Los cárteles mexicanos exportan violencia
¬ Luis Ángel García viernes 12, Ene 2024Por la Derecha..!
Luis Ángel García
A pesar de que todavía tenemos narcotraficantes de primera generación, es decir, mafiosos rupestres que comercian y marcan territorio a sangre y fuego, en el mundo los cárteles, de cuarta generación, sólo se dedican al lavado de dinero y no muestran más interés por traficar mercancía, actividad que han dejado en manos de los mexicanos, lo que les ha permitido posicionarse en centro y Sudamérica con el consabido baño de sangre que provocan en sus conquistas de mercados.
Ecuador, como ante ocurrió con Colombia, Venezuela, Guatemala y El Salvador, escenifica hoy una cruenta batalla entre las autoridades constitucionales y los barones de la droga, donde predominan los cárteles mexicanos de la droga. Al igual que en nuestro país, los criminales buscan hacerse de la gobernabilidad mediante el uso de sicarios que eliminan a quienes se oponen a su expansión, sean policías, jueces, soldados o bandas rivales.
Pero a diferencia del caso mexicano, en Colombia misma, el gobierno se fajó los pantalones y arremetió contra los narcos, incluso con un ataque a la mismísima Suprema Corte, donde la muerte de ministros se asumió como daño colateral. El Salvador, con el polémico Nayib Bukele, decidió emprender una cruzada contra los provocadores de la violencia y va en camino de extinguir a las pandillas criminales conocidas como maras salvatruchas. Toca el turno al mandatario ecuatoriano Daniel Noboa, quien busca exterminar no sólo a los cárteles locales, sino la perniciosa presencia de la delincuencia mexicana, que se ha distinguido por su atroz violencia para conquistar y expandir mercados.
En México hemos vivido episodios donde el crimen organizado reta al Estado, desde el asesinato de políticos, jueces, policías, soldados ministerios públicos, candidatos, líderes sociales y empresarios, hasta la imposición de gobernadores, ediles y congresistas, además de mostrar músculo con impresionantes convoyes paramilitares por carreteras y calles de ciudades y poblados o la difusión de mensajes en redes sociales contra el gobierno o versus bandas rivales, donde sicarios con equipo táctico y armas de alto poder rodean al encapuchado que emite las amenazadoras consignas.
Lo que aquí se consiente por omisión o colusión, en Ecuador existe la voluntad política de combatir frontalmente a la delincuencia y, como primer paso, se declaran a los cárteles criminales como organizaciones terroristas. Las fuerzas del orden allá no darán abrazos a los delincuentes, sino que los combatirán mediante el uso legítimo de la fuerza. Hay indignación no sólo de la sociedad, sino del Ejército mismo, que ha tomado como afrenta personal e institucional los atentados contra civiles en las universidades, las calles y los medios de comunicación. Los mandos militares arengan a sus efectivos a no dejar impunes las agresiones a la población y restituir la paz social.
El mandatario Noboa busca dar vigencia al Estado de Derecho, retener la gobernabilidad y librar a la sociedad ecuatoriana del flagelo del narcotráfico. La implementación del estado de excepción, la autorización para que las fuerzas armadas combatan a lo sicarios y la deportación de los mafiosos en cárceles del país sudamericano son algunas de las acciones que ha emprendido el gobierno para revertir la insurrección del crimen organizado y frenar la violencia que generan. La rebelión de los cárteles fue la respuesta a la determinación de sacar a policías y soldados a la calle, lo que afectó los intereses de las mafias, quienes dudan que serán derrotados.
Seguramente se restablecerá el orden y se abatirá la delincuencia y el comercio ilícito de las drogas, amén de reducir las actividades de los cárteles mexicanos, los cuales tendrán que emigrar a otras latitudes. ¿Cuándo seguirá México el ejemplo de Bukele y Noboa para combatir a la delincuencia organizada?