Nos gusta la mala vida
¬ Francisco Reynoso jueves 21, Mar 2024Triple Erre
Francisco Reynoso
Después de recapacitar sobre el resultado de la encuesta de Reforma que tanto alboroto provocó en el mundillo de la política, Xóchitl Gálvez llegó a una conclusión: A los mexicanos nos gusta la mala vida.
Y en gran medida tiene razón.
La candidata presidencial de la coalición Fuerza y Corazón por Zacatecas (PRI-PAN-PRD) sacó algunos dicharachos de su amplio repertorio durante la reunión que tuvo con empresarios de la Coparmex que lidera José Medina Mora.
“Pierdan el miedo. No sean miedosos ni timoratos. Pierdan el miedo o nos lleva el carajo”, los advirtió.
Y en gran medida también en eso tiene razón Xóchitl Gálvez.
¿Por qué el pueblo sabio sigue creyendo en Andrés Manuel López Obrador?
Ciertamente, la 4T invierte muchos miles de millones de pesos en los programas sociales para comprar el cariño de los pobres y de los más pobres con aspiraciones a jodidos.
Los ancianos, los discapacitados, los jóvenes sembradores de futuro, los estudiantes y otros sectores de la población reciben su pachocha en efe y eso, obviamente, se traduce en lealtad a ciegas, como le gusta a López Obrador.
Sin embargo, también son víctimas de los problemas gravísimos que no ha podido solucionar el gobierno de la cuarta transformación. Y más aún, algunos de esos problemas los ha multiplicado con sus acciones y omisiones el mismísimo López.
La inseguridad es un ejemplo que casi todos los mexicanos tienen presente. Son más de 180 mil los muertos que ha dejado la violencia de las organizaciones criminales.
Y los desaparecidos también suman miles.
La 4T incumplió su compromiso de llegar a la verdad verdadera, no la que, según López Obrador y Alejandro Encinas, inventó Jesús Murillo Karam. Y prometió que encontraría a los 43 desaparecidos de la normal de Ayotzinapa.
No cumplió y todo México está consciente de que el caso se convirtió en una zahúrda.
La 4T de López Obrador desapareció el Seguro Popular y 20 millones de mexicanos pobres y jodidos se quedaron sin atención médica. El INSABI sirvió para puras vergüenzas y el IMSS Bienestar, que absorbe hospitales, clínicas y personal de Salud de los estados, no acaba de dar pie con bola.
El atraco de más de 15 mil millones de pesos en Seguridad Alimentaria Mexicana sigue impune y millones de campesinos colgados de la brocha, secos del bolsillo y secos de la tierra por falta de agua.
La construcción de la mega farmacia en el Estado de México es una vacilada monumental que tiene sin medicinas los anaqueles de las farmacias del IMSS, ISSSTE y demás dependencias de Salud públicas.
Los gobiernos emanados de Morena y sus compinches en Morelos, con Cuauhtémoc Blanco; Veracruz con Cuitláhuac García; Campeche con la ridícula e impresentable Layda Sansores; Zacatecas con David Monreal; Guerrero con Evelyn Salgado (y chupapi Félix Salgado Macedonio que es el que manda); y Baja California con Víctor Manuel Castro, son una pesadilla para los gobernados. No son responsabilidad directa de López Obrador, pero en gran medida los tolera y en algunos casos, como en el de Cuauhtémoc y Evelyn, los defiende a capa y espada.
La militarización de la actividad pública, que en poco ha servido para combatir al crimen organizado; los negociazos ocultos en la construcción de la refinería Dos Bocas, el aeropuerto Felipe Ángeles y el Tren Maya, son otras afrentas a la mayoría de los mexicanos.
Con todo y todo, en las encuestas de aprobación López Obrador sale arriba de la franja de los 60s. Y su candidata, Claudia Sheinbaum, con todo y que la campaña presidencial la mueve el presidente y ella, disciplinada, sólo hace y dice lo que está en el plan político de la 4T, saca ventaja de 24 puntos de Xóchitl Gálvez.
¿Por qué? Porque a los mexicanos nos gusta la mala vida.
Xóchitl Gálvez tiene razón. Esta vez la candidata presidencial de la oposición tiene toda la razón.
¿Quiénes al gabinete?
Entre los analistas empiezan las especulaciones sobre quiénes estarán en el próximo gabinete.
Las especulaciones parecen más sencillas si llega Claudia Sheinbaum a la presidencia de México.
A la Secretaría de Gobernación llegaría, porque no hay otro gallo o gallina que cante en la misma tonada, Ricardo Monreal Ávila. La posibilidad de que vuelva a Bucareli Adán Augusto López se ve muy lejana, porque el tabasqueño, además, no es un buen operador político. Y ya lo demostró. Y Marcelo Ebrard está fuera de la órbita de la 4T desde antes de la campaña.
¿Quién más podría ser? No hay, ni hombres ni mujeres, con la capacidad negociadora y experiencia política, ni tampoco con la disciplina castrense que ha demostrado Ricardo Monreal.
Si llega Xóchitl Gálvez el secretario de Gobernación sería Santiago Creel, seguramente.
A menos que Xóchitl opte por una mujer y lleve a Bucareli a Lilly Téllez o Kenia López Rabadán.
Los electores también tienen que pensar, antes de votar, quiénes estarían en el gobierno con Claudia y con Xóchitl.
No parece haber mucha tela de dónde cortar.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos