Oposición a la deriva
¬ Augusto Corro miércoles 14, Feb 2024Punto por punto
Augusto Corro
Lo que refleja la oposición política es una falta de proyecto que le permita competir, con ánimo de ganar, en la próxima elección presidencial.
Pero sin objetivos que estimulen ir a votar, los partidos opositores se encuentran sin metas.
Los institutos políticos se enfrascan en luchas para que sus líderes obtengan beneficios personales. Hacen a un lado la ideología y los principios básicos de su lucha. Por ejemplo, para las próximas elecciones también se votará para elegir nuevos diputados y senadores.
Es decir, que las organizaciones políticas tienen la posibilidad de competir con políticos opositores que aseguren el triunfo.
Sin embargo, las candidaturas para diputados y senadores ya se repartieron entre los líderes políticos más ambiciosos.
Esos aspirantes a legisladores ya aseguraron su pase al Congreso, con el único propósito de enfrentar al adversario común para frenarlo. Evitar que el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) apruebe leyes que supuestamente beneficiarán a la sociedad mexicana.
Esos políticos de la oposición no ofrecen planes ideológicos. Se trata de vivales que ya se acostumbraron a vivir de la política.
¿Qué puede aportar la panista Margarita Zavala a la oposición? ¿Y los dirigentes políticos que ya aseguraron su puesto en las Cámaras de senadores y diputados?
El líder priista, Alejandro Moreno (a) “Alito”, tendrá la oportunidad de continuar su carrera política como flamante senador de la República. Se supone que con ese privilegio, el dirigente tricolor podrá continuar con el fuero que le da el cargo. Todo con el propósito de eludir a la justicia.
Todo mundo sabe que el ex gobernador campechano fue acusado de cometer varios delitos, aunque es intocable. Por supuesto, en su lucha política no aparece ningún pronunciamiento ideológico. Dividió al PRI, provocó una estampida de militantes que aún no termina.
No le importó el deterioro de su partido, que luego de ser la institución política más importante durante décadas en el presente se encuentra en la lona. En el Revolucionario Institucional se busca su sobrevivencia, que, sin duda, se le complicará cada vez más.
En el Partido Acción Nacional (PAN) se vive la misma situación que en el PRI. De no cambiar la historia, el dirigente blanquiazul, Marko Cortés también llegará al Senado. Con la chamba asegurada, al panista poco a nada le interesará la suerte de su partido. Tendrá que reflexionar sobre su condición como líder.
Su influencia es nula en el PAN. No pudo conseguir la candidatura presidencial para su amigo Santiago Creel, quizás el único panista con suficientes méritos en la oposición para competir en las presidenciales. Fue mayor la fuerza de Claudio X González para imponer a la senadora hidalguense Xóchitl Gálvez, no solo como representante blanquiazul, sino también priista y perredista. Claro que la designación de Xóchitl Gálvez estuvo precipitada y apoyada en la frivolidad. La senadora hidalguense echó mano a la improvisación y a la frivolidad para conseguir la candidatura presidencial.
En el PRI y en el PRD no tuvieron la oportunidad de que sus políticos, algunos con más experiencia que Xóchitl Gálvez, lograran la candidatura de la oposición.
Tal el caso de la priista Beatriz Paredes Rangel, con suficiente experiencia en las luchas políticas, que no tuvo la oportunidad de participar en una competencia seria, formal por la candidatura presidencial. En el partido del sol azteca la situación política es compleja. Sus líderes únicamente buscan sus beneficios personales. Jesús Ortega y Jesús Zambrano, los dueños del PRD, seguramente ya aseguraron su participación en la próxima legislatura. Por cierto, ¿alguien sabe dónde quedó la ideología perredista? ¿Cuánto tiempo de vida tendrá el PRD?
La oposición está dispersa y la unidad escasa. Ahí están los casos del partido Movimiento Ciudadano (MC) que se pronunciaron por la frivolidad total.
En ese partido sobran los payasos, con sus tenis fosfo-fosfo y su propaganda salpicada de alcohol.