Periodista desaparecido
¬ Augusto Corro miércoles 13, Mar 2024Punto por punto
Augusto Corro
El lunes fue reportada la desaparición del periodista Jaime Barrera Rodríguez, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco.
La joven Itzul Barrera, hija del comunicador, solicitó ayuda para enviar cualquier tipo de información útil para localizar a su padre.
El propio gobernador de la mencionada entidad, Enrique Alfaro, uso sus redes sociales para confirmar la desaparición del reportero.
El funcionario declaró que las autoridades de Jalisco coordinaron esfuerzos para dar con Barrera Rodríguez.
La periodista Trini Rodríguez, compañera de Barrera Rodríguez en la conducción de los noticieros N+ en Guadalajara, no se presentó a laborar en su informativo.
Las autoridades informaron la noche del lunes que alrededor de las 22.29 horas se encontró la camioneta del periodista desaparecido.
El vehículo estaba abandonado y sin tripulantes.
Según las estadísticas de la organización Artículo 19, durante el año 2023 se registraron 561 agresiones en contra de algún periodista o medio de comunicación. En ese año se registró un ataque contra la prensa cada 16 horas.
La mencionada organización también puntualizó que de 2000 a la fecha se registraron 163 asesinatos de periodistas en México, “en posible relación con su labor”.
Por otra parte, Reporteros Sin Fronteras, en su informe Balance 2023 situó a México como el país con mayor número de periodistas desaparecidos, con 31 de un total de 84 casos, desde 1995 hasta el pasado 1 de diciembre del año pasado.
Los periodistas son objeto de intimidaciones y hostigamientos, así como del uso ilegítimo del poder público, principalmente a través de la estigmatización y el acoso judicial. También reciben amenazas, “tanto en la esfera física como digital”.
Los comunicadores se encuentran indefensos ante la ola de agresiones por parte de las autoridades de los tres niveles y por la delincuencia organizada.
En entidades con presencia de cárteles de la droga, los periodistas tienen que obedecer las órdenes de los delincuentes, pues de no hacerlo ponen en peligro su vida.
Lo mismo ocurre con los caciques que manejan la política a su antojo. Solos o en alianzas con la delincuencia organizada, esos aprendices de dictador controlan a los periodistas y sus medios.
Además de que México es uno de los países más peligrosos para la práctica del periodismo, el problema se agudiza porque los presuntos agresores de los comunicadores no son castigados.
En ocasiones, el autor material de la agresión es detenido y llevado ante las autoridades, pero en la mayoría de los casos no se conoce al autor intelectual del atentado.
Cabe señalar que organismos internacionales han clasificado a México como un país donde es peligroso practicar el periodismo.
Además, se refieren al problema de la impunidad. Aunque las autoridades dicen que los asesinatos de los periodistas se investigan y los responsables son castigados, la realidad es otra.
Se sabe que más del 90 por ciento de los asesinos son favorecidos con la impunidad. Las protestas y exigencias de justicia en estos casos, nadie las toma en cuenta.
En estados como Guerrero, Jalisco, Tamaulipas, Michoacán, Colima, Estado de México, Zacatecas, Chiapas, Guanajuato, los comunicadores trabajan en condiciones difíciles.
Son innumerables los casos en los que actúan en contubernio políticos y delincuencia organizada.
Los supuestos organismos protectores de la vida de los periodistas resultaron un verdadero fiasco. Esto se ve en las acciones de los agresores que no aparecen por ningún lado cuando se necesita su presencia.
Como señalamos líneas arriba, el caso del periodista de Jalisco, Jaime Barrera Rodríguez, debe ser atendido con el mayor esfuerzo de las autoridades.
Los responsables de la desaparición del comunicador deben ser capturados y castigados con todo el peso de la ley. Ya basta de la política de abrazos y no balazos a los delincuentes.
¿Usted qué opina amable lector?