Claudia, sacará las uñas; Xóchitl, no convence
¬ Francisco Reynoso martes 9, Ene 2024Triple Erre
Francisco Reynoso
En dos puntos coincidí con mi maestro ÓSCAR RODRÍGUEZ. Uno: Si CLAUDIA SHEINBAUM llega a la Presidencia de la República, como todos los presidentes anteriores, sacará las uñas para poner distancia con su predecesor. El poder —dramatiza mi maestro— no se comparte. Ahora —describe— CLAUDIA ve a LÓPEZ OBRADOR como a un padre, como a su bienhechor, su guía espiritual. Mañana, que esté sentada en el trono del Palacio Nacional, si llega a sentarse —pronostica— cambiará su forma de pensar y de actuar.
Es la esencia humana, precisa.
El otro punto en el que coincidimos mi maestro y yo fue en que XÓCHITL GÁLVEZ, precandidata única de Fuerza y Corazón por México, no convence ni con sus discursos ni con sus actitudes populacheras.
Alguien propuso que PRI-PAN y PRD pidan al IEEZ que levante el veto a LÓPEZ OBRADOR para hablar de XÓCHITL porque la popularidad de la hidalguense va peligrosamente a la baja. Frecuentemente adorna sus alocuciones con majaderías de arrabalera. Sin embargo, en el grueso de la población no la ven como ella se describe: La esperanza de México que ya cambió de manos.
En una ocasión XÓCHITL declaró que para gobernar tendría una regla de oro: Ni huevones, ni rateros, ni pendejos. Algo así como: NO robar, no mentir, no traicionar.
Sin embargo, en otra declaración, en la que se refirió a los priistas corruptos y traicioneros, entre ellos ALEJANDRO MURAT y OMAR FAYAD, ex gobernadores de Oaxaca e Hidalgo, dijo que nunca incluiría en su gabinete a “ALITO” MORENO. Luego reculó y mucha gente descubrió en XÓCHITL el yugo que le imponen PRI, PAN y PRD. El populacho llegó a la conclusión de que si llega a la Presidencia, XÓCHITL no incluirá huevones, rateros ni pendejos, salvo honrosas excepciones.
Traiciones en política
Respecto a que CLAUDIA SHEINBAUM podría voltearle la espalda a LÓPEZ OBRADOR, más temprano que tarde, el maestro ÓSCAR RODRÍGUEZ echó una rápida ojeada a la historia.
Para no ir muy lejos, el catedrático de la Universidad Autónoma de Zacatecas cita a ERNESTO ZEDILLO. Era un tecnócrata gris, sin equipo político y a la muerte de LUIS DONALDO COLOSIO, el presidente CARLOS SALINAS lo escoge para sucederlo porque MANUEL CAMACHO SOLÍS era demasiado talentoso, ambicioso y con reiteradas actitudes de autonomía.
SALINAS necesitaba, para proseguir con su proyecto neoliberal, un incondicional en la Presidencia de la República. Y optó por ERNESTO ZEDILLO.
El 1 de diciembre de 1994, ZEDILLO recibió, de manos de SALINAS DE GORTARI, la banda presidencial. Tres meses después, el 28 de febrero de 1995, la Procuraduría General de la República detuvo a RAÚL SALINAS DE GORTARI, acusándolo de participar en el asesinato de su cuñado, FRANCISCO RUIZ MASSIEU, secretario general del PRI.
Ante esa decisión de su “incondicional”, quien también lo acusaba de la crisis económica en el país derivado del “efecto tequila”, CARLOS SALINAS viajó a Monterrey y se declaró en huelga de hambre. Usó como refugio la casa de una paisana de Agualeguas: Rosa Coronado, ubicada en el barrio de San Bernabé. Dos días después, SALINAS concluyó su movimiento de protesta y se fue de México; viajó a Irlanda donde permaneció todo el sexenio de ZEDILLO y parte del de VICENTE FOX.
ERNESTO ZEDILLO enfrentó y resistió los embates del priismo que obedecía a SALINAS a control remoto. Mantuvo preso a RAÚL SALINAS y en el 2000 entregó la Presidencia al panista VICENTE FOX. Así terminó la era de 70 años del PRI en Los Pinos.
Como ese ejemplo —recapitula el maestro ÓSCAR RODRÍGUEZ— pueden encontrarse otros muchos a lo largo de la historia política de México. En junio de 1977, seis meses después de asumir el poder, JOSÉ LÓPEZ PORTILLO sacó de México a LUIS ECHEVERRÍA, su “amigo del alma” y compañero de universidad. Lo mandó como embajador a la Unesco y después a Australia. ECHEVERRÍA había fundado en su casa de San Jerónimo la Universidad del Tercer Mundo y ahí daba audiencia a políticos del PRI y funcionarios del gobierno de LÓPEZ PORTILLO. Su “retiro” a la vida académica le duró sólo seis meses. JOLOPO lo echó fuera del país y de la política activa en México.
AMLO señala a sus traidores
Durante una mañanera, a mediados del año pasado, LÓPEZ OBRADOR, muy proclive a meterse en temas ajenos a los grandes problemas que aquejan a lo mexicanos —cortinas de humo los llaman los politólogos— habló de quiénes lo han traicionado. Contó que su hijo JESÚS ERNESTO le preguntó si alguna vez en su vida se había equivocado —muy modesto el hombre—. Le respondió que sí, que no era infalible —más modesto aún—. Entre sus errores está el haber favorecido a quienes luego lo traicionaron. Citó a los senadores GERMÁN MARTÍNEZ, ex titular del IMSS; LILLY TÉLLEZ y a los ministros de la Suprema Corte, MARGARITA RÍOS FARJAT, ex titular del SAT, y JUAN LUIS GONZÁLEZ ALCÁNTARA.
LÓPEZ OBRADOR concluyó su larguísima disertación sobre la traición política: “Nadie estamos a salvo de la promiscuidad política, sin ideales ni principios. Pero no es para alarmarse”.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos