Promoción de la narco-cultura
¬ Arturo Ríos Ruiz viernes 1, Mar 2024Centro..!
Arturo Ríos Ruiz
- Narco-corridos, una de ellas
- Series con narco-galanes y más
SciELO tiene un análisis muy interesante sobre la narco-cultura y se apega no únicamente en México, sino a nivel general, pero nos apegaremos lo que observamos en nuestro país: Se trata de una investigación documental que intenta desentrañar los elementos que componen a la narco-cultura.
Se refiere a la construcción social, que crean expectativas de vida y legitiman el tráfico de drogas a través de formas simbólicas como la música, literatura, series televisivas, religión, arquitectura y películas; asimismo, contenidos figurados como la ostentación, el lujo, la violencia y la muerte, entre muchos más.
Entre la madeja pro narco en nuestro país, están los narco-corridos que tienen un intenso nivel de aceptación y que representan un gran negocio para las grabadoras y los cantantes, sin importar la trascendencia que tienen para mal en la sociedad.
Los narcocorridos, composiciones que cantan y cuentan las historias y aventuras del mundo del narcotraficante surgen en la frontera norte de México, con mayor asiento en Culiacán, Sinaloa; se alimenta de las tradiciones de los pueblos desde la época independentista, con mayor auge durante la Revolución.
Hay estados que han intentado prohibir los narco-corridos, como Sinaloa, Chihuahua, Quintana Roo y Jalisco, que, incluso, han sido los organizadores de eventos los que han prohibido cantar narcocorridos a los artistas que contratan.
El problema es que las poderosas empresas grabadoras se han impuesto y han doblegado a la autoridad o, tal vez, ha habido una letal corrupción para continuar. Lo cierto es que los narco-corridos siguen vigentes, aumentando con ello el mal.
Ya no se diga películas, que Netflix propaga a través de series que presentan actores galanes en representación de “El Chapo” Guzmán, “El Señor de los Cielos” y otros más que han sido todo un éxito y todo indica que seguirán.
La narco-cultura se inició desde hace cien años, se habla que desde los 1900 se iniciaron con debilidad las primeras prohibiciones en la presidencia de Plutarco Elías Calles, en 1925, buscando crear un México sin adicción. Fue la guerra contra el opio fomentada por los chinos en el norte del país.
A partir de entonces se comenzó una nueva era en la nación y aunque cada gestión, simulaba la persecución, por otro lado, se establecían compromisos, para atacar a grupos pequeños de narcos en tanto los poderosos eran aliados con el poder.
De esa manera, la delincuencia organizada avanzó imparable ganando terreno en todo el solar nacional y hoy, es su momento, incrustada en más de la tercera parte de la nación.
Ahora es común que se conozcan detalles de máximos cargos y no se diga alcaldes y oficios de importancia en la administración. Los gobiernos son narco-socios de los malosos que hasta imponen gobernadores, alcaldes y funcionarios de todo nivel.
La comprobación sobresale con facilidad, hoy nuestro mandatario pelea contra un hashtag, el de “Narco-presidente”, que lucha con él, pero por más que reclama, más se le impone, así es, cuando a alguien le endilgan un apodo y se molesta, más se le pega como un sello en la frente y así continuará.