Otra vez contra Ciro
Armando Ríos Ruiz viernes 5, Ene 2024Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
En diciembre del año antepasado, más o menos a las 11 de la noche, el periodista Ciro Gómez Leyva fue víctima de un atentado a balazos cerca de su domicilio en la colonia Florida. Dos personas en motocicleta se acercaron al carro que conducía y le dispararon con clara intención de asesinarlo. Gracias al blindaje del vehículo pudo salvar la vida.
El Presidente emitió una condena a la agresión y culpó a sus enemigos del acto cometido “para afectarnos”, dijo. Un mes después, 11 detenidos fueron capaces de soportar los métodos policíacos más modernos y científicos de tortura, como el Tehuacán con chile piquín, agitado e introducido por las fosas nasales y el famoso pozole, que consiste en sumergir al delincuente en una pila de agua pestilente, hasta que pide clemencia y en algunos casos muere inclusive.
No arrancaron ninguna confesión. Hasta hoy no hay claridad alguna de estos hechos. Los autores intelectuales se hicieron ojo de hormiga y los denuestos desde la tribuna mañanera continuaron inclementes. Aquella condolencia presidencial quedó exactamente en la misma tesitura que las que se han solido verter contra alguna muerte importante. O simplemente, para no ir más lejos, por lo que ocurrió recientemente en Acapulco, olvidado a su suerte.
Los hechos me hicieron recordar la muerte del periodista Félix Miranda, conocido como “El Gato Félix”, cofundador y codirector del semanario Zeta, de Baja California, dueño de una pluma que incomodaba por decir verdades. Una persona muy poderosa alquiló a los sicarios y logró que segaran su vida. Y como se dice en los corrillos policiacos: todos los indicios apuntaban a una en especial.
Al comenzar esta semana, volvimos a saber de los ácidos comentarios del Presidente, en contra del mismo periodista Ciro Gómez Leyva, a quien acusó, como siempre, sin pruebas, de recibir dinero del gobierno de manera indirecta, porque forma parte de un jugoso negocio que tiene la televisora en la que presta sus servicios. Inclusive culpó a los empresarios Olegario Vázquez Aldir y Jaime Azcárraga de estar detrás del informador para incrementar sus negocios.
Sus propias palabras evidencian que sólo imagina: “Dicen, es que Ciro no recibe dinero del gobierno, no recibe dinero del gobierno de manera directa, puede ser que de manera directa no, pero si una empresa hace un negocio jugoso de esos le puede pagar a Ciro hasta un millón de pesos mensuales”. ¿Acaso no es esto elucubrar y acusar sin pruebas?
Claramente, el Primer Mandatario se encierra en su propio laberinto. Por un lado presume su respeto a la libertad de expresión y por otro, todos los días condena a la Prensa que no es afín con sus ideas, con su forma de pensar y de actuar. Inclusive, organismos internacionales le ha advertido sobre el peligro en que coloca a los periodistas que denuesta con el encono más corrosivo.
Por esta razón, igual que en el caso de “El Gato Félix”, muchos investigadores de primera línea dicen que en el asunto de Ciro, blanco de los señalamientos repetidos, no de cualquier persona común, sino de una investida con el poder de la Primera Magistratura, los indicios apuntan en un sentido.
Respecto al último señalamiento, fue más directo. Mencionó que los dueños de las empresas donde se desempeña el periodista, Vázquez Aldir y Azcárraga, son capaces de decir que no pueden con Ciro porque es independiente. Yo todavía ando buscando a quien se los crea, pero quieren hacerlos líderes de opinión. Esto, luego de pedir su cabeza.
Y lejos de disculpar al jefe, los periodistas incondicionales lo incriminan. Le dicen a Ciro: Acusaste en tu programa de televisión a Andrés Manuel López Obrador de tener algo que ver con el hecho de que la gente en la calle está portándose “agresiva” con los reporteros de Milenio y lo llamaste “cobarde.” Según tú, AMLO es el que, con sólo dar la orden, puede parar las acciones de la gente. ¡Vaya! ¿Con esa defensa para que abogado? ¿Le asiste la razón al Presidente?