Democracia sin legisladores ni partidos es dictadura
Roberto Vizcaíno jueves 4, Mar 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Descalificarlo todo podría llevarnos a caer en lo contrario de lo que aspiramos: en la ingobernabilidad, la desesperanza y en un régimen autoritario
A lo mejor malinterpreto, pero lo que escuché ayer de la académica del ITAM Denise Eugenia Dresser Guerra simplemente no me gustó, disiento absolutamente de ella.
La politóloga afirma que México vive una democracia exótica y disfuncional en la que los partidos se han convertido en cárteles de la política, que buscan conservar privilegios, evitar la rendición de cuentas y limitar una mayor presentación a los ciudadanos.
De acuerdo a una nota de Reforma, asegura que la reelección consecutiva de legisladores y alcaldes, la iniciativa ciudadana, la iniciativa preferente, la revocación de mandato o el referéndum son instrumentos que dan más peso a la ciudadanía y menor poder a la clase política, y por ello hay quienes se oponen a estas reformas.
“Las diversas reformas de la transición han producido partidos que se vuelven cárteles de la política, operan como tales, deciden quién participa en ese cártel y quién no, deciden cuánto dinero les toca y cómo repartirlo, deciden las reglas del juego y resisten demandas para cambiarlo”, habría dicho durante su intervención en un foro organizado por el grupo parlamentario del PAN en el palacio Legislativo de San Lázaro para analizar y debatir la iniciativa de reforma política propuesta por el también panista Felipe Calderón.
La señora Dresser afirmó también que luego de 70 años en el poder, el priísmo dejó a ciudadanos que no saben cómo ser ciudadanos y demandar que se les restituyan derechos democráticos que existen en todas las naciones, como es la reelección.
“El sistema político funciona bien para las élites, candidatos y empresas y funciona mal para sus ciudadanos”, insistió.
Así, concluye, el Congreso está lleno de diputados que sin rendir cuentas, sin asistir al pleno o explicar el sentido de sus votos, reciben puntualmente su dieta. En cambio entre ellos impera la lealtad al coordinador y no la calidad del trabajo, además de que se premia a los cuates y no hay una transmisión de la demandas ciudadanas, agrega.
“El sistema político electoral asegura la rotación de élites, pero no hay representación de ciudadanos… fue creado para fomentar la competencia entre partidos pero no para rendir cuentas, se reparte el poder que tenía el PRI, fue diseñado para promover la alternancia y no para construir contrapesos”.
Así, quienes se oponen a la reelección consecutiva de legisladores y alcaldes, son los mismos que mantienen el “trampolín” político para saltar de un lado a otro en los cargos públicos, sin que haya una sanción ciudadana sobre su trabajo y recordó que fue el PRI el que incorporó en la Constitución la prohibición de la reelección, con el fin de garantizar la rotación de sus élites.
“El no a la reelección es una consigna del pasado, el sufragio efectivo no reelección dio un panorama perverso, se puso al diputado para no vigilar lo que hace ahí, al llegar al Congreso, quedarse y saltar después. Es una consigna del pasado el sufragio efectivo no reelección, nos da un panorama perverso, porque el sufragio lleva al diputado a donde está y no es posible no vigilar lo que hace ahí… Hay diputados que aterrizan en el presupuesto, pasan al Senado y a una Presidencia Municipal, luego una diputación local ¿Cuántas veces ha sido diputada Beatriz Paredes?, hacen todo esto sin haber rendido cuentas jamás”.
Consideró luego que el problema del sistema político mexicano no es la falta de mayorías en el Congreso aliadas al Presidente de la República, a fin de lograr las reformas que promueve el Gobierno, sino la falta de voluntad política para cambiar el status quo que impera.
Y concluyó al afirmar que todos los días hay un pacto implícito de políticos, empresarios, poderes fácticos y sindicatos para mantener las cosas como están y evitar que los ciudadanos tengan un mayor poder de decisión sobre los asuntos que se discuten en el Congreso.
Hasta aquí sus afirmaciones. Son válidas. Son suyas y cada quien tiene derecho a pensar lo que quiera.
Sin embargo la señora Dresser se ha convertido por esa circunstancia que viven hoy los medios, en un factor de opinión.
Y en esta intervención suya, como en otras del estilo, casi no hay derecho a la réplica.
