Un ecocidio
Alberto Vieyra G. viernes 22, Mar 2024De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Qué pasa si usted y yo derribamos uno, dos o tres árboles? ¿Verdad que vamos al botellón? ¿Y qué pasa con Andrés Manuel López Obrador quien ya taló la escandalosa cifra de más de 7 millones de árboles para la construcción del trenecito maya? ¿Verdad que no pasaría absolutamente nada, aunque se trate de un crimen internacional por la devastación de un ecosistema, cuya restitución o regeneración tardaría decenas de años o tal vez nunca?
Recordaré que AMLO, en muchas ocasiones, prometió que no se derribarían árboles, pero después nos salió con la mafufada de que a lo mejor se tenían que derribar algunos, pero que esos árboles serían sustituidos por más de 2 millones del programa Sembrando Vida.
Sí, estamos ante un histórico ecocidio que ya tiene repercusiones internacionales como la cancelación del viaje de los reyes de Suecia para viajar en el trenecito maya y aunque la embajada de Suecia argumentó que la cancelación del viaje fue por “causas de agenda”, la realidad es que los monarcas se negaron a convalidar con ese ecocidio cometido por el Presidente de México en perjuicio de la humanidad al depredar un histórico pulmón de la selva maya.
Animal Político publicó este miércoles un reportaje en el que cita “siete millones de árboles talados para construir el Tren Maya, reconoce el gobierno; tramo 5 el de más deforestación”. Y cita que la mayor devastación de selva ocurre en el tramo 5, de Cancún a Tulum, donde la demencial tala sobrepasa los 3 y medio millones de árboles, mientras que en segundo lugar con más de 2 y medio millones de árboles convertido en leña se ubica el tramo 6, de Tulum a Chetumal.
Por supuesto que el trenecito maya no está terminado, aunque ya haya sido inaugurado se estima que en lo que falta podrían ser talados cuando menos otros dos millones de árboles.
Me llama poderosamente la atención el qué dirá de este criminal ecocidio la autoproclamada científica y pseudo ambientalista doña Claudia Sheinbaum, quien busca convertirse en Presidenta de México en las elecciones del 2 de junio. Pues no dice ni pio y es que ella sabe que en política hay una máxima que reza “tapaos los unos a los otros”. Aunque también existe un ranchero refrán que reza “tan peca el que mata la vaca, como el que le agarra la pata”.
En una buena parte del trenecito maya todavía no existen los permisos, pero no tardarán en llegar y, tanto estos como los ya existentes, se convertirán en auténticas licencias para matar árboles y al final los mexicanos bien nacidos lamentaremos la tala de alrededor de 10 millones de árboles, ordenados por Andrés Manuel López Obrador, quien así acumulará otra cifra histórica en un ecocidio sin precedentes en el continente americano, tan grave como el crimen internacional que se está perpetrando en la selva amazónica, de cuyo pulmón del mundo desaparecen aproximadamente 42 millones de árboles diariamente, aunque usted no lo crea.