“Los Pinoles”
Freddy Sánchez martes 2, Abr 2024Precios y desprecios
Freddy Sánchez
La clausura de Los Pinos como residencia presidencial fue un acto popular “coronado” con su libre acceso al público.
Dos cosas que marcaron de manera impactante el comienzo de la Cuarta Transformación.
Cerrar las puertas de un recinto habitacional con fama de ostentoso, además de albergue de toda clase de excentricidades, evidentemente redundó en buena publicidad para el gobierno de Andrés Manuel. Porque fueron muchos más los que vieron con beneplácito que con desagrado la conversión de Los Pinos en un espacio público. Lo que recibió un cúmulo de simpatías entre quienes realmente aspiraban a conocer los interiores de una residencia presidencial con una larga historia sobre infinidad de cuestiones relativas a los excesos del poder.
Lugar en el que estuvieron y desaparecieron ( de acuerdo a especulaciones) esculturas, óleos y otras obras de arte que en distintos gobiernos se hicieron parte de la decoración que después se esfumó con las salida de quienes ocuparon el recinto presidencial desde que se inauguró hasta su cierre con la presente administración federal.
Una finca digna de admiración por distintos motivos, pero al mismo tiempo de vilipendio y satanización. Las parejas presidenciales que gozaron de esa residencia temporal aparentemente impregnaron en la atmósfera de Los Pinos una mezcla de sensaciones de placer y malos sabores de boca. Un buen ejemplo de esto último podría ser lo que Andrés Manuel llegó a decir de la otrora residencia presidencial advirtiendo que ahí “se aparecía el chamuco”.
Algunos de los comentaristas habitualmente entregados al elogio de la 4T y tenaces críticos de sus adversarios políticos, una vez y otra también se han dedicado a decir toda clase de calificativos lapidarios contra la imagen de Los Pinos.
Y, por supuesto, su respaldo a la clausura de esta casa presidencial ha sido inamovible a lo largo del presente sexenio a tal grado que sería una virtual temeridad que alguien en el actual gobierno pudiera sugerir la reocupación de lo que antes fuera el lugar para dormir y realizar distintas actividades presidenciales.
De ganar Morena la Presidencia por seis años más, con Claudia Sheinbaum es más que evidente su permanencia en el Palacio Nacional.
Algo que Xóchitl Gálvez dijo que no haría porque preferiría, de llegar a ser la próxima Presidenta, vivir con su familia en la casa que se hizo Fox en Los Pinos, conservando sólo algunas áreas para oficinas. De Palacio Nacional, claramente mencionó su rechazo a tomarlo de residencia presidencial al decir que no se siente con el complejo de un emperador.
Una indirecta lógicamente a la forma de vivir de Andrés Manuel a quien justamente sus críticos lo hacen ver como si se considerara un personaje de la realeza que no sólo se mudó al Palacio Nacional sino que decidió “amurallarlo” para que sólo puedan entrar a verlo los que a juicio de algunos adversarios políticos de AMLO, “su alteza serenísima conceda la venia de visitarlo”.
De tal suerte que las expresiones de repudio que en la Cuarta Transformación se han hecho comunes contra Los Pinos, igual se hacen desde la oposición para aludir con las peores referencias el actual recinto habitacional del presidente y su familia. Así que Las mismas despectivas críticas que actualmente recibe el Palacio Nacional la sigue recibiendo lo que algunos recuerdan con guasa como “Los Pinoles”.