El peor enemigo
Freddy Sánchez jueves 21, Mar 2024Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Entre los acérrimos adversarios políticos de Andrés Manuel López Obrador, los ex presidentes de México parecen figurar en primer plano. Unos más que otros.
Calderón y Salinas de Gortari son quizás los principales.
Fox y Zedillo menos y Peña mucho menos.
Eso a juzgar por las críticas que los mencionados han recibido durante el presente sexenio en voz del jefe del Ejecutivo federal.
Y es que han sido tan reiteradas las menciones de los ex presidentes como presuntos actores de una serie de acciones supuestamente encaminadas a afectar la buena marcha de la Cuarta Transformación, que resulta imposible no considerarlos como los más incisivos promotores del descrédito institucional.
A ellos se les han achacado diversas tácticas dolosas para descarrilar al gobierno de Andrés Manuel.
Y las propias críticas de Felipe Calderón y Fox contra la administración en turno le dan sustento a las sospechas de que ambos son los principales interesados en el fracaso de Morena en su primer sexenio presidencial.
Que de una u otra forma lo diga y lo repita el Presidente, insinuando que uno o varios de los ex presidente están detrás de los intentos para perjudicar a su gobierno, inevitablemente cala hondo en el ánimo popular.
Y más al advertir que sus adversarios están deseosos de regresar al poder para seguir gozando de privilegios olvidándose de favorecer a los que menos tienen y con ello alentar a la gente que decidió “borrarlos del mapa político” hace seis años para que se mantenga firme en aborrecerlos y no permita su regreso a las esferas del poder.
De modo que sea o no cierto, lo que se dice de los ex presidentes ni duda cabe que las suspicacias en su contra han creado un virtual clima de linchamiento contra sus imágenes como si la justicia los hubiera puesto tras la rejas para el resto de sus vidas.
Es de precisar, naturalmente, que en cuestiones estrictamente legales, ninguno de los mencionados ha sido objeto de proceso judicial alguno con miras a someterlo a juicio penal.
Y a pesar de tal circunstancia a favor de Salinas, Zedillo, Peña, Fox y Calderón, los millones de seguidores de Andrés Manuel que se mantienen inamovibles en apoyar lo que hace y lo que dice el primer mandatario, no han necesitado más que las acusaciones para condenar a los ex jefes del poder ejecutivo al considerarlos culpables de lo que se les causa y de mucho más.
En ese contexto, puede decirse que la fama pública de los aludidos “está por los suelos”, sin importar que ningún fiscal haya logrado integrar un expediente acusatorio para acusar penalmente a ninguno.
Algo parecido a lo que sucede con el empresario Claudio X González, a quien prácticamente se ha catalogado como “el titiritero” de la oposición en México y al mismo tiempo “orquestador” de la campaña para desprestigiar al presidente López Obrador, sus familiares y colaboradores de gobierno, sin que tampoco se exhiban pruebas de ilícitos para dar cauce a las acciones legales correspondientes.
Tal parece que del mismo modo que desde el gobierno se “pinta de lo peor” a sus contrincantes políticos, estos últimos con la misma táctica han logrado influir en una parte de la opinión pública para que piense que los malévolos y truculentos son precisamente los que siendo parte del régimen se consideran injustamente calumniados.
Todo indica entonces que entre las acusaciones que van de un lado a otro más que la convicción de sacar a la luz las verdades de la corrupción lo que se intenta es jugar con la táctica electoral del peor enemigo.