AMLO aprovecha ataque a Palacio para declararse víctima de otra conspiración
Miguel Ángel Rivera jueves 7, Mar 2024Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Una de las promesas de campaña no cumplida que más debe lamentar el presidente Andrés Manuel López Obrador debe ser, sin duda, no haber solucionado el enigma de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa ocurrida hace más de nueve años en Iguala, Guerrero.
El entonces candidato presidencial ofreció hace más de seis años encontrar y castigar a los responsables de lo que se supone fue un homicidio masivo, pero hasta ahora no se puede dar nada por seguro, pues la hipótesis oficial, denominada la “verdad histórica” fue descalificada por gran parte de la sociedad y, en particular, por el gobierno encabezado por el político tabasqueño.
Cuando todavía era oposición, el líder y guía de la ahora llamada Cuarta Transformación obtuvo manifestaciones de simpatía de parte de los padres y allegados a los normalistas desaparecidos, al grado que se les llegó a considerar sus aliados.
La situación varió radicalmente cuando el el político tabasqueño llegó al cargo más importante de la nación, pues los deudos de las víctimas consideraban que ya tenía los recursos y la capacidad para encontrar u ordenar que se pusieran al descubierto los engaños supuestamente utilizados por el anterior gobierno oara encubrir a los responsables de la tragedia.
En ese tránsito, el nuevo gobierno y su pregonada Comisión de la Verdad, encabezada por un respetable funcionario, pero muy limitado por no tener antecedentes de formación en materia penal, el ex subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, parecían tener inclusive el respaldo de una comisión internacional de expertos, el GIEI, contratada para dar visos de autenticidad a las averiguaciones y coadyuvar en las averiguaciones para dar con los verdaderos responsables.
En el transcurso de las averiguaciones, varios de los inicialmente culpados han recuperado la libertad y los antes perseguidores han resultado consignados, pero el hecho es que las nuevas autoridades se han topado con pared… color verde militar y entretanto los antes aliados se han levantado contra el gobierno del presidente López Obrador, quien conforme a su singular forma de reaccionar cuando algo le disgusta, ha puesto distancia de por medio.
Este aislamiento ha resultado negativo, pues los padres de los normalistas y sus allegados y simpatizantes han dado muestras de no conformarse con justificaciones oficialistas, ya sea del anterior o del actual gobierno, al grado de expresar su inconformidad con manifestaciones violentas.
Los inconformes han recurrido particularmente a los bloqueos de carreteras y avenidas en ciudades, pero también han realizado actos más violentos, particularmente ataques contra edificios públicos.
¿Protestas genuinas o autoatentados?
En esa inclinación por la violencia se inscriben los recientes ataques de los padres de los normalistas desaparecidos o de sus supuestos simpatizantes a las sedes de las secretarías de Gobernación y de Relaciones Exteriores, así como del Senado de la República, además de derribar un portón en instalaciones del Centro Federal de Arraigos de la Fiscalía General de la República (FGR), sin que hubiera una réplica por parte de las autoridades, ya sea de la Federación o del gobierno capitalino.
Ese ataque contra esas instalaciones de la Fiscalía resultó un tanteo del embate realizado ayer por la mañana contra una puerta de Palacio Nacional, sobre la calle de Moneda, mientras se realizaba la tradicional conferencia de prensa del inquilino de Palacio Nacional. Por ese sitio es por donde ingresan los asistentes al dicho evento.
Ayer mismo, al ser informado de la irrupción de los supuestos normalistas de Ayotzinapa, López Obrador sostuvo que hay toda una provocación en contra de su gobierno.
“Es una estrategia, un movimiento en contra de nosotros, fueron ya a la Secretaría de Gobernación y rompieron vidrios, es un plan de provocación, clarísimo, no vamos a caer en una provocación. Lo que quisieran es que nosotros respondiéramos de manera violenta. Lo que quieren es provocar”, dijo el mandatario, fiel a su tradición de declararse víctima ante cualquier aparente ataque en su contra.
También de conformidad con sus patrones de conducta, López Obrador dijo ser protegido “por el pueblo”.
Sin embargo, en espera que se clarifique lo ocurrido ayer por la mañana en Palacio Nacional, surgen varias dudas.
Primero, si se trata de un plan para provocar la represión ¿por qué ninguna autoridad intervino luego de las primeras agresiones atribuidas a supuestos simpatizantes de los padres de los normalistas, como cuando llegaron y atacaron los edificios de Gobernación, Relaciones Exteriores y el Senado?
No se trata de recurrir a la violencia. Pero así como ayer el inquilino de Palacio Nacional, comisionó al subsecretario de Gobernación Félix Arturo Medina, se pudo haber nombrado a algún otro funcionario para iniciar el diálogo mientras el primer mandatario tiene tiempo de reunirse con los padres de los normalistas desaparecidos y sus abogados.
Segundo, la calle de Moneda está cerrada a la circulación de vehículos e inclusive para los peatones resulta difícil transitar por esa histórica vía, entonces ¿cómo fue posible que se introdujera el vehículo lanzado contra el portón de Palacio Nacional? ¿Nadie se enteró de que había sido “secuestrado” (por no decir robado) un vehículo de la Comisión Federal de Electricidad? ¿Cuánto tiempo tiene que transcurrir para un reporte de esa índole? A final de cuentas, como se apresuran a presumir los voceros oficiales, se trata de un bien de la nación.
Tercero y esa pregunta se formuló desde ayer mismo ¿Por qué no actuaron los encargados de la vigilancia en Palacio Nacional? Se supone que dentro del histórico edificio está destacado un cuerpo del Ejército Nacional, además de elementos civiles.
López Obrador, quien hace unos meses se autoasignó la conducción de las investigaciones acerca de la tragedia de Iguala hace casi diez años, reiteró ayer que su gobierno no recurrirá a la violencia para responder a esas protestas, ni a pesar de la cercanía de la celebración del Día Internacional de la Mujer, fecha en la que durante los últimos años se han registrado atentados contra edificios históricos y particulares.
“No, no, no va a escalar (la violencia), no, no, no. Es que lo que quisieran era que… Quisieran que nosotros respondiéramos de manera violenta; no lo vamos a hacer, nosotros no somos represores”, afirmó López Obrador cuando los reporteros que asisten a su mañanera le confirmaron que una puerta de Palacio había sido derruida.
“Sí, pero se va a arreglar la puerta, y no hay ningún problema. Pero lo que quieren es provocar”, insistió el jefe del Ejecutivo.
“¿Por qué no resguardaron con policías el área?, preguntaron los reporteros y el mandatario respondió:
“Porque se considera que no es tan indispensable.
“Ahora que viene la marcha —porque ahí se infiltran— del Día de las Mujeres, la conmemoración del Día de la Mujer, ahí sí cuidamos porque traen sopletes, marros, piedras, y hay que buscar que no se dañe el recinto”, añadió.
En conclusión, a reserva de que se confirme la supuesta conspiración en su contra, el político tabasqueño dijo estar dispuesto a reunirse con los deudos de los normalistas desaparecidos, pero en unos 15 días.
“Yo estoy analizando y conduciendo todo porque lo que me importa es encontrar a los jóvenes y ya la actitud no de los padres, sino de los asesores y abogados de los padres, es una actitud, en el mejor de los casos, muy de confortación, en contra nuestra, de provocación. Nosotros no queremos para nada la confrontación. Decir nada más a los padres que estamos dedicados a la búsqueda de los jóvenes”, agregó el mandatario convertido en investigador penal.
Anunció que en unos 15 o 20 días dará a conocer avances en la investigación acerca del destino de los normalistas. “Pruebas de cómo se manipuló la investigación para proteger a ciertas gentes, la responsabilidad que tienen abogados de ellos y los supuestos defensores de derechos humanos, los del Prodh y de otras organizaciones, y cómo están vinculados con (Emilio) Álvarez Icaza y con la OEA”, dijo en relación a quien fuera secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y ahora senador, cuyos colegas lo defendieron desde el salón de sesiones de la llamada Cámara alta.