La Constitución y la instauración del totalitarismo
¬ Luis Ángel García miércoles 7, Feb 2024Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Cumplió 107 años la Carta Magna y ha sufrido 256 reformas que modificaron en 770 ocasiones diversos artículos de la Ley Suprema. Pero está a punto de fenecer la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que nos dieron los constituyentes de 1917. No sólo nos quedaremos sin eficiente marco jurídico que regula nuestro pacto social, sino que peligra el Estado de Derecho y el sistema republicano y democrático que nos hemos dado a partir de la Revolución Mexicana, primer movimiento popular del siglo XX, y que impuso un dique a los excesos del presidencialismo con la división de poderes.
El gobierno de la 4T pretende dar el estoque final a la democracia en nuestro país para imponer un régimen populista, dictatorial y totalitario. Desde que el Presidente inició su sexenio se dedicó a vulnerar el Estado de Derecho y a desaparecer el equilibrio entre los Poderes de la Unión. Lleva a pies juntillas su apotegma de que a él no le vengan con que la ley es la ley y está aferrado a la no rendición de cuentas. Por eso emprendió la persecución contra los organismos constitucionales autónomos con la peregrina idea de que son onerosos y defienden los intereses de los poderosos. Nada más alejado de la realidad, sabe que esos son mecanismos ciudadanos que evitan los excesos del presidencialismo y lo obligan a rendir cuenta a la sociedad de sus actos y del gasto de los dineros públicos. Con encono se fue contra el árbitro electoral para descalificar sus mandatos y poner a una directiva a modo que no sancione las violaciones de su partido a la legislación sobre comicios, como son las campañas y promociones adelantadas, los excesos en gastos publicitarios, incluida la propaganda subliminal, todo para proteger e impulsar a su “corcholata” preferida y garantizar su triunfo en una típica elección de Estado con implicaciones del crimen organizado. Acostumbrado a la opacidad, tampoco quiere transparentar la información gubernamental y además de reservar mucha de la documentación de las obras públicas y del actuar militar, se niega a difundir los datos a que está obligado con el argumento de que el INAI es caro y sirve a los conservadores, pero en realidad quiere encubrir los sobrecostos de sus obras faraónicas, todos los actos de corrupción y de torpeza administrativa que realiza la 4T y que han dañado al erario en detrimento del bienestar social.
Esos son los organismos más emblemáticos, pero hay otros donde quiere desaparecerlos para imponer sus obtusas decisiones en materia energética, de telecomunicaciones y de competencia económica o mantenerlos adormilados como es el caso de la CNDH.
Ya tiene minimizado al Poder Legislativo, aunque no cuenta con la mayoría absoluta, pero lo ha convertido en una oficialía de partes de las iniciativas presidenciales, a las cuales no les quitan ni una coma.
Aunque con quien más se ha ensañado es con la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a la que no ha podido dominar y quien más reveses jurídicos le ha propiciado, sobre todo para imponer un régimen dictatorial, una Presidencia casi imperial sin contrapesos constitucionales. A pesar de que ha impuesto a varios ministros, plagiarios o sin experiencia judicial, no ha podido con la dignidad del Máximo Tribunal del país.
Pero en esta última embestida del Ejecutivo, esperemos que los legisladores resistan el asedio y mantengan la vigencia del Estado de Derecho y los contrapesos constitucionales contra los excesos o abusos de un viciado y enfermizo presidencialismo que busca convertirse en un gobierno dictatorial.