Igual que ocurrió con García Luna, testigos protegidos dan pie a acusaciones contra AMLO
Miguel Ángel Rivera viernes 23, Feb 2024Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Enunciada de diversas formas, una muy antigua máxima dice: “no hagas a otro lo que no quieras para ti”.
Esta sentencia tiene un carácter universal y se le denomina la “regla de oro”.
Viene desde hace muchos siglos. Se encuentra, por ejemplo, en el Evangelio de Mateo, aunque de manera positiva: “Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti” y, también aparece en el pensamiento de Confucio: “lo que no quieras que los otros te hagan a ti, no lo hagas a los otros”.
Es casi inevitable recordar esa histórica sentencia por el duro trance por el que atraviesa el presidente Andrés Manuel López Obrador ante el anunciado artículo del afamado diario estadunidense The New York Times acerca de supuestas investigaciones del gobierno de los Estados Unidos acerca de posibles donaciones de organizaciones de narcotraficantes a la exitosa campaña presidencial de López Obrador en 2018.
Se aclaró que no hay testimonios que incriminen directamente al inquilino de Palacio Nacional de recibir dinero de los delincuentes, pero sí se validan versiones acerca de tales contactos con “allegados” al ahora Presidente de la República.
El origen de tales versiones viene de infidencias de delincuentes condenados por tráfico de enervantes y otros delitos, los cuales buscan reducir sus sentencias al implicar a otras personas en esas acciones ilegales.
Aquí es donde se aplica la mencionada “regla de oro”.
Durante largo tiempo y en forma reiterada, el político de Macuspana ha expresado su beneplácito por el encarcelamiento —en los Estados Unidos, pues el gobierno de la llamada Cuarta Transformación nunca lo persiguió— del secretario de Seguridad Pública del ex presidente Felipe Calderón, el ahora preso Genaro García Luna.
La única prueba, la palabra de los delincuentes
que buscan la reducción de sus condenas
La defensa del ex funcionario mexicano y muchos otros juristas han destacado que no se han presentado pruebas contundentes acerca de sus supuestas relaciones con capos del narcotráfico, por lo que su juicio y consecuente condena (a cadena perpetua) se fundamentaron en testimonios de testigos protegidos que, como se presume, están dispuestos a declarar lo que se les pida, como medio para lograr la libertad anticipada.
Sin tomar en cuenta esa falta de pruebas contundentes, López Obrador ha expresado de manera categórica su propia condena contra el ex secretario de Seguridad de su repudiado antecesor Felipe Calderón, sin tomar en cuenta esas previsiones en el sentido de que fue condenado por versiones “de oídas”.
Ayer le tocó ser al inquilino de Palacio Nacional ser la víctima de esas versiones inculpatorias, sin que aparezcan pruebas contundentes.
Fue el propio López Obrador el que denunció las supuestas investigaciones en torno a su gobierno por supuesto financiamiento del narco a su campaña presidencial. Ya no se trata de lo ocurrido en 2006, como pusieron de manifiesto otras informaciones periodísticas hace unos días, sino de la triunfal campaña de 2018, que lo llevó al poder.
En su tradicional conferencia mañanera, López Obrador exhibió una carta de la oficina de corresponsales en México del diario estadounidense donde piden su versión en torno a la supuesta investigación para incluirla en el reportaje. Esto es una práctica común de los medios que respetan el código de ética, al advertir a un posible acusado que va a ser exhibido y se le concede la oportunidad de defenderse al mismo tiempo que se publica la denuncia en su contra.
Por ello, se solicitó a la Presidencia de México, por conducto de su oficina de Comunicación Social, responder a las imputaciones, pero en vez de ello, el jefe del Ejecutivo eligió el camino de la polémica.
“La corresponsal del New York Times envía a Jesús un cuestionario, pero es un tono que ahora lo van a ver, es amenazante, prepotente, dándonos a conocer que están haciendo una investigación con información de la DEA, en donde gentes vinculadas a mí recibieron dinero ya no en el 6 (elección de 2006), en el 18 (2018) incluso que entregaron dinero a mis hijos. Entonces y que le daban, creo que hasta las 5:00 de la tarde ultimátum a Jesús (Ramírez) para que contestara éste lo que vamos a ver ahora”, denunció un airado López Obrador, quien además desde esa tribuna acusó al gobierno de los Estados Unidos de violar la soberanía de otro país y demandó aclarar si existe esa investigación en su contra.
