¿Qué funciona en esta administración?
Armando Ríos Ruiz miércoles 20, Mar 2024Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
La recomendación del Presidente a los mexicanos, de conformarse con un par de zapatos, con un carro viejo o de plano de empobrecer, porque los maleantes no secuestran a los pobres y cosas por el estilo, no eran simples ocurrencias. Iban en serio, porque los pobres se rebelan menos que los clasemedieros y si logran éxitos económicos se vuelven entonces despreciables porque con dinero se incorporan a esta clase social.
Pero esas recomendaciones no las dio a sus hijos, que han aprovechado La Presidencia para hacer grandes negocios que los tienen convertidos en competencia con el jet set mundial. El mayor no ha necesitado mover un dedo para gozar de esa oportunidad. Los demás han conformado empresas para atiborrarlas de ganancias ilícitas con contratos multimillonarios.
Poco importa que la venta de piedra de cuarta para la construcción del Tren Maya, como la transformación de México en este sexenio, provoque mañana un accidente de proporciones descomunales, con muertes y heridos. Lo que importa es la ganancia que hoy pueden obtener. Para eso son hoy la mafia del poder. Para obtener las ganancias que los dejen convertidos en personas sin necesidad de volver a robar. Para eso sirve el padre que los defiende a pesar de todo.
Y tan va en serio eso de la recomendación de pobreza, que las universidades para el Bienestar Benito Juárez impulsadas por el actual gobierno, contrataron maestros que no cuentan con título y mucho menos con cédula profesional, apunta una nota periodística. Eso nos da pauta para imaginar la clase de profesionales que habrán de emerger de ellas.
Un dicho dice que “todo se parece a su dueño”. El mismo que ideó esas universidades tuvo a bien emplear 14 años para obtener un título profesional. Por cierto, se ha dicho que ni siquiera lo tiene, aunque no importa, porque, para ser Presidente de México, no es necesario. No se necesita siquiera para ocupar un cargo público y hoy existen funcionarios que en un solo día han obtenido uno.
No se necesita siquiera ser licenciado en Derecho para ser ministro de la Suprema Corte. No se necesita ser ingeniero petrolero para dirigir la única empresa petrolera, o Pemex, que no obtiene ganancias de todas las que hay en el planeta. Pero que cuesta demasiado mantenerla, sólo por un capricho irresponsable de un Presidente despilfarrador.
“La Auditoría Superior de la Federación (ASF) halló 66.9 millones de pesos de presuntos daños al erario en la operación de las Universidades para el Bienestar Benito Juárez, siendo más de 17 mdp por la contratación de profesores patito, que no contaban con título y cédula profesional”.
Esto también quiere decir que se trata de otra pifia más de las muchas que adornan esta administración. Como el aeropuerto Felipe Ángeles, puesto a trabajar con múltiples deficiencias y al que la inmensa mayoría de empresas aéreas se niegan a utilizar. Remozado con millones para nada.
Igual ocurre con el Tren Maya, despreciado por quienes se han atrevido a conocerlo y visiblemente molestos porque no funciona. O como la refinería de Dos Bocas, construida en un pantano. Inaugurada ya sin producir un litro de gasolina y destinada al fracaso, como todo lo que ha tocado la mano destructora del Presidente, quien ya anunció nueva fecha de arranque.
Las universidades no son más que otro fracaso, igual que la mega farmacia que ubicaría a México en un sitial superior a Noruega, pero que no cuenta ni con pastillas para el dolor de cabeza y que se ha convertido en un auténtico elefante blanco desde el momento de nacer. O como el Insabi, empresa del gobierno que fue anunciada con mucha pompa, para luego desaparecer por inoperante.
¿Qué funciona actualmente? Se dice a gritos que inclusive, la candidata del que manda será sustituida llegado el momento, por el mismo que hoy dirige el destino de México, mediante una declaratoria de estado de excepción. La miel del poder es demasiado pegajosa y adictiva. La destrucción habrá de continuar.