Cerrojazo
Carlos Ramos Padilla miércoles 7, Feb 2024Se comenta sólo con…
Carlos Ramos Padilla
En una acción abrupta y de cierre de sexenio, AMLO lanza un paquete de reformas constitucionales. Todo pareciera indicar que inicia su administración y desea reformular la infraestructura del país o ¿será que esto se trata de lo que alguna vez llamó su “testamento político”?
Incongruente, que recurra a estos extremos cuando decide no presentarse al acto conmemorativo del aniversario de la Constitución quizá porque recibiría una firme respuesta a manera de cátedra de abogados ilustrados en la materia.
El golpeteo sobre organismos autónomos es insistente de tal forma que intenta evadir información comprometedora como la reciente y acalorada mención de los privilegios de Epigmenio Ibarra o que se lleven a desnudar lo falso que corresponden “sus otros datos” ante los registros auténticos de diversas organizaciones.
Todo lo que ocurra políticamente en estos meses difícilmente está ajeno al proceso electoral y a AMLO le preocupa que Xóchitl Gálvez tiene el 72% de percepción positiva en el análisis socio-digital con un alcance potencial de 69 millones 797 mil 280, incluso ha superado en público a las arengas tempraneras del presidente.
Por cierto, a final del sexenio finalmente comprendió la fuerza presidencial en un mensaje a la nación lejos de su tribuna mañanera. “La democracia no es canjeable por justicia social, y los contrapesos no entorpecen, facilitan porque limitan, porque iluminan, porque dan voz a las idea de otros” señaló el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri González.
Pero los planteamientos magistrales se los debemos al jurista y ministro Alberto Pérez Dayán, al sentenciar que “es precisamente la Constitución federal, ésta que ahora conmemoramos, la que dio a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, las facultades suficientes para invalidar cualquier acto que no la respete, independientemente de la fuente de la que provenga, electa o no electa, sin distinción alguna”.
Y es que, nuevamente, las propuestas presidenciales llevan el sello inequívoco de favorecer a su movimiento y no necesariamente al país. Por ejemplo, AMLO se ha atrevido a comparar a Lenia Batres con la ministra Norma Piña en un ejercicio inadecuado e innecesario para la Suprema Corte.
La exhibición nocturna que hizo de sus 20 iniciativas constitucionales mostró, una vez más, que los impulsos de enfrentamiento están dirigidos a no respetar los códigos legales y sus decisiones están amparadas por una urgencia de perpetuarse en el poder aún sin vivir en Palacio Nacional. Resulta que un activista/político que de siempre ha cuestionado y violentado a la ley, quiere despedirse del cargo exigiendo modificaciones a la Constitución, ¿para qué?, para seguir en el poder detrás del trono.