La gota que derramó el vaso
Alberto Vieyra G. viernes 8, Mar 2024De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Vaya reacciones virulentas que provocó en Palacio Nacional y entre los propagandistas a sueldo de AMLO el “pacto de sangre” que la candidata de la oposición, Xóchitl Gálvez, hizo en Irapuato, Guanajuato para no desaparecer los programas sociales. Incluso, fue tachado como un acto de lo absurdo y equiparado con cuestiones satánicas extremistas que se utilizan en Estados Unidos y otras partes del mundo y como un atentado contra la democracia propiedad de López Obrador.
Por ejemplo, el acérrimo propagandista de AMLO, Epigmenio Ibarra, quien hoy está en el ojo del huracán político por haber recibido del gobierno de AMLO, 150 millones de pesos a través de un préstamo del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) de los cuales solamente ha pagado 30 millones y que debe liquidar en este 2024, pero sospechosamente ya le extendieron el plazo para pagarlo supuestamente hasta el año 2027.
Xóchitl Gálvez fue muy clara: “Voy a hacer un pacto y voy a firmar ante la autoridad y beneficiarios de programas sociales. Hago este juramento ante leyes de mi país, ante beneficiarios de programas sociales, cuando asuma el cargo de Presidenta de México no se eliminarán los programas sociales que son un derecho de mexicanos y los voy a incrementar”, dijo la contendiente, mientras se pinchaba una parte del dedo índice para firmar este documento.
Y es que un “pacto de sangre” nada tiene que ver con lo satánico porque se considera un acuerdo sagrado entre dos partes, que implica un compromiso tan fuerte como la vida misma. El intercambio de sangre simboliza la voluntad de dar la vida el uno por el otro, creando un vínculo inquebrantable.
Con una vehemencia que raya en el lacayismo, Epigmenio dijo que Xóchitl Gálvez no tiene calidad moral porque con dicho pacto atenta contra la democracia. Mire usted, el burro hablando de orejas. Epigmenio Ibarra, si tuviese vergüenza, debería quedarse callado porque tiene cola muy larga que le pisen y para que no sea tocado en el próximo sexenio, lo harán diputado o senador en la próxima legislatura para que cuente con fuero constitucional. ¿Verdad que don Epigmenio tiene más de 150 millones de razones para hablar maravillas del Presidente más mentiroso en la era del presidencialismo azteca? Las más de 107 mentiras de AMLO lo dicen todo.
Sí, esa fue la gota de sangre que derramó el vaso y es que los desmemoriados propagandistas de AMLO olvidan que los programas sociales como Progresa, Procampo y otros programas, fueron creados por los gobiernos priístas y panistas e instituidos en la Constitución en el régimen de López Obrador en el que ya suman casi 27 millones de derechohabientes de los distintos programas sociales del Bienestar como son para adultos mayores, personas con discapacidad, becas, etcétera y que los defienden rabiosamente como si fuesen sido creados por AMLO y los pagará él de su bolsillo, no, son nuestros impuestos que nos los regresan.
Me encontré hace poco en un mercado público a un individuo que es adorador de la muerte y que comulga demencialmente con el gobierno amlista, este cuate estaba reclamándoles ferozmente a unos clientes que le revelaron que “estamos en espera del regreso de los que sí saben gobernar”. ¡Huy, ese individuo montó en cólera y quería comerse vivos a sus clientes! Al tiempo que les preguntaba: “¿qué si estaban recibiendo alguno de los programas sociales del régimen de la 4T? Si es así, les dijo, entonces son unos malagradecidos, traidores y vendepatrias porque AMLO ha sido el mejor Presidente de México”.
Que usted y yo sepamos que el mejor Presidente de México es, hasta hoy, Benito Juárez, con todos sus asegunes de los cuales le hablaré pronto, pero la comparación de AMLO con aquel hombre de Estado es de lo más grotesco ¿o no mi Lic.?