Donald Trump vuelve a las andadas, arremete contra comunidad migrante
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 18, Mar 2024Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Latinos en medio de discursos de odio y actitudes políticas racistas
La cuenta regresiva para el proceso electoral que culminará con la elección del presidente número 47 en el país vecino del norte, Estados Unidos, ya está en curso. En la contienda participaron más de diez aspirantes, principalmente de los Partidos Republicano y el Demócrata, y ya estamos en condiciones de informar que por el lado republicano el candidato será el polémico ex presidente Donald Trump, en tanto que del lado de los demócratas se pretende reelegir el actual mandatario, Joe Biden.
La jornada electiva se desarrollará el primer martes de noviembre próximo. Del lado republicano, el candidato ha puesto como una de sus principales banderas de campaña su política anti migratoria y una vez más, igual que cuando era presidente en el periodo que culminó hace cuatro años, se ha lanzado contra la comunidad latina.
El pasado fin de semana retomó su estrategia política que lo llevó a la presidencia en 2017, al arremeter contra la comunidad migrante llamándolos “criminales” e incluso hasta puso en entredicho de poder llamarlas como “personas”: “No sé si se les puede llamar personas. Opino que en algunos casos no son personas, pero no puedo decir esto”.
Nos queda claro que Trump ha vuelto a las andadas, ya que así llegó a ser presidente, así gobernó y también así estuvo a punto de reelegirse en 2020. Aquí el tema es que la postura de Trump ahora es más temeraria y al igual que su política incendiaria contra los migrantes, su ofensiva retórica ha ido más allá: “Si no resulto elegido, habrá un baño de sangre. Va a ser un baño de sangre para el país”. ¿Cómo debemos traducir o entender esas palabras?, en noviembre próximo lo sabremos si gana.
LAS CARTAS HABLAN.– Hablar de migrantes es hablar de pobreza, de falta de empleo y violencia en sus países de origen, y hay que decirlo, esos temas no son exclusivos de países de Centroamérica, no, en México las cosas no andan mejor y si bien es cierto que el gobierno hace esfuerzos por instrumentar esquemas que rompan con la brecha de desigualdad e injusticia social, eso no se ha logrado y los índices de desempleo no han mejorado, por lo que los migrantes mexicanos ven con temor e incertidumbre su futuro en esos lares en caso de que Donald Trump volviera a gobernar la tierra estadounidense.
VA MI RESTO.– Si de por si la comunidad migrante vive situaciones de incertidumbre por las políticas implementadas en Estados Unidos de América en materia migratoria, es de imaginar lo que sucedería si los discursos de odio y racistas que está lanzando el candidato Donald Trump surtieran efecto en caso de nuevamente llegara al poder.
Es cierto, la condición migratoria de muchos quienes cruzan la frontera norte de nuestro país se hace bajo esquemas irregulares, sin documentos, sin permisos, sin protocolos diplomáticos, pero eso no debe ser pretexto para que políticos sin escrúpulos utilicen esa condición, de refugio y de búsqueda de mejores oportunidades de vida, para ponerlos como lazos de cochino o criminalizar un anhelo de superación.
Según estudios de opinión de medios norteamericanos, en este momento las preferencias electorales entre Biden y Trump están parejas, aunque más bien parece que Trump lleva la delantera por la edad del primero, tendría 82 años al día de iniciar un nuevo periodo en tanto que el otro candidato tiene tres años menos, y aunque los mexicanos expresemos preferencias por el primero, nada nos asegura que, si Biden se reelige, las cosas favorecerán las relaciones entre México y Estados Unidos, pues en cuatro años de lo que más se habló fue la renovación del tratado comercial tripartita, México, Canadá y Estados Unidos.
Así que, con Biden o Trump, el 47 presidente estadounidense nos debe dar igual, que allá se las arreglen, pero que no la agarren contra nuestros paisanos indocumentados y que, en general, no perjudiquen a los mexicanos ni en lo comercial, ni en lo diplomático, ni en nada, y hasta ahí porque como veo doy.