No sabe nada…
Carlos Ramos Padilla miércoles 27, Mar 2024Se comenta sólo con…
Carlos Ramos Padilla
No sabe nada… cuando no le conviene. Así lo demostró con sus respuestas en relación a los 66 secuestros en Culiacán y ahora con el descarrilamiento de un vagón del Tren Maya. “Estamos investigando” es su evasiva ya común.
Sin embargo, cuando quiere exhibir y atacar a un incómodo a su gobierno y a su persona hasta el número de teléfono ofrece poniendo en riesgo su seguridad y datos personales. “Que cambie de teléfono”, con sarcasmo evade su responsabilidad.
En relación a su tren turístico no hizo mención, menos crítica a los ingenieros militares en el tendido de vías férreas o a los socio/amigos de sus hijos que no únicamente venden piedra balasto para la construcción del tren sino se burlan si en un futuro se presenta una eventual tragedia.
“Ya cuando se descarrile el Tren Maya ya va a ser otro pedo”, se escucha en una grabación entre Pedro Salazar Beltrán (primo de los hijos de AMLO) y Almícar Olán. De esto tampoco parece estar enterado el tabasqueño y si lo está, se trata, según él, de una campaña orquestada para dañar su investidura.
Este evento en el tramo Campeche-Cancún es un anticipo de lo que puede ocurrir en cualquiera de las faraónicas obras presidenciales. Consta que el AIFA está operando aún sin estar terminado.
Dos Bocas se construyó en una zona peligrosa por los huracanes e inundaciones; y el Tren Maya, de acuerdo a estudios de especialistas, es muy probable que colapse por las características porosas del subsuelo, además de la contaminación de los mantos acuíferos subterráneos. Los responsables en la construcción/operación de estas obras pasarán de cómplices a delincuentes.
Ahí tenemos como ejemplo práctico la Línea Dorada del Metro, que pasado el tiempo y luego de la tragedia los responsables, Serranía, Ebrard, Delgado y Sheinbaum están impunes y protegidos. Jorge Gaviño, incluso, desafió a Marcelo a un debate público sobre las peligrosas condiciones de la Línea 12, a lo que el ex canciller guardó profundo silencio.
Lo ocurrido en el Tren Maya es apenas un pormenor que se irá multiplicando y está pronosticado. Los trazos, los materiales, la construcción, la planeación y operación de este sistema presentarán fallas evidentes. Incluso no hay ni estudios de impacto ambiental, luego de que el Presidente se comprometió a no talar ni un solo árbol.
Por cierto, aún está pendiente la información de a dónde fue a parar la madera preciosa extraída de la zona. Eso sí, AMLO está molesto porque sus majestades suecas se negaron a transportarse en el Tren Maya.
Fue como una especie de afrenta personal, como todo lo que así considera el tabasqueño cuando se le increpa. Y no es la primera ocasión que el rey Carlos Gustavo visita México, lo hizo durante la gestión de López Portillo para visitar empresas y plantas suecas en el Estado de México, de maquinaria de aire compromiso y minería.
El Tren Maya ha sufrido retrasos, cancelación de rutas, desfasamientos de horarios y ha generado mucho malestar en los pocos usuarios por el pésimo servicio y lo caro de los alimentos. Pero insisto, el Presidente nada sabe… cuando no le conviene.