Corrupción descarada
Carlos Ramos Padilla lunes 18, Mar 2024Se comenta sólo con…
Carlos Ramos Padilla
Tuve le oportunidad, entre semana, de ir al estadio Azteca, al encuentro entre el América y el Guadalajara. Lo que aprecié me espantó por el grado de delincuencia y corrupción abierta y descarada.
De entrada la advertencia: no lleve mucho dinero; el cinturón te lo quitan a la entrada para evitar que golpees a alguien.
Luego la llegada, calles saturadas, autos sobre las banquetas y el cobro en vía pública de 150 pesos por estacionar el auto en la banqueta. Por supuesto el pago es por adelantado.
Llegando a la explanada del estadio frente a Tlalpan, casi imposible caminar de tanta gente; y impresionante número de puestos ambulantes que venden de todo.
Cada “local” tiene el derecho de robarse al día la luz; y por supuesto pagan derecho de piso, dinero que va a sus líderes y de estos a las autoridades.
Todo lo que venden, desde alimentos, ropa, confines, banderolas, juguetes, cigarros, refrescos, gorras, luces… todo es pago en efectivo y por supuesto los vendedores no facturan su mercancía y a los compradores no les dan recibo.
Por supuesto ahí se colocan los que venden tacos, tacos, tacos, con canasta cargadas en su bicicleta y aquellos que cobran por “cuidar mochilas o cinturones”.
Adentro del estadio la venta es impresionante: palomitas, cervezas, hamburguesas, pizzas, hot dogs, “souvenirs”, botanas… todo sin pagar impuestos.
La chica que vendía cervezas en el área donde me encontraba a medio tiempo ya no tenía producto, pero el pase de dinero era impresionante. Ella en su mano tenía tal fajo que sería envidiado por todo gasolinero.
Y me pregunto: ¿A dónde va a parar ese efectivo, como lo manejan, porque por la cantidad, ni la pueden depositar en un banco sin llamar la atención del SAT?
Cuánto pagarán a las autoridades de la alcaldía que permiten “la base” irregular de taxis y autos particulares que pasan su mochada.
En los puentes personales advierten de la gran cantidad de carteristas: mete tu cartera y celular en los bolsillos de adelante y camina con las manos dentro del pantalón, es la señal.
La vendimia es más espectacular que en la Lagunilla y en la Merced y todo está tolerado por gobiernos corruptos que abusan de la gente necesitada y se llenan los bolsillos con dinero sucio.
Ellos permiten, por complicidad, la fuerza que toman las bandas y líderes de los ambulantes y transportistas.
La enorme mayoría de playeras que lucen los aficionados son “piratas”.
Y dentro de los cuestionamientos: ¿Y qué han hecho los dueños del estadio? Toda la zona de Santa Úrsula es un negociazo por habitantes que hacen del día del partido su mejor ingreso. Abren los portones de sus viviendas para ingresar autos. Colocan barricadas en la vía pública para hacer de las calles “su propiedad privada” y los pocos uniformados con chalecos antibalas, en grupitos de tres empleando su tiempo en el celular.
Es una corrupción descarada en tanto el gobierno persigue e intimida a los contribuyentes cautivos en su compromiso fiscal, audita a comercios establecidos y revisa cuentas bancarias, pero toda esa millonada que danza fuera de la ley cada partido en el Azteca dibuja al gobierno como un farsante en sus disposiciones, políticas y discursos.