La espiral de violencia
¬ Augusto Corro viernes 15, Dic 2023Punto por punto
Augusto Corro
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador entra en la recta final. Tras más de cinco años en el poder, el mandatario tabasqueño carga el problema de la espiral de violencia en México. Quizás este sexenio resulte con el mayor número de asesinatos.
De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en la presente administración van 161 mil 518 mexicanos asesinados; cifra superior a las registradas en los sexenios de los presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Por supuesto, se prendió el foco rojo porque aún faltan varios meses de gobierno del Presidente tabasqueño. Difícilmente se podrá cantar victoria en la lucha contra la delincuencia organizado. El número de víctimas es prueba suficiente de que las cosas no se hicieron bien.
Por ejemplo, la política de abrazos, no balazos como trato a los delincuentes funciona mal o no funcionó. Los maleantes entendieron el mensaje como un estímulo para continuar con sus fechorías.
Si bien es cierto que se fue a trabajar sobre las causas de la violencia, con la idea de alejar a los jóvenes de los actos criminales, la política aplicada podría ofrecer resultados, pero no con la rapidez que exige la situación de inseguridad y terror que viven millones de mexicanos.
Quizás el asunto de los asesinatos era de urgente y efectiva solución; pero el sexenio lopezobradorista ya toca su fin, con problemas sin resolver; aunque no hay duda que el tema de los asesinatos es el más grave.
A lo anterior debe agregarse el elevado número de feminicidios, así como la desaparición de personas en todo el país. ¿Y qué decir del delito de extorsión que en los últimos años se convirtió en uno de los criminales más practicados por la delincuencia organizada?
Ausencia de policías
Por el nivel de delitos, son las autoridades las responsables de actuar en hechos relacionados con el narcotráfico, como son la captura de los capos de la droga, que envían a sus sicarios a apoderarse de las plazas a sangre y fuego.
Ante esa situación, las policías estatales y municipales se hacen a un lado y dejan el campo libre a los narcos o a los huachicoleros, etc. La realidad es que no hay autoridad capaz de velar por los intereses de la población.
Hay entidades en las que los representantes de la ley abandonaron su trabajo. Son los propios narcos los encargados de encargarse de las funciones de las autoridades. La llamada Guardia Nacional no tiene tiempo para brindar seguridad, pues tiene que vigilar a los migrantes.
Los ejemplos de los daños provocados por la espiral de violencia se encuentran en entidades como Guerrero, Michoacán, Tamaulipas, Chiapas, Estado de México, Colima, Sonora, Guanajuato, etc. Las autoridades saben cuáles son los problemas, pero se niegan a atenderlos.
Los guerrerenses padecen desde hace varios años las luchas que desataron los narcos dedicados al opio. En fechas recientes, ocurrió el secuestro y desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, Este caso, por cierto, lleva el camino del archivo.
En Guanajuato, la historia de masacres se repite día con día y el gobierno estatal ya decidió ser un espectador más de la espiral de violencia. Por el momento no se contempla un verdadero interés por brindar seguridad de parte de las autoridades.
Y del estado de Michoacán son constantes las noticias sobre los asesinatos y la lucha que libran los cárteles de la droga, incluida la participación de “La Familia Michoacana” que aparece y desaparece del escenario del crimen.
El fin de semana pasado, en el Estado de México, concretamente en Texcaltitlán, perecieron catorce personas, entre ellos once presuntos criminales de La Familia Michoacana y tres pobladores.
Los vecinos del lugar decidieron terminar con las extorsiones de que eran víctimas por parte del grupo de sicarios, que encabezaba Rigoberto de la Sancha Santillán (a) “El Payaso”, célula del cartel mencionado.
La lista de hechos violentos es innumerable. Las autoridades de los tres niveles (federal, estatal y municipal) no pudieron erradicar la espiral de violencia.
¿Usted qué opina amable lector?