Pero veamos:
Calificar a los partidos políticos mexicanos de cárteles sugiere su extinción. Señalar que el Congreso está lleno de legisladores que no representan a los ciudadanos y sólo obedecen a la consigna, también.
Y yo le pregunto a la politóloga: ¿Qué hay después de un sistema político sin partidos ni legisladores?
Yo no soy del Itam ni me califican de politólogo, pero me queda claro que después de eso sólo queda una Dictadura. ¿Eso quiere la señora Dresser para México?
Al indicar que luego de 70 años de priísmo sólo quedan ciudadanos sin voluntad ni arrestos para reclamar sus derechos incurre en varias ofensas y mentiras.
En primer lugar luego de 70 años del priísmo están ya 10 años de panismo. ¿Y que han hecho los blanquiazules y los intelectuales y politólogos como ella para revertir este sojuzgamiento político popular?, ¿en serio cree que los mexicanos no podemos escoger y optar por algunos políticos y partidos?, ¿por qué cree ella que es depositaria de la verdad de lo que México debe ser?, ¿no puede siquiera abrir un poco la posibilidad de que nuestra democracia imperfecta es quizá lo que quieren los mexicanos?, ¿por qué cree que todo está determinado por las élites partidarias, políticas y empresariales?, ¿acaso este México de 2010 es igual al de hace 20, 15, 10, 5 años antes?, ¿es que no ha habido el menor cambio democrático?
Y agregaría: ¿conoce algún otro país donde los partidos no sirvan también y entre otras cosas para la permanencia de las élites y la persistencia de los políticos en ciertos cargos?
Yo le podría mencionar una centena de naciones y darle casos muy concretos que no vienen al caso en el espacio reducido de una columna política.
El problema –como ella suele decir-, no es eso, está en el avance de los niveles de educación del pueblo. Entonces el combate no es contra los partidos, sino contra el liderazgo del SNTE que obstruye el crecimiento de los mexicanos.
Cierto, se requieren cambios. Creo –sin intentar defenderlos-, que los diputados y senadores que hoy están en el Congreso van a intentar avanzar algo en eso. Quizá no logren llegar, darnos el sistema político y democrático perfecto, paradisiaco que quiere la señora Dresser, pero a lo mejor avanzamos un poco más.
Es interesante ver cómo la más reciente Reforma Electoral, esa la tan controvertida aprobada hace 2 años, ya no produjo en los comicios de julio de 2009 los conflictos postelectorales de antes. Quizá eso haya significado un avance, ¿no?
¿Hay que reformar la reforma? Pues creo que para allá vamos.
Pero cuidado con estar alborotando y descalificando todo, porque a lo mejor podríamos caer en lo contrario: en la ingobernabilidad, la desesperanza, la negación de todo, y de ahí a un régimen autoritario no hay ni un paso.
Insisto: ¿eso es lo que quiere la señora Dresser descalificandolo todo?
UN RECONOCIMIENTO: Hay pocos como él en esta Legislatura. Es quizá uno de los diputados con mayor experiencia legislativa. No se cuantas veces ha pasado por una curul, pero han sido ya muchas. El priísta chiapaneco César Augusto Santiago Ramírez –que así se llama-, es sin embargo un hombre inteligente, mordaz, irónico, terriblemente ácido pero sobre todo enterado y congruente.
Enfrentarlo en cualquier plano es todo un reto, pero desde la tribuna de San Lázaro es un suicidio para sus opositores.
Ayer este hombre amigo del primer círculo de Beatriz Paredes y uno de los más cercanos al controvertido Ulises Ruiz, reconocido por su trabajo en la operación electoral, fue entrevistado por varios medios a quienes dijo respecto de las afirmaciones del titular de Educación Pública, Alonso Lujambio, respecto de que los mexicanos vivimos una “democracia tonta”…
“De una gran ignorancia. Calificar a la democracia mexicana como una democracia tonta, cuando él está en una Secretaría que está siendo gobernada por un sindicato que tiene una líder vitalicia… Lo primero que debería hacer es reconocer su pasado, sus vínculos y la razón de su dependencia, antes de calificar este esfuerzo que está haciendo todo el pueblo de México para mejorar su democracia, como una democracia tonta… este señor no tiene tablas, no sabe de política, no conoce de la democracia”.
Sin más comentarios…