¿Se puede presumir que nada más son cien mil los desaparecidos?
Miguel Ángel Rivera martes 19, Mar 2024Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Vamos a suponer que, efectivamente, la cifra de desaparecidos disminuyó durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador a poco menos de cien mil.
¿De verdad es una cifra para enorgullecerse? ¿Se puede presumir ese recorte?
Por otra parte, ¿se puede tener la seguridad de que ya no habrá más desaparecidos?
Todavía más: ¿por qué el inquilino de Palacio Nacional se niega a abrir las puertas del recinto histórico —que es de todos, no nada más de él— a las madres buscadoras?
Esto viene al caso porque la inexperta secretaria de Gobernación (Segob), Luisa Maria Alcalde, presumió este lunes que se logró localizar a 3 mil 512 personas desaparecidas más desde enero pasado, con el censo del gobierno federal, por lo que un total de 20 mil 193 personas han sido localizadas al corte del 16 de marzo.
En tono de éxito, las cifras dadas a conocer por la funcionaria de la llamada Cuarta Transformación representan un incremento respecto a las 16 mil 681 personas reportadas como localizadas el pasado 14 de diciembre de 2023, cuando se presentaron por primera vez los resultados del censo ordenado por el gobierno federal, que fuera de las optimistas especulaciones oficiales, se han considerado únicamente con un recurso con fines electorales para disminuir la culpabilidad del gobierno encabezado por López Obrador, del cual su candidata oficial, Claudia Sheinbaum Pardo, ha ofrecido construir el segundo piso, sin ningún asomo de un intento por corregir lo que no ha funcionado, que evidentemente es mucho, pero no se admite.
En ese esfuerzo de máximo optimismo, la secretaria de Gobernación aseguró que del total de localizados, 4 mil 656 fueron hallados en una visita casa por casa, 4 mil 629 por informes de defunción, 10 mil 717 por autoridad local y 191 en centros penitenciarios.
Además, la joven Alcalde Luján reveló que un total de 5 mil 576 reportes de desaparecidos ya se actualizaron formalmente en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), las cuales ya aparecen ahora como localizadas, mientras que hay 15 mil 158 que el censo considera como localizadas, pero aún no se ha formalizado el dato.
Con estos y otros registros, el censo ordenado por López Obrador precisamente para reducir en todo lo posible la cifra de desaparecidos, sobre todo los ocurridos en los últimos cinco años, el gobierno del político tabasqueño sostiene que “sólo” 99 mil 729 personas se encuentran desaparecidas, frente a las casi 115 mil que reporta el mencionado RNPDNO.
De acuerdo con el referido censo de la Federación, el 86 por ciento de las personas localizadas se debieron a “ausencias voluntarias”, ya que fueron halladas en su domicilio, mientras que 4 por ciento fue víctima de desaparición forzada, mientras que 10 por ciento de algún otro tipo de delito.
Contra el tono triunfalista de las autoridades federales, vale insistir que los resultados obtenidos no son para presumir. Por ejemplo, se reveló que los “desaparecidos-encontrados” 4,629 fueron hallados mediante reportes de defunción, pero no se aclaran las causas de las muertes. Esto hace presumir que murieron por causas violentas y, en tal caso, tendría que elevarse la ya de por sí elevada cifra de homicidios ocurridos en el sexenio que está por terminar en poco más de seis meses.
Por lo pronto, las cifras oficiales no satisfacen a las madres buscadoras
Mientras el inquilino de Palacio Nacional y sus principales colaboradores intentaban convencer al público (los que van a votar el 2 de junio) de los supuestos avances en reducir una de las cifras más oscuras del régimen, las de los desaparecidos, quienes sufren directamente esas ausencias, se mantienen totalmente insatisfechos y si tener ni siquiera el consuelo de las altas autoridades.
Uno de los grupos inconformes y totalmente insatisfechos es el de las madres buscadoras, que debido a la insensibilidad de las autoridades de la llamada Cuarta Transformación tienen que recorrer gran parte del territorio nacional, válidas únicamente de instrumentos rudimentarios (pico y pala), para encontrar los restos de sus parientes secuestrados y sacrificados por grupos de delincuentes que operan en gran parte del territorio nacional bajo el amparo del lema oficial: “abrazos, no balazos”.
