Migración, talón de Aquiles
¬ Luis Ángel García miércoles 10, Ene 2024Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Este gobierno, carente de políticas públicas eficientes, sin otro propósito que regalar el dinero de los contribuyentes para subsidiar la pobreza y mantener en estado permanente de obnubilación a la sociedad, deja varias asignaturas pendientes: cero crecimiento, inflación sin controlar, violencia generalizada, inseguridad, pérdida de la gobernabilidad, un sistema de salud colapsado y una crisis migratoria sin precedente, escenario que no se equipara ni cuando por la guerra civil guatemalteca y el exterminio de indígenas a manos de los kaibiles se produjo un intempestivo éxodo de campesinos chapines —Rigoberta Menchú incluida—, quienes se asentaron en varios municipios de Chiapas en la década de los ochenta.
En esta administración se organizaron diversas caravanas de trashumantes de centro, Sudamérica y el Caribe que, expulsados por la miseria y la violencia en sus países de origen, utilizaron a México como nación de tránsito para alcanzar el llamado sueño americano. Cabe señalar que, desde hace más de medio siglo, después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, nosotros mismos nos hemos convertido en exportadores de mano obra y que, hasta la fecha, ningún gobierno -incluido el de la 4T-, ha podido evitar la fuga de paisanos que buscan las oportunidades de trabajo y educación que les niega su propio territorio.
Desde el principio de este sexenio se ignoró el fenómeno migratorio, incluso se alentó la salida de compatriotas, erróneamente emocionados los ineficaces funcionarios de la 4T por el envío de remesas para paliar la crisis económica que se suscitó desde 2019. Al mismo tiempo se presentaron diversos factores sociales y políticos que incrementaron la salida de miles de migrantes que pretendieron, no quedarse en México, sino cruzarlo para llegar a la frontera norte y asilarse o conseguir una visa humanitaria. Con bombo y platillo el inquilino de Palacio Nacional les dio la bienvenida y hasta les ofreció casa, vestido y sustento. La pandemia dejó a millones de compatriotas sin empleo, pero el tabasqueño ofreció trabajo a los extranjeros sin tener ocupación para ellos. Ese ofrecimiento quedó en mera promesa y hasta provocó pánico cuando el éxodo incontrolable amenazó no solo la seguridad nacional de los Estados Unidos, sino la de nuestro país, ya que la Casa Blanca convirtió a México en tercer país seguro y lo obligó a frenar el flujo migratorio y retener o deportar a la gente rechazada por ellos.
Y en esa andamos. El gobierno no sabe qué hacer con tanto indocumentado, ya que no puede cubrir sus necesidades mínimas como son los albergues, la alimentación y los servicios de salud.
Para efectos mediáticos y de engaño a la opinión pública, México se comporta como todo un bravucón de colonia y reta a los gringos, se les recuerda que ya no somos una colonia, que somos soberanos, que no nos dan órdenes, pero en cuanto dan un manotazo en la mesa los republicanos o demócratas, en seguida se empinan las autoridades, y sellan las fronteras, los soldados se convierten en agentes migratorios, a sabiendas de que los directivos y servidores públicos del INM sólo sirven para extorsionar a los trashumantes, provocarles malos tratos, violentar sus derechos humanos e incluso provocar su muerte.
A todos los problemas económicos que padecemos, se suma la incapacidad financiera gubernamental para dar solución a esta crisis humanitaria. No hay dinero para solventar su manutención ni se cuenta con los mecanismos burocráticos para atender las solicitudes de asilo o las deportaciones, a ciencia y paciencia de las ausentes autoridades migratorias, cuyo titular sigue sin aparecer, ni siquiera es convocado a las reuniones bilaterales sobre el tema.
En resumidas cuentas, seguimos como el patio trasero de los americanos y nuestro gobierno asume, en privado, todas las imposiciones que le hacen desde la Casa Blanca, aunque para efectos de comunicación declaren lo contrario. La verdad es que la crisis migratoria creó un grave problema de seguridad nacional que heredarán a la siguiente administración. ¿Quién le pondrá el cascabel al gato?