Los dueños de los partidos
¬ Augusto Corro miércoles 21, Feb 2024Punto por punto
Augusto Corro
El próximo mes se inician las campañas políticas de aspirantes a cientos de cargos de elección popular. A la fecha, las llamadas precampañas cierran sin mayor novedad.
Es decir, que los partidos opositores no encontraron la fórmula para hacer de sus candidatos los ganadores de la competencia electoral. Claro, la oposición tendrá algunos triunfos, pero estos serán irrelevantes.
Los partidos de oposición tienen ya poco tiempo para fortalecer a sus candidatos, que entre otras metas tienen conseguir la mayoría de diputados y senadores.
En esta ocasión les queda muy lejos ganar la Presidencia de la República y el gobierno capitalino. Como se pudo, con un sinnúmero de obstáculos, los partidos políticos lograron unirse para designar a su candidata presidencial: Xóchitl Gálvez.
La hidalguense era aspirante natural a gobernar la Ciudad de México, con relativa aceptación, pero escuchó el “canto de las sirenas” y cambió de opinión.
En las últimas encuestas, Xóchitl Gálvez aparece como segundo lugar, muy lejos de la aspirante presidencial morenista, la doctora Claudia Sheinbaum.
No fue fácil para la oposición designar a su abanderada. Juntar el agua con el aceite nunca se pudo.
Ahora vemos a panistas, priistas, perredistas, y representantes de la llamada sociedad civil unidos para enfrentar al lopezobradorismo y a la Cuarta Transformación (4T). En esa tarea de la oposición que no crece porque los líderes de los partidos políticos solo ven por sus intereses. A si se muestra la situación de los dueños de esas organizaciones.
En el Partido Acción Nacional (PAN), con el peor presidente en su historia, la situación es difícil porque se maneja sin brújula.
Tal vez, Marko Cortés no sea el dueño de ese instituto político, pero como si lo fuera. Para empezar, será candidato en busca de una senaduría. A cambio, el PAN dejó de ser un partido de lucha. Su decadencia plena empezó desde el sexenio de Vicente Fox y continuó con el presidente Felipe Calderón.
Sin embargo, ese instituto político es uno de los principales pilares en los que se apoya Xóchitl Gálvez. El panismo se dejó morir y en el presente se encuentra débil y en la lona. Ya no representa ningún atractivo político.
En las mismas condiciones se encuentra el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que está derrotado desde hace varios sexenios. En el partido tricolor no encuentran la fórmula que lo saque del abismo en que cayó. El problema se agudizó con el divisionismo y la salida de dirigentes importantes.
El diputa y exgobernador de Campeche, Alejandro Moreno (a) “Alito” está en calidad de propietario del instituto político. Entre otros beneficios está su candidatura para llegar al Senado.
El PRI va a la deriva. En junio se conocerá su situación política en picada, sin nada que lo salve de esa crítica situación.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) es otro partido político que se mueve sin brújula. Sus dueños “Los Chuchos” ven como se hunde su empresa y no le llega su salvavidas.
Como ocurrió con los líderes que integran la alianza que apoya a Xóchitl Gálvez, el presidente perredista, Jesús Zambrano, ya se apuntó para buscar una senaduría.
Las agrupaciones de la llamada sociedad civil son un mito. El que se refleja como el dueño de esos grupos es el empresario Claudio X. González, quien tampoco encuentra el camino para llevar a Xóchitl Gálvez a la anhelada victoria. Otros institutos políticos, como Movimiento Ciudadano (MC) decidieron participar en la política, a la que vieron como un juego de niños.
El propietario de ese partido político aceptó comprar sus tenis fosfo-fosfo para entrarle a la competencia. Su militante, Jorge Álvarez Máynez, se compró sus zapatos deportivos y con la bendición de su compadre, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, aceptó ser el candidato presidencial “naranja”. Por supuesto, no tiene posibilidad de ganar. En el presente se encuentra en el tercer lugar con reducido número de simpatizantes.
¿Usted qué opina amable lector?