En la fiesta de la Virgen del Castillo, velas y flores se cambian por pólvora, en Yecla, municipio de Murcia, España
Turismo viernes 8, Dic 2023De cinco estrellas
Victoria González Prado
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Entre el 6 y el 8 de diciembre, se celebra la “Fiesta de la Virgen del Castillo” en el municipio de Yecla en Murcia, España, el ambiente de la ciudad se llena de olor a pólvora y el estruendo de los arcabuces (arma de fuego antigua, parecida al fusil), similares a los que se utilizaban en el siglo XVI. No hay ropajes religiosos. Se viste el típico bicornio y casacas negras que utilizaban las fuerzas municipales o milicias que permanecieron en activo en las tierras de Castilla desde el siglo XVI hasta la segunda mitad del XVIII. Se disfruta el ambiente de fiesta religiosa y pagana donde los rezos se mezclan con música popular, bailes, buenas viandas y vinos.
El fervor de sus seguidores, los piropos y cánticos a la Virgen y las procesiones de subida y bajada de la patrona desde su santuario a la Iglesia de la Asunción en la ciudad, es acompañada por los yeclanos y los habitantes de toda su comarca e incluso del resto de la región y otras provincias.
El origen de la celebración se produjo durante el reinado de Felipe IV, cuando el 17 de julio de 1642, un grupo de 61 yeclanos dirigidos por el capitán Martín Soriano Zaplana acudió a defender Cataluña de las tropas francesas en la Guerra de Cataluña y en defensa de la integridad del territorio nacional, ¡vaya ironía y ejemplo en los tiempos que corren hoy! El puesto de guarnición para los voluntarios se fijó en las tierras castellonenses de Vinarós, en la ermita de San Sebastián. El desarrollo favorable de la contienda facilitó que los miembros de dicha campaña regresaran a Yecla sin bajas que lamentar, hecho que interpretaron como milagroso.
La compañía de Martín Soriano, de regreso a Yecla, agradecida con la Providencia Divina y la Virgen, subieron donde se daba culto a nuestra Señora de la Encarnación representada en un antiguo cuadro, conocida como Virgen del Castillo, para dar gracias por el regreso de los hombres. Años más tarde, la Cofradía de la Purísima, fue encargada de adquirir una talla de la Purísima Concepción que sustituyera al cuadro de La Encarnación, para ser venerada en el santuario. La imagen llegó a Yecla en 1695, y entronizada en el templo como patrona y protectora de la ciudad.
Sin embargo, no quedaron satisfechos con esta acción de gracias y los habitantes acordaron bajar todos los años, durante unos días, la imagen de la Virgen hasta la Iglesia de la Asunción, acompañada de salvas de arcabuz como recuerdo a lo sucedido en la contienda. Aquel acto fue un acontecimiento para la ciudad, que desde entonces vio en la imagen de Nuestra Señora del Castillo, un símbolo de protección.
Las actuales fiestas de la Virgen del Castillo de Yecla, declaradas de Interés Turístico Nacional buscan ser de Interés Internacional.
El recinto donde recibe culto la Virgen ha sufrido numerosas reconstrucciones y reformas a lo largo de su historia, datando el edificio actual del siglo XIX. La talla que hoy se venera no es la original, puesto que desapareció en la Guerra Civil Española; se trata de una réplica realizada por Miguel Torregrosa en 1941 a semejanza de la primitiva, coronada canónicamente en 1954. Los actos principales que ahora se conmemoran son la bajada y subida de la Virgen a su Santuario en una popular procesión y siempre a principios de diciembre, y el día más importante es hoy 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción.
Así, el día grande inicia con una solemne ceremonia en la Basílica de la Purísima, luego el nombramiento de clavarios (mayordomos del próximo año) y por la tarde la procesión con la imagen de la Patrona, en la que el mayordomo repite el mismo ritual del juego de la Bandera, a la salida y especialmente a la entrada de la Virgen a la Basílica, en medio del estruendo ensordecedor que produce el disparo de los arcabuces.
Por último, tras el novenario, siempre el tercer domingo de diciembre, con el mismo orden, protocolo y ceremonial observado en la bajada se procede a la subida de la Virgen a su Santuario. Por la mañana, tras la celebración religiosa, se realiza la procesión Minerva y la bendición del Santísimo Sacramento a todos los arcabuceros y el pueblo de Yecla.
La gastronomía de Yecla cuenta con una variada y rica cocina que mezcla la murciana, manchega y valenciana. Es muy importante en la celebración y ejemplo de ello son el gazpacho yeclano, pelotas de relleno, tortas fritas, queso frito con tomate o las empanadas de patatas hacen las delicias de los comensales.
Tal vez el plato más característico en la alborada, durante la madrugada del 7 de diciembre y antes de la bajada de la Virgen, son las Gachasmigas Populares, elaboradas con harina, aceite, ajo, sal y agua; es uno de los actos con mayor participación ciudadana que se celebran en la ciudad. Organizadas por la Asociación de Mayordomos con la colaboración de las Agrupaciones de Escuadras, del Ayuntamiento de Yecla y los establecimientos comerciales que aportan ingredientes para su elaboración, han conseguido desde su primera edición en el año 2014 hasta la actualidad convertirse en una jornada multitudinaria indispensable en la agenda oficial previa a la celebración de las fiestas Patronales.
Se realizan más de 200 sartenes de gachasmigas y se movilizan más de 300 voluntarios para el evento, en la pasada edición salieron a la calle San José más de 8 mil personas y se convirtió en una jornada de convivencia ciudadana en las calles.
Las pelotas de relleno se componen de carne de cerdo triturada, pan remojado en caldo de cocido, piñones, huevo, ralladura de limón y especias, como clavo, pimienta y nuez moscada. Este plato es el rey de las fiestas de la Virgen y se degusta tradicionalmente hoy viernes 8 de diciembre. Toda esta gastronomía se acompaña siempre de vinos elaborados por las bodegas adscritas al Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Yecla.
Los dulces que más se consumen durante estas fiestas son los libricos. Finas obleas rellenas de miel o chocolate, elaboradas artesanalmente con una receta familiar de varios siglos de tradición, decoradas con grabados que reproducen lugares y monumentos emblemáticos de Yecla. También mantecados y rollos de vino. Estos, ideales para acompañar el café después de las comidas y es muy común tomarlas acompañadas de mistela (vino que se elabora añadiendo alcohol al mosto de uva en cantidad suficiente para que no se produzca la fermentación).
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“El ángel de la fama tiene sus alas hechas de papel… periódico”.
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