Celebración priísta
Ramón Zurita Sahagún jueves 4, Mar 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Situado en uno de sus mejores momentos, desde que perdió la Presidencia de la República, el PRI celebra sus 81 años de fundación y lo hace en un territorio recién recuperado (Zapopan), con pronósticos alentadores que hablan de la posibilidad de su regreso a Los Pinos.
Desde que dejó de ser el partido dominante, los festejos de aniversario del tricolor se han desdibujado y las celebraciones se significan más por ser un intento por realizar un recuento del pasado glorioso que por el establecimiento de programas o la adopción de acuerdos de unidad que les permitan el anhelado regreso.
La orfandad de los priístas los alejó de los festejos suntuosos a los que acudían desde el Presidente de la República en turno, pasando por todos y cada uno de los gobernadores en funciones, diputados, senadores y los principales alcaldes del país.
En la actualidad los priístas se encuentran de plácemes, después de la enorme recuperación conseguida en el pasado mes de julio, cuando obtuvieron el mayor número de diputados federales desde 1994 y recuperaron estados como San Luis Potosí y Querétaro, aunque en detrimento del partido perdieron Sonora, estado cuna de los fundadores del partido.
Desde la fundación del abuelo del PRI, ocurrida en Querétaro en 1929, este partido dominó el escenario nacional, pero no solamente en la Presidencia de la República, sino que mantuvo hegemonía en los gobiernos estatales, hasta que en 1989, Ernesto Ruffo Appel, con la conquista electoral de Baja California para el PAN se convirtió en el primer gobernador no priista en ganar un estado.
Luego de eso, otros estados comenzaron a caer en manos opositoras, Chihuahua, Guanajuato, Nuevo León, Querétaro, Aguascalientes, Zacatecas, Tlaxcala, San Luis Potosí, Yucatán, Chiapas, Guerrero, Nayarit, Morelos y Sonora, los que han sido gobernados indistintamente por los ahora aliados de la derecha e izquierda.
De esas entidades, Baja California, Guanajuato, Aguascalientes, Tlaxcala, Morelos, Chiapas y Zacatecas no han sido rescatadas por el tricolor después de varios procesos electorales. El emblemático estado de Baja California lleva cinco gobiernos panistas consecutivos.
Por esa y otra razones, los eventos de aniversario del tricolor ven reducida la participación de los gobernantes emanados de dicho instituto.
Durante esos eventos, los dirigentes nacionales del partido e incluso los Ejecutivos federales marcaban la línea a seguir y se enviaba mensajes directos a los adversarios de dentro y de fuera.
Hoy, las cosas son distintas y la directriz que marca la dirigencia nacional del partido nadie la sigue. La presidencia del partido se encuentra sumamente devaluada y su presidenta más y son los gobernadores y los coordinadores del Congreso de la Unión los que marcan la pauta a seguir, según sea el caso de sus muchos o pocos seguidores.
Las cosas en el PRI han cambiado y la ruta de la unidad se ha resquebrajado en múltiples ocasiones, mostrando que militantes y dirigentes requieren de un verdadero liderazgo que los haga recobrar esa fortaleza de antaño.
En la actualidad, la indisciplina, el chantaje y las amenazas de rompimiento son una constante, al tiempo que los gobernadores se convirtieron en dueños de su territorio, donde imponen su voluntad a placer en todos los terrenos.
Una prueba de ello son los procesos electorales del cuatro de julio, en los que, hasta el momento, los gobernadores han privilegiado a sus favoritos por encima de otros prospectos mejor posicionados.
Hasta el momento, Ulises Ruiz Ortiz, Mario Marín Torres, Fidel Herrera Beltrán, Eugenio Hernández Flores, Jesús Aguilar Padilla, Ismael Hernández Deras y hasta José Reyes Baeza, consiguieron sus propósitos de llevar a las candidaturas a quien ellos quisieron.
Miguel Ángel Osorio y Félix González Canto pretenden hacer lo propio en los próximos días, aunque el panorama se les empieza a complicar con el establecimiento de coaliciones y la rebelión de algunos de los prospectos.
Y es que sabedores de los métodos priístas, los partidos opositores lanzaron una gran ofensiva en contra de los priistas en siete de los doce estados en los que se elegirá nuevo gobernante.
La estrategia de los opositores priístas es válida y saben que de funcionar, arrojando resultados positivos, les permitirá estorbar el aparente tránsito asfaltado de los tricolores hacia Los Pinos.
En caso contrario, con votaciones contrarias para las alianzas opositoras, la ruta priísta hacia la Presidencia de la República y la recuperación del poder será en forma cómoda.
*Finalmente, Dante Delgado Rannauro alcanzó el consenso con las dirigencias estatales del PT y PRD, los que irán en alianza en Veracruz con Convergencia en busca del gobierno del estado.
La nueva búsqueda del gobierno estatal de Dante y el registro de Miguel Ángel Yunes Linares como abanderado de la coalición compuesta por Acción Nacional y Nueva Alianza, convierten el proceso electoral de esa entidad en el más atractivo de la jornada del cuatro de julio.
No es un secreto la enemistad de Dante y Yunes, ya que el primero responsabiliza al segundo de haber pasado un par de años en la cárcel, aunque al final de cuentas fue exonerado de las acusaciones que se le hicieron.
Sin embargo, los años en la cárcel templan a los más bragados y la oportunidad se presenta a modo en forma de revancha electoral.
Esta añeja disputa, sumada a la que mantiene Yunes Linares con el gobernador Fidel Herrera Beltrán pronostica que la competencia electoral sacará chispas en la más poblada de las doce entidades en las que se elegirá gobernador en julio próximo.
*Malas noticias para la gobernadora de Zacatecas, Amalia García Medina, ya que el proceso de selección del candidato perredista al gobierno del estado deberá ser repuesto.
Eso abre la posibilidad de que el senador Tomás Torres y otros impugnadores de la candidatura del senador con licencia, Antonio Mejía Haro, puedan arrebatarle la postulación.