Dioses
Alberto Vieyra G. viernes 22, Dic 2023De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Los mil 400 millones de hindúes tienen la friolera cantidad de 330 millones de dioses. Y usted se preguntará ¿para qué tantos dioses, si solamente hay uno que se llama Jehová y es el supremo arquitecto que junto con su hijo Jesucristo creó el universo?
Prácticamente todas las culturas en la historia humana han vivido engañadas espiritualmente. Los griegos a través de su engañifas mitología griega veneraron a un titipuchal de dioses y profetas falsos, igual que en la cultura azteca que también era politeísta y donde hasta la hermana de Tláloc era conocida como nuestra señora del chilito rojo.
Igual que en el mundo antiguo y el presente, la raza azteca fue engañada en cuanto a la veneración del Dios verdadero. Era tal la ignorancia del pueblo azteca que hasta el emperador Motecuhzoma Xocoyotzin contribuyó con su ignorancia a ese engaño brutal de la nación azteca. A Quetzalcóatl por ejemplo, se le veía como un dios, la serpiente emplumada y cuando Quetzalcóatl partió de lo que hoy es el estado de Hidalgo con rumbo al puerto de Veracruz prometió volver en un año caña que se cumplió exactamente en 1419, cuando arribaron a Veracruz los bárbaros conquistadores españoles que traían 14 caballos pura sangre y 16 mortíferos cañones, además de armamento consistente en mosquetes y armaduras metálicas.
El monarca Moctezuma se espantó de tal manera que comenzó a propalar la versión de que los recién llegados eran dioses, que era el regreso del dios Quetzalcóatl, que en México se sigue esperando sexenio tras sexenio en el que algunos gobernantes nos han hecho creer que son dioses, como el llamado Mesías Tropical. Cuitláhuac, primo hermano de Moctezuma le decía insistentemente: “No hermano, no son dioses son soldados que te vienen a derrocar y a matar”. Pero, Moctezuma nunca entendió lo que Ciutláhuac le decía y siguió enviándoles a lo largo del camino de México a Veracruz regalos consistentes en oro puro, plata, bronce, piedras preciosas como la obsxidiana y hasta supuestamente su penacho que hoy ya está podrido allá en Austria.
Si los mexicanos somos muy dados a hacer dioses sexenales y debemos estar muy alertas porque a la “corcholata” de AMLO ya se le comienza a hacer una aureola de diosa y de un ser supremo con inexistente sabiduría como esa de que ganando la silla presidencial se dará a la tarea de bombardear las nubes para que llueva. ¡Qué mentira tan ruin, porque hasta hoy no ha nacido el ser humano capaz de mover las fuerzas de la naturaleza como lo harían Jehová y Jesucristo!
Así que ojo cuando nos doren la píldora político-electoral.