Receta “mágica” del sistema mexicano de salud: ajo y agua (a joderse y aguantarse)
Miguel Ángel Rivera miércoles 27, Mar 2024Clase Política
Miguel Ángel Rivera
“Vamos a dejar funcionando, a eso estoy dedicado, a que funcione bien el sistema de salud pública, que se tenga en buen estado los centros de salud, unidades médicas rurales, las clínicas, los hospitales, con médicos generales, con médicos especialistas, que aquí me llevaría tiempo comentarles cuánto nos ha costado tener médicos, porque estos irresponsables, tecnócratas que querían privatizar la educación, rechazaban con la mentira de que no pasaban el examen de admisión a muchos que querían estudiar”.
Lo anterior fue expresado por el presidente Andrés Manuel López Obrador en una conferencia de prensa del pasado enero, desde San Luis Potosí, en donde, como es su costumbre, culpó de los males a los gobiernos del pasado y ofreció un futuro idílico, a pesar de que en más de cinco años de gobierno no ha cumplido su promesa de ofrecer un eficiente sistema de salud para los mexicanos que no tienen seguridad social.
Al contrario de lo expresado por el inquilino de Palacio Nacional, más de 50 millones de mexicanos carecen de servicios de salud, pero lo que es peor, las instituciones de seguridad social están peor que nunca.
No obstante, reproduzco íntegra la muy optimista declaración presidencial encaminada a convencer de que pronto tendremos un sistema de salud pública igual o mejor que el de Dinamarca.
“Y el resultado (de las fallas de anteriores gobiernos, vale precisar) es que ahora México no tiene los médicos que necesita ni los especialistas que necesita. Y estamos en un plan abriendo escuelas de medicina, vamos a dejar cerca de 150 escuelas de medicina y de enfermería. Y se están dando becas para especialización de médicos al doble para tener médicos, enfermeras, enfermeros y especialistas y, también, que no falten las medicinas en centros de salud, en hospitales.
“Ya creamos una megafarmacia para que, si en la Huasteca Potosina o en Matehuala, en los lugares más apartados, Real Catorce, Ciudad del Maíz, falta un medicamento, se habla por teléfono a esa megafarmacia y ahí en tres horas buscan, a ver si en todo San Luis Potosí no existe el medicamento; y si en tres horas se ve que no hay una institución de salud que tenga ese medicamento, desde Huehuetoca donde está la megafarmacia sale el medicamento al lugar donde se necesite. Todo eso estamos haciendo.
“Dicen los conservadores que no vamos a poder. Dije que iba a ser un sistema mejor que el de Dinamarca y se ríen. Ya les he dicho que no va a ser mejor que el de Dinamarca, va a ser el sistema de salud pública gratuito, gratuito, todas las medicinas, la atención médica, todos los estudios sin cobrar nada absolutamente, porque la salud no es un privilegio, es un derecho de nuestro pueblo.
“Bueno, ya les he dicho que no va a ser como Dinamarca, va a ser el mejor sistema de salud pública del mundo. Y dicen que no voy a poder. Acepto el desafío, ya saben ustedes como soy yo de perseverante.
“Me canso ganso.
“Antes de que termine vamos a tener el mejor sistema de salud pública.
“Ya saben ustedes cuánto se sufre por las enfermedades, por eso tenemos que garantizar ese derecho constitucional, el derecho a la salud”.
¿Los enfermos actuales podrán esperar hasta
que se construya el nuevo sistema de salud?
Con todo su optimismo, el político tabasqueño no se atrevió a fijar una fecha para cuando empiece a funcionar ese ideal sistema de salud.
El único problema es ¿cómo decirle a los enfermos graves y crónicos que, por el momento, no pueden recibir la atención profesional ni los medicamentos que requieren?, que tienen que esperar, pero que con seguridad antes del último día de septiembre venidero —cuando termine el gobierno de López Obrador— van a tener un buen servicio?
Tal vez serviría de un poco de alivio saber que, antes la situación era peor.
Por ejemplo, el diario El Economista publicó una nota informativa el día 3 de marzo de 2022 —cuarto año del mandato de López Obrador— titulada Sin surtir, 24 millones de recetas en sistema de salud, en la cual reveló: “El desabasto de medicamentos en México registró un récord en 2021”.
