Fuerza indomable
Salvador Martínez García viernes 23, Feb 2024Aunque pese
Salvador Martínez García
Cuando el pasado 25 de octubre el huracán categoría 5 denominado “Otis” devastó el paradisiaco puerto de Acapulco, hubo quienes auguraron el fin del centro turístico.
Hoy, a menos de seis meses de la tragedia, el puerto de Acapulco se dispone a renacer con fuerza en esta próxima Semana Santa, con ocupaciones cercanas al 100 por ciento.
Si bien la infraestructura turística no se ha logrado restablecer plenamente, el puerto está ya en condiciones de recibir a cientos de miles de turistas de toda la República y el extranjero para finales del mes de marzo.
Mucho tuvo que ver en este renacimiento el ímpetu del acapulqueño, la tenacidad de los empresarios turísticos (hoteleros y restauranteros) la decidida acción del gobierno para respaldar las necesidades de la población inmediatas y mediatas.
Desde la fecha de la tragedia hasta el fin de semana pasado, el gobierno federal ha entregado un millón 90 mil 973 bienes nuevos, a 61 mil 742 familias de los municipios de Acapulco y Coyuca de Benítez, Guerrero, afectadas por el huracán, como lo anunció la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez.
Se distribuyeron ropa, calzado, telas, juguetes, muebles, electrodomésticos y madera, entre otros artículos que han sido confiscados y decomisados a la delincuencia organizada en las aduanas y se mantenían en bodegas.
Todo ello ha salvado lo inmediato para la sobrevivencia del pueblo de Acapulco, pero es el turismo el soporte real y permanente del puerto, por lo que la reactivación de la actividad turística es vital para el futuro.
La esperanza hoy es más que un anhelo y se cimienta en el esfuerzo popular, en la reacción empresarial y en el respaldo del gobierno, lo cual permitirá hacer una evaluación de fondo pasada la Semana Santa.
Hay mucho que trabajar, pero hoy se observa que Acapulco está en recuperación.
Susurros
La economía está en todas partes, como se observa hoy en las redes sociales. Cada una de ellas, llámese Instagram, Facebook, X, TikTok o YouTube, son receptoras de cientos de millones de pesos para propaganda en favor o en contra de partidos políticos o candidatos en el actual proceso electoral.
Sin debida regulación, las redes sociales se promueven gustosas para fines manipuladores y distorsionadores o abiertamente calumniosos sin que nadie las frene, mucho menos quienes las utilizan con fines aviesos. Estos son los comicios de las ya no benditas como se decía, sino más bien malditas.