Elecciones michoacanas
¬ Augusto Corro martes 26, Jul 2011Punto por punto
Augusto Corro
- Panorama violento
- ¿Por quién votarán?
- Crece desempleo
El próximo mes de noviembre, los michoacanos elegirán a su nuevo gobernador. Serán elecciones difíciles por los ingredientes que estarán presentes en esa fecha: la narcoviolencia y los intereses políticos.
Michoacán es uno de los estados que más ha sufrido los embates del crimen organizado. Desde el principio del presente sexenio, aquella entidad se convirtió en un campo de batalla con decenas de muertos, tanto de las fuerzas del orden, como de los cárteles de las drogas.
“La Familia Michoacana” empezó a ser combatida cuando sus ramificaciones mafiosas ya se encontraban aposentadas en el territorio nacional. A pesar de que en Michoacán ha sufrido derrotas importantes, en sus “sucursales” se trabaja activamente.
Ante el debilitamiento de “La Familia Michoacana”, sus líderes optaron por formar otro cártel que les permitiera continuar con el negocio. Así, surgieron “Los Caballeros Templarios”, quienes por el momento son los enemigos a vencer por parte de las autoridades federales, estatales y locales.
Sin lugar a dudas, el ambiente violento repercutirá en los comicios de noviembre. La semana pasada, la consultora Stratfor anunció que pese a los esfuerzos del gobierno calderonista, difícilmente podrá acabar con “Los Zetas” y “Los Caballeros Templarios”, porque se trata de grupos criminales bien arraigados.
Recientemente, el gobierno federal envió cientos de soldados a reforzar una batida contra los líderes de los grupos de delincuentes. El domingo pasado obtuvieron un triunfo importante al capturar a Bulmaro Salinas Muñoz “El Men”, jefe de plaza de “Los Caballeros Templarios”, en Morelia.
Sin embargo, falta mucho para que regrese la tranquilidad a ese estado, que terminen los enfrentamientos mortales entre delincuentes contra delincuentes y éstos contra las autoridades. Será imposible conseguir la paz en los próximos meses.
La actividad política se desarrollará en ese ambiente tocado por la narcodelincuencia, con una sociedad harta de secuestros, asesinatos y extorsiones.
Como se sabe, a mediados del 2009, el gobierno federal implementó el “michoacanazo”, una especie de redada de funcionarios estatales y presidentes municipales por sus presuntas relaciones con “La Familia Michoacana”. Resultó un fiasco. Los detenidos fueron puestos en libertad, después de comprobar su inocencia.
Lo anterior, ocurrió en vísperas de las elecciones intermedias. El hecho dejó un fuerte tufo político, porque los acusados pertenecían al Partido de la Revolución Democrática, en ese entonces con influencia importante en Michoacán.
Volvemos a preguntar ¿Por quién votará el electorado michoacano? ¿Votarán contra el PRD para vengarse del pésimo gobierno de Leonel Godoy Rangel? ¿Votarán por Luisa María Calderón, hermana del Presidente, quien sin una estrategia adecuada decidió combatir a la narcodlincuencia en Michoacán, con resultados pésimos que saltan a la vista?
El senador perredista, con licencia, Sllvano Aureoles, será el candidato apoyado por la izquierda y por el grupo de los “amalios”. El domingo pasado recibió el apoyo de Andrés Manuel López Obrador. Y seguramente recibirá la bendición de la familia Cárdenas, con intereses políticos en la entidad, por no decir intereses caciquiles.
Luisa María Calderón se ha lucido con las visitas de funcionarios públicos de primer nivel para lucir su poder político. Gane o pierda, su participación en la grilla michoacana es criticada porque la ambición por el poder no les permite un poco de decoro.
El candidato priísta, Fausto Vallejo Figueroa, es la “cenicienta” de los precandidatos. Tendrá que competir con unos adversarios que tienen todo para ganar, principalmente los apoyos del gobierno federal y estatal. Esas maquinarias que echaron a funcionar programas sociales que podrían influir en la intención del voto.
¿Por quién votará el ciudadano michoacano?
DESEMPLEO
El desempleo en México se convierte día con día en un problema sin solución.
La demagogia del gobierno panista se ha visto vapuleada por la realidad: en el mes de junio, de este año, la tasa de desocupación llegó a un “sorpresivo” nivel de 5.42 por ciento.
Lo anterior representó el nivel más elevado para un periodo similar desde 1995, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Según el propio instituto, algunos elementos que contribuyeron al repunte de la desocupación fueron los siguientes: la dinámica de crecimiento poblacional y desaceleración en la creación de trabajos formales.
Entre otros datos interesantes según el censo poblacional junio-julio del 2010, el desempleo afectó más a las mujeres. Por otra parte, el nivel de la desocupación entre las personas más preparadas del país, es el más alto desde que el INEGI integra esta variable en el conteo del mercado laboral.
Las cifras del INEGI no reflejan el estado real del desempleo, cuyas cifras se acumulan año con años. Así por ejemplo, el número de “ninis” crece incontrolable. Por la falta de escuelas de nivel superior para jóvenes de escasos recursos económicos, las filas de los desocupados son inmensas.
Y como si no fuera suficiente con tantos “ninis”, también hay ejércitos de profesionistas que no tienen la oportunidad de trabajar.
El problema de los desocupados se agudiza, porque, según estadísticas de las autoridades estadunidenses, ha disminuido el número de indocumentados en el vecino país. Y es lógico