Evelyn, ¿seguirá en el poder?
¬ Augusto Corro viernes 15, Mar 2024Punto por punto
Augusto Corro
Una raya más al tigre no afectará a la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, quien continuará en el poder hasta que termine su mandato. La entidad guerrerense vive una espiral de violencia que golpea a la población, ante la impotencia de las autoridades para erradicarla.
No se trata de nada nuevo. Sin embargo, en fechas recientes se incrementaron los hechos violentos en un estado en el que es notoria la ausencia de la mandataria de extracción morenista, que de esa manera responde a las exigencias de seguridad que le exigen los guerrerenses.
Guerrero es una de las entidades más pobres de México que sirvió para la instalación de diversos cárteles de la droga que actúan a sus anchas. Lo mismo ocurre con las pandillas de la delincuencia organizada que se dedican a la extorsión (cobro de piso), secuestros, asesinatos, etcétera.
En el Senado, legisladores panistas empezaron a inquietarse por lo que ocurre en Guerrero, principalmente en los visos de ingobernabilidad que se multiplican a cada rato, en todo el estado. Los hechos violentos se repiten y van desde la extorsión que son víctimas los transportistas hasta los asesinatos de políticos.
Incluidos los crímenes derivados de las luchas por las plazas por parte de los narcotraficantes que involucran a la población. En esas guerras participan de diferentes grupos de narcos, encabezados por los cárteles de La Familia Michoacana y el Cartel Jalisco Nueva Generación.
A esa situación de violencia e inseguridad en Guerrero, el gobierno de Evelyn Salgado Pineda no pudo ponerle freno. Las autoridades tampoco pusieron el empeño necesario para evitar que creciera el problema de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Como se informó, los estudiantes normalistas que secuestraban autobuses fueron detenidos por la fuerza pública y desaparecidos. En esa operación participó la fuerza pública, es decir policías de los tres niveles del poder, incluidos militares, así como elementos del narcotráfico.
Los hechos se registraron el 26 de septiembre de 2014 y a casi 10 años de distancia, las autoridades no logran saber dónde están las estudiantes. Las promesas del gobierno de Morena de aclarar el caso fueron una simple vacilada, que molestó más a los padres de los jóvenes desaparecidos.
Las relaciones entre las autoridades y los familiares de los estudiantes se estiraron hasta casi reventarse. Esto se vio en días recientes, cuando un grupo de manifestantes por el asunto de Ayotzinapa derribaron una puerta de Palacio Nacional.
El hecho no fue investigado. Los responsables gozan de total libertad. La desaparición de los normalistas sigue igual. Todo hace suponer que no habrá solución alguna, según se ve. Sin embargo, la violencia contra los normalistas continúa y cobra nuevas víctimas.
En su afán de no involucrarse en problemas, la gobernadora, siempre ausente o lejos de los problemas, se olvidó de ordenar que se actuara con prudencia con los normalistas de Ayotzinapa, pues con el mínimo pretexto realizan actos para demostrar su inconformidad por la negativa actuación de los gobiernos.
En días pasados, un policía estatal mató, de un balazo en la cabeza, a un estudiante normalista. El presunto asesino estuvo retenido y huyó. El presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo que intervenir para decirle al policía acusado de homicidio que se presente ante las autoridades.
En Chilpancingo se armaron las protestas y los jóvenes quemaron coches y dañaron fachadas de los edificios públicos. Los problemas continúan. La ausencia de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda para que informe sobre lo que ocurre en Guerrero ya empezó a preocupar a los panistas.
Los legisladores blanquiazules se inclinan por la destitución de la mandataria guerrerense debido a su ineptitud para gobernar. ¿Lo lograrán los panistas?
¿Usted qué opina amable lector?