Las masacres en Guerrero
¬ Augusto Corro jueves 22, Feb 2024Punto por punto
Augusto Corro
Las regiones con mayor violencia se multiplican en el país y las autoridades se encuentran sin posibilidades de erradicarla. Hay zonas, desde hace varios años controladas por la delincuencia organizada, donde predominan las masacres, las extorsiones, las desapariciones de personas y la ley del más fuerte. No termina la lucha entre los grupos de narcos por las plazas y los enfrentamientos con decenas de víctimas. Lo más grave de esta compleja situación es que no se ve a largo y ni a corto plazo la solución al problema de la inseguridad.
Al inicio de semana se registró una matanza de personas en Las Tunas, municipio de San Miguel Totolapan, en la Tierra Caliente de Guerrero. El enfrentamiento fue entre el cártel de la Familia Michoacana y Los Tlacos que controlan algunos lugares de la citada entidad, en la que los actos criminales se llevan a cabo todos los días, ante las autoridades incompetentes que, en muchos de los casos, se asocian a los diversos grupos delictivos. Los policías les sirven a los caciques y a los capos.
Tocamos el tema de las matanzas, porque en la última balacera, según las autoridades, perdieron la vida 17 personas; 16 de ellas formaban parte de La Familia Michoacana y una integrante del grupo de Los Tlacos. En videograbaciones aparecen las víctimas ya muertas, en algunos casos calcinadas. Se supone que son Los Tlacos quienes informaron de la masacre. En la ola de asesinatos en Guerrero, no sirvieron los intentos por frenar las actividades de los múltiples grupos criminales que hay en el territorio guerrerense.
Resultó en vano todo intento por alcanzar la paz en aquella región. Recientemente se reunieron varios obispos que dialogaron con los representantes de la delincuencia organizada, pero parece que no se llegó a ningún acuerdo, pues la violencia continúa. El conflicto de la inseguridad se encuentra muy marcado en Guerrero. Nada parece frenar a las bandas que asesinan y tienen sometida a la sociedad guerrerense con las extorsiones.
Fueron denuncias las actividades ilícitas de extorsionadores, que en la reconstrucción de Acapulco, destrozado por el ciclón “Otis”, no dejaron de seguir con sus actividades. Es de suponerse que el problema continuaría, pues ya se dijo que en el puerto actúan más de siete grupos que pelean por la plaza. La inseguridad en Guerrero tiene muchos años y nadie pudo enfrentar con resultados positivos a la delincuencia organizada.
Un ejemplo claro de lo citado se registró con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. El secuestro de los estudiantes se efectuó en septiembre de 2014 y a la fecha el caso sigue igual que cuando empezó. La investigación, con el propósito de proteger a funcionarios corruptos, se manejó con un sinnúmero de mentiras. Inclusive se “fabricó” la llamada “verdad histórica”, alejada completamente de la realidad.
Fue una promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador aclarar el asunto: pero no ocurrió tal. En el presente, el caso de los estudiantes desaparecidos es un enredo en el que participaron autoridades coludidas con narcos. Los padres de los jóvenes normalistas no pierden las esperanzas de que les regresen a sus hijos con vida. El tiempo pasa y esa posibilidad se ve muy lejana. Culpables o no, debido al desorden en las investigaciones, salen y entran a la cárcel narcos, policías, políticos, militares, etc.
En términos generales, en Guerrero tardará un tiempo conseguir la seguridad. Una de las entidades más pobres de México, tiene suficientes aspirantes a ingresar a las filas de la delincuencia organizada. A esto debe sumarse la incompetencia de las autoridades para combatir a los criminales. A los gobiernos municipales y estatales los tienen paralizados los grupos de narcos: a la autoridad federal no le importa lo que sucede en la mencionada entidad.
¿Usted qué opina amable lector?