacrucis lleva a los parientes de las víctimas a ir de un lado a otro sin resultados.
No está por demás decir, que se trata de gente de escasos recursos que no tiene posibilidades para recorrer todo el país con el propósito de identificar, en algunos casos, los restos mortales de sus familiares.
Lo anterior es independiente de las extorsiones, de los pagos por secuestros, de las violaciones sexuales y de todo aquello que afecta la dignidad humana.
Las organizaciones de los derechos humanos poco pueden hacer para defender a los miles de personas que llegan de diferentes países latinoamericanos. Si existen leyes protectoras de migrantes, como alardea el gobierno mexicano, estás no se cumplen.
Es el caso de la nueva Ley de Migración que debe estar escondida en algún rincón de cualquier oficina pública. De ahí el reclamo, la solicitud, el clamor de que desaparezca el Instituto Nacional de Migración (INM).
Los miembros de la Caravana por la Paz -integrada por migrantes víctimas de las autoridades y la delincuencia organizada- se reunieron con senadores el lunes pasado y sólo obtuvieron promesas de los representantes populares, como es su costumbre.
Al ser entrevistado por los periodistas, el padre Solalinde dijo que el INM debe desaparecer porque ya cumplió lo suyo, se tiene que hacer un nuevo instituto, porque existe corrupción y porque no ha sabido renovarse.
Así pues, el tema de los migrantes y sus verdugos seguirá vigente por mucho tiempo, desafortunadamente.
Por el momento, las autoridades migratorias mexicanas se comprometieron a proporcionar visas temporales a los extranjeros que buscan a sus familiares desaparecidos.
LOS APESTADOS
En la cúpula del poder priísta se dio un paso muy importante: por lo menos cuatro ex gobernadores no alcanzaron reacomodo en el Comité Ejecutivo Nacional. Y de continuar con esta actitud, los tricolores ganarán muchos electores.
Ese grupo de ex mandatarios lo integran Fidel Herrera, de Veracruz; Ismael Hernández Deras, de Durango; Ulises Ruiz Ortiz, de Oaxaca, y Mario Marín, de Puebla. Pocos ignoran la trayectoria de desgobierno de esos políticos a su paso por el gobierno de sus estados.
El veracruzano Herrera parece que es el menos afectado por su pasado, aunque no se ha escrito la última palabra. Los otros tres ex gobernadores se encargaron de manchar los colores de su partido. El ex mandatario Ulises Ruiz Ortiz tiene cuentas pendientes con la justicia, según los reclamos de la sociedad oaxaqueña.
Por lo menos, el tibio gobernador Gabino Cué mantiene amenazado a su antecesor con auditorías que no tienen fin y cuyos resultados preliminares reflejaron un sospechoso manejo del dinero público. En otro renglón se encuentran sus acciones durante la ola de violencia que sacudió a Oaxaca, en 2006.
De Mario Marín, mi gober precioso y de sus historias truculentas, todo mundo está enterado; principalmente del secuestro de la periodista y escritora Lydia Cacho. De Ismael Hernández Deras, a quien acusan de enriquecimiento ilícito.
Si Humberto Moreira, presidente del PRI, asume una actitud firme y no deja llegar a la dirección priísta a esos controvertidos gobernadores, se ganará el favor y la aceptación de miles de electores, que fueron agraviados por las políticas abusivas de Herrera, Ruiz Ortiz, Marín y Hernández Deras.
CADENA PERPETUA
La Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados aprobó cadena perpetua a secuestradores. La reforma será enviada al pleno de la Cámara de Diputados.
El tema no es nuevo. Surge cada vez que algún plagio implica a renombrados miembros de la sociedad. Al momento, la pena a plagiarios es de 50 años y en el caso de que la víctima sea asesinada, la condena sube a 70 años.
Los partidos políticos hablan de los secuestradores y de la pena de muerte en sus campañas políticas y luego se olvidan del asunto. Sin embargo, en esta ocasión, los legisladores dijeron sí a la prisión vitalicia tanto para los autores de plagios, como para los partícipes. Sin lugar a dudas, la reforma mencionada llega en un momento esperado, porque el índice de secuestros aumentó 317 por ciento en cinco años.
Bueno, ahora faltan medidas preventivas para que los ciudadanos se alejen de la tentación de enrolarse en el crimen organizado como sicarios o secuestradores. Y esto solamente se logrará con fuentes de empleo suficientes y bien remuneradas.
De otra manera, las filas de la delincuencia siempre tendrán a mano a millones de pobres dispuestos a engrosar las filas de la delincuencia, como ocurre, en tiempos presentes
Porque si no hay empleo y educación, millones de jóvenes, por ejemplo, son presa fácil del llamado de los secuestradores y de los narcos. Difícil situación en país donde la pobreza crece y crece cada año, y el gobierno en turno no encuentra la manera de crear fuentes de trabajo.
Qué bueno que los delincuentes se pudran en la cárcel; pero que malo que esa no representa una medida definitiva para erradicar la ola de crímenes en el país.
Mientras tanto, feliz fin de semana.