En cambio, las madres buscadoras encuentran con frecuencia el mismo fin violento de sus parientes a los que tratan de encontrar y una de ellas Cecilia Flores, del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, se presentó en las inmediaciones de Palacio Nacional ayer mismo mientras López Obrador y sus colaboradores presumían supuestos éxitos, para solicitar ser recibida por el Presidente para darle a conocer de manera directa los riesgos que enfrentan para rescatar restos de sus desaparecidos.
La madre buscadora puso de actualidad el hecho de que durante sus más de cinco años de gobierno, López Obrador se ha negado a reunirse con los familiares de personas desaparecidas.
Ya se sabe que el jefe del Ejecutivo se niega a recibir a quienes llevan protestas, con el pretexto de evitar que se mancille la investidura presidencial.
En esta caso, tal vez la renuencia del político tabasqueño se debió a que la señora Flores portaba una pala y tal vez la consideró un instrumento peligroso para su persona, aunque la madre buscadora aclaró que la llevaba para entregársela al mandatario con la finalidad de que, simbólicamente, asuma la responsabilidad de buscar a los familiares, pues considera que el gobierno no ha hecho su tarea de encontrar a los desaparecidos, por más que presente resultados de supuestos censos.
¿Qué hacer con Petróleos Mexicanos?
Una de las grandes y exitosas gestas del pueblo mexicano fue la expropiación petrolera.
De acuerdo con el histórico presidente Lázaro Cárdenas y todos sus panegiristas, con esa acción, el pueblo de México recuperó una riqueza que le serviría para cimentar un crecimiento que le colocaría entre las naciones más ricas.
Durante algún tiempo, la explotación de los hidrocarburos generó riqueza —no siempre bien invertida y, por lo general sólo para beneficio de algunos privilegiados— pero en la actualidad tenemos que esa supuesta fuente de riqueza nos ha generado una enorme deuda a todos los mexicanos, pues como supuestamente somos los dueños de Petróleos Mexicanos (Pemex) también somos responsables de pagar lo que debe.
Este dilema se actualizó con el 86 aniversario de la expropiación petrolera, celebrado ayer.
Por un lado, López Obrador y sus fieles dicen que se puede rescatar y lograr que produzca riqueza. Este miércoles el Presidente consideró positivo condonarle los impuestos de los últimos cuatro meses a Pemex, la petrolera más endeudada del mundo, al desestimar las advertencias de especialistas nacionales y extranjeros.
Como parte de esa defensa, el inquilino de Palacio Nacional protege el funcionamiento de refinerías obsoletas que, en el mejor de los casos, producirán gasolinas para un parque vehicular viejo y obsoleto, pues cada vez son menos los vehículos que consume ese combustible y tampoco sirve para la generación de electricidad por ser contaminante y no puede competir con fuentes generadoras modernas y limpias.
Esto fue recordado ayer por la candidata presidencial de oposición, Xóchitl Gálvez Ruiz, quien está de acuerdo en el rescate de la empresa petrolera nacional, a condición de modernizarla.
La candidata advirtió que Pemex debe comenzar la transición energética y seguir el camino de la modernización que han emprendido las empresas petroleras de todo el mundo.
“No podemos quedarnos a vivir de la gloria de Pemex”, dijo durante su visita a un parque eólico de la Península de Yucatán.
En diálogo con jóvenes estudiantes y emprendedores, al que asistió el candidato del PAN, PRI y PRD a la gubernatura de Yucatán, Renán Berrera, la abanderada opositora afirmó que el futuro está en las energías renovables, por más que el gobierno insista en apostarle a la refinación de petróleo.
“El mundo no se va a esperar a ver si México quiere o no quiere entrar a la transición energética. Más nos vale que nos subamos a este tren”, afirmó.
“Aunque nos diga el Presidente que será hasta dentro de 30 años, yo sí visualizo en menos de cinco años una gran cantidad de coches eléctricos”, dijo, al indicar que Yucatán puede ser el primer estado con energía 100 por ciento sustentable.