En respuesta, el diario publicó el artículo y un portavoz de la compañía consideró, en una comunicación con CNN, que la reacción de López Obrador constituiría “una táctica preocupante e inaceptable por parte de un líder mundial en un momento en que las amenazas contra los periodistas van en aumento”.
Tras la revelación del mandatario, el Times publicó el reportaje antes del mediodía, cuando tenía planeado hacerlo a las 5:00 p.m. o más tarde, según la propia carta.
El reporte indica que el Gobierno de EU ha investigado a aliados de López Obrador acerca de posibles nexos con el narco y su campaña electoral. Se presume que existen videos de los hijos de AMLO recibiendo dinero, pero el diario aclara que no hay una conexión directa entre el narco y López Obrador.
“Si bien los recientes esfuerzos de los funcionarios estadounidenses identificaron posibles vínculos entre los cárteles y los asociados de López Obrador, no encontraron ninguna conexión directa entre el propio presidente y las organizaciones criminales”, dice el reportaje.
Además, aclara que la investigación se hizo con datos de informantes difíciles de corroborar.
También hubo reacción de parte del gobierno de los Estados Unidos. Por intermedio del vocero del Consejo de Seguridad, John Kirby, confirmó en conferencia virtual que no existe una investigación sobre el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Aunque Kirby tiene una amplia y larga trayectoria en distintas dependencias de los Estados Unidos, en concreto es apenas un jefe prensa, ubicado abajo del tercer nivel de la jerarquía del gobierno de la vecina nación. Otros reclamos de jefes de Estado, como es el caso de López Obrador, merecen respuestas de funcionarios de mayor nivel.
Otra vez, vale recordar que cuando se trata de sus intereses, los Estados Unidos no respetan la independencia de otras naciones. Para ellos, “nada de que me vengan conque la ley es la ley”.
Los curas de Guerrero consiguen una tregua
Muy ligado al tema de la delincuencia organizada y la inseguridad prevaleciente en gran parte de la República, está el anuncio de que obispos y sacerdotes de Guerrero consiguieron negociar una tregua entre las bandas de la Familia Michoacana y Los Tlacos, dos de las organizaciones dominantes en ese estado, aparentemente, gobernado por Morena.
La gobernadora aparente, Evelyn Salgado, hija del senador Félix Salgado Macedonio, de quien se dice que el verdadero mandatario, no ha tenido éxito en el combate a la delincuencia, sin lograr al menos terminar con los rumores de vínculos de su administración con la delincuencia.
Ese vacío ha sido llenado por miembros de la Iglesia católica, cuyas gestiones se han reflejado en la anunciada tregua, muy a pesar de que el senador Salgado Macedonio ha descalificado su intervención, al proclamar que la “única gobernadora” es su hija.
A pesar de descalificaciones y hasta amenazas de ser acusados de encubrimiento a los delincuentes, los ministros de la Iglesia católica han seguido con la difícil tarea de tratar de dar seguridad a sus feligreses y uno de los resultados es la tregua anunciada ayer.
Desde la semana pasada, obispos de las diócesis Chilpancingo-Chilapa, Ciudad Altamirano, Tlapa, y el arzobispo de Acapulco dieron a conocer que se habían reunido con grupos criminales para acordar la paz en Guerrero.
En principio no hubo avances, pero ayer, el sacerdote José Filiberto Velázquez, director del Centro de Defensa de los Derechos de las Víctimas de la Violencia, informó que se logró una tregua entre los grupos de Los Ardillos y Los Tlacos.
En entrevista con el diario El Universal, el sacerdote Velázquez reveló datos importantes sobre la manera en que operan las organizaciones que pactaron el alto al fuego. Dijo que son las principales generadoras de violencia en la capital de Guerrero y municipios aledaños.
Además, denunció que son los propios líderes criminales quienes imponen a los jefes policiacos.