La información se sustentó en un estudio elaborado por la organización de la sociedad civil Colectivo Cero Desabasto con el título “Radiografía del Desabasto: Informe de Transparencia 2017-2021”.
Allí se destacó que, “mediante la consulta de fuentes públicas de información y los datos obtenidos de 188 solicitudes de información a 69 sujetos obligados como instituciones de salud y hospitales, el colectivo indicó que el año pasado no se surtieron 24 millones 6,614 recetas en el IMSS, ISSSTE, Pemex, Sedena y Semar, las cuales son parte del Sistema Nacional de Salud.
“El dato anterior, el cual equivale a 9.7% del total (247 millones 581,513) de recetas presentadas en estas dependencias, es la cifra más alta de no surtimiento desde el 2017 cuando se presentaron 3.5 millones de recetas; en 2018 fue de 2.9 millones; en 2019 se contabilizaron 7.5 millones y en el 2020 la cifra fue de 18.3 millones”.
Un medio de comunicación oficial, el Instituto Mexicano de la Radio (IMER) también recurrió al mismo Colectivo Cero Desabasto, en un intento por presentar un panorama menos desfavorable para el gobierno de la llamada cuarta transformación
En una información fechada el 1 de enero de 2023, titulada Disminuyó en 31% el número de recetas sin surtir en el sector público durante 2022, ese medio oficial reportó que “durante el último año, en México se reportó una baja del 31 por ciento en el número de recetas sin surtir en los sistemas de salud pública, al pasar de 22 millones 183 mil en 2021 a 15.2 millones en 2022”.
Agrega que “el informe: “Radiografía del Abasto de Medicamentos en México 2022“, del colectivo Cero Desabasto, señala que el IMSS fue la institución que registró una mayor disminución, al ubicarse en 24 por ciento el número de recetas no surtidas de 2021 a 2022.
La vocera del Colectivo, Frida Romay, reveló también que, ante la falta de medicamentos en instituciones públicas de salud, en México aumentó 600 por ciento en el número de amparos interpuestos por los afectados durante el periodo de 2018 a 2022.
Las quejas presentadas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) crecieron 255 por ciento en los últimos años, derivado de la falta de medicamentos, situación que también aumentó en 800 por ciento la falsificación de fármacos.
Se estima que el desabasto de medicamentos fue superior a los 15.2 millones de recetas sin surtir, ya que el informe no incluye estadísticas del extinto Insabi, ni de los servicios de salud estatales, pues la mayoría no cuenta con sistemas de información sobre el abasto de fármacos.
En cuanto a la “ingeniosa” solución promovida por el inquilino de Palacio Nacional, la “farmaciota”, cabe destacar otro reciente informe, dado a conocer apenas el pasado día 20 del presente.
El director general de Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex), la empresa estatal encargada de poner a operar la que se anunció como la mayo farmacia del mundo, Jens Pedro Lohmann Iturburu, admitió que, a casi un mes de su inauguración, había surtido sòlo 67 recetas.
Vamos a la realidad
Una amiga y colega cuyo nombre me reservo porque no le pedí autorización para relatar su caso, sufre actualmente las carencias de ese sistema de salud que será como el de Dinamarca.
Ella ha trabajado en el sector salud desde hace casi 20 años, lapso durante el cual consiguió que en las instituciones oficiales se atendiera a decenas, tal vez cientos de enfermos incluidos muchos que no eran derechohabientes y ahora que ella lo necesita no hay nadie que le ayude.
Debido a que su enfermedad es crónica, no le concedieron licencia para ausentarse de su trabajo y la orillaron a renunciar, así que ahora no tiene ingresos propios. Lo único que conserva es el derecho a ser atendida en el ISSSTE. Los médicos la canalizaron a uno de los mejores hospitales de esa institución, lo cual le dio ciertas esperanzas de recuperar su salud.
Pero, al llegar a la institución se encontró con que el especialista no la puede atender de inmediato. Fue programada para dentro de algunas semanas. Entretanto, debe valerse por sí misma, pues no le dieron ni una aspirina, mientras no se lo autorice el especialista al que acudirá (pronto, esperamos).
Confiamos en que resista. Ella es optimista, todavía cree en la llamada cuarta transformación y en su “rayito de esperanza”.