¡“Santas golpizas…”, Felipe!
Francisco Rodríguez jueves 4, Mar 2010Índice político
Francisco Rodríguez
POR TODOS LADOS le llueve en su milpita. El tema de las alianzas con los losers perredistas, pero sobremanera por su abierta intromisión en los asuntos del Partido Acción Nacional, han colocado al señor Felipe Calderón como blanco de todas las críticas. Las de sus correligionarios para empezar.
Ya el (todavía) ocupante del palacete de los Covián, Fernando Gómez Mont, puso distancia de esas cuestionadas asociaciones a las que él mismo considera una suerte de fraude electoral.
Lo mismo ha hecho la figura casi mítica -y a veces mística- que dentro del panismo es Diego Fernández de Cevallos. Más certero, “El Jefe” las ha considerado una idiotez.
¡Hasta Vicente Fox se ha mofado de la “estrategia” calderonista para enfrentar al PRI!
Ni qué decir de la posición que los duros del blanquiazul, encabezados por Manuel Espino, han adoptado, y que ha quedado manifiesta en la carta abierta que, con motivo de la postulación del “empastelado” Miguel Ángel Yunes Linares (Miyuli, lo motejan en Veracruz), ha publicado el ex dirigente panista:
“No acepto que el gobierno siga tomando las decisiones que corresponden al Partido Acción Nacional. Tampoco que la dirigencia del PAN sustituya a los militantes para elegir candidatos y dirigentes. Ambas actitudes atentan contra nuestra trayectoria democrática y contra nuestras convicciones. Por todo ello, me deslindo de la decisión tomada por el Comité Ejecutivo Nacional de mi partido”, escribió Espino, luego de recordar que en el 2006, el propio Felipe Calderón vetó al ¿todavía? director general del ISSSTE para que fuese candidato a una senaduría:
“Como candidato a la presidencia, Calderón argumentó que cuando Yunes fue secretario de Gobierno, con Patricio Chirinos, se distinguió por su desempeño corrupto, por golpear, perseguir y difamar panistas. Siendo (Espino) presidente nacional del PAN, Felipe Calderón me advirtió que si Yunes llegaba a ser candidato lo iba a rechazar públicamente y no aceptaría su compañía en la campaña. Calderón me exigió evitar que el ex priísta fuera candidato por Acción Nacional. Consciente de no poder ‘bajar’ a un precandidato, porque hubiera sido un atropello violatorio de los derechos ciudadanos, opté por intentar que Yunes permaneciera en el gobierno, lo que en efecto ocurrió”.
Aún con ese antecedente, Calderón metió las manos -algunos dicen que también metió la pata- mandando a postular a Yunes.
Tal, empero, no es todo.
Apenas en estos días, el alcalde de San Pedro Garza García, en Nuevo León, el controversial Mauricio Fernández, ha declarado en el mismo tenor: que Calderón debe sacar las manos del PAN.
Según Fernández, con la visión del ocupante de Los Pinos “no nos ha ido muy bien en las elecciones y nos han dado unas santas madrizas”.
A Calderón le seguirá lloviendo en su milpita.
Fuego que, además, ya no es tan amigo… aunque provenga de los propios panistas.
Y le seguirá lloviendo en tanto reduzca su posición a la de jefe de un partido político y no eleve la mira para así convertirse, “haiga sido como haiga sido” en un jefe de Estado.
Porque ha sido Calderón mismo quien ha minimizado el cargo que ocupa desde 2006. Es hasta hoy que verdaderamente dirige al PAN, a través de una marioneta a la que mueve a su antojo y de acuerdo al (mal) humor con el que se haya levantado de la cama.
Con esa actitud, prevén los panistas, las “santas madrizas” seguirán cayendo sobre el blanquiazul.
No falta mucho, apenas cuatro meses, para comprobarlo.
Índice Flamígero: Enrique Peña aprovechó la ceremonia en la que se conmemoró la fundación del Estado de México para reiterar su propuesta de un Estado eficaz cercano a la gente, que escuche a sus gobernados, que se identifique con su realidad y asuma como propias sus necesidades, “donde la agenda pública se construya desde la mayoría de la sociedad, y no desde los intereses políticos de grupo”, advirtiendo que el tema económico es la prioridad de la sociedad mexicana. La reforma política, se interpreta, es asunto que mayoritariamente sólo concierne a los políticos…