Candidatos capitalinos
¬ Augusto Corro miércoles 3, Ago 2011Punto por punto
Augusto Corro
Tarde o temprano tendrá que agudizarse la pugna entre las tribus perredistas capitalinas, rumbo al cambio del gobierno en el 2012.
En las izquierdas del Distrito Federal es muy amplio el abanico de aspirantes a suceder en el cargo a Marcelo Ebrard.
La lista de competidores en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) incluye diez amarillos, algunos con apoyo de grupos políticos, otros sin más respaldo que su imagen de funcionarios.
En el Partido del Trabajo (PT) también hay líderes que pretenden participar en la justa electoral. Lo mismo ocurre en la organización política Movimiento Ciudadano (antes Convergencia) en vías de refundación.
A simple vista, se podría decir que no hay mayor problema en la izquierda para la elección de su candidato. Sin embargo, otra es la situación que se registra al interior de esos partidos políticos, porque reflejarán la lucha que se libre por la sucesión presidencial del 2012.
Tanto Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como Marcelo Ebrard Casaubón buscarán imponer a su candidato. Ambos tienen a gente valiosa para desempeñar el cargo. Y a menos que ocurra algo extraordinario, el Distrito Federal continuará en manos de la izquierda.
En ese bastión perredista, la labor por conseguir votos no se ve tan compleja como en otros lugares del país. Los amarillos tienen el control político que podría verse menguado en los próximos comicios, pero sin correr el peligro de perder la plaza.
El candidato designado para el gobierno capitalino tendrá que conocerse una vez que se decida sobre el abanderado de la izquierda para competir en busca de la silla presidencial: AMLO o Ebrard.
Se dijo, en otra ocasión, que los dos políticos mencionados acordaron que aquél que perdiera en la contienda, tendría, como premio de consolación, designar al candidato al gobierno capitalino. Desde luego, se antoja lógico ese convenio, aunque cuando eso ocurra será difícil que AMLO y Ebrard se encuentren en condiciones de limar asperezas.
Mientras, en el partido perredista iniciaron una pasarela política para exhibir a sus precandidatos, que al estilo priísta buscarán convencer a los electores de que son los mejores para gobernar al Distrito Federal.
Se trata de ocho funcionarios del gabinete de Ebrard y dos legisladores, quienes participarán en una serie de conferencias denominadas “La ciudad que tenemos, la ciudad que queremos”, durante el mes de agosto. En esa lista se encuentran políticos con posibilidades de conseguir la precandidatura y otros que fueron incluidos como simple relleno.
Entre los aspirantes con más posibilidades de triunfo se encuentra el procurador Miguel Angel Mancera. Así lo registran los índices de aceptación del electorado. Le sigue la diputada local, Alejandra Barrales, quien su cercanía con Ebrard la hace más fuerte. También está Martí Batres, quizá, el que tiene la trayectoria política más sólida en ese grupo. Mario Delgado, secretario de Educación, abrió la carrera como delfín del jefe del gobierno capitalino, pero no creció.
De los demás competidores, mejor ni nombrarlos. Por ejemplo, el senador Carlos Navarrete, representante genuino del neo-chuchismo, que con su nominación piensa cobrarse el apoyo que su jefe Jesús Ortega le brinda a Ebrard.
El mencionado legislador es el que más dinero invierte en su campaña. Basta con ver el sinnúmero de anuncios espectaculares en toda la ciudad, con el propósito de informar sobre su gestión como representante popular.
En un acto en el World Trade Center, y con fin de emular a Ebrard, efectuó la ceremonia de su informe: una fiesta que costó miles de pesos. El guanajuatense, que se dice chilango, no repara en gasto alguno para promocionarse. Ya lo dejaron moverse a sus anchas, después será difícil controlarlo. Su mayor mérito fue ser presidente del Senado, bajo la sombra de Manlio Fabio Beltrones.
Por otro lado, se encuentra la izquierda menos cómoda con sus propios aspirantes al gobierno capitalino. En el PT sobresale Ricardo Monreal, actual senador, quien ya puso de cabeza a los perredistas en las pasadas elecciones zacatecas.
Monreal es un hombre muy cercano a AMLO. No es conocido en el Distrito Federal, aunque eso es lo de menos. En caso de que, por un milagro, la izquierda se uniera y lo lanzara como su candidato, no habría mayor problema. En la realidad suena más que imposible. El otro hombre, sin ninguna oportunidad, es Gerardo Fernández Noroña, aunque a este petista lo ubican más como senador en el sexenio próximo.
En este contexto, será interesante saber a quién apoyarán las demás tribus que conforman el PRD y que su poder podría ser definitivo. Nos referimos a Dolores Padierna, actual secretaria general de esa organización política y a su esposo René Bejarano “El Señor de las Ligas”. Ambos juegan un papel significante en el partido amarillo.
Su participación fue determinante para cancelar la alianza de su partido con el Partido Acción Nacional (PAN) en las elecciones recientes en el Estado de México. El fracaso de la izquierda fue total.
En el caso de Bejarano, a pesar de los conflictos que surgieron a raíz del “affaire” Ahumada, el maestro nunca se alejó de la política. Al contrario, fortaleció sus grupos y ahora se cuenta como uno de los lopezobradoristas con mayor influencia. En el Distrito Federal las tribus perredistas lo respetan y temen.
En cuanto a los adversarios de la izquierda, el PRI y el PAN no representan ninguna amenaza digna de consideración. Ambos partidos abandonaron la lucha política. En casi 17 años de poder perredista en la capital mexicana, el control de los amarillos casi ha sido total. Sólo gobiernan en tres delegaciones. En la Asamblea Legislativa del Distrito Federal la mayoría se encuentra integrada por los perredistas. Aunque la lucha por el poder resultaría interesante si Beatriz Paredes se decide a participar como candidata a la jefatura de gobierno. Sobre política no hay nada escrito.
Cabría, al final, una pregunta: ¿Qué piensa usted de los gobiernos perredistas en el Distrito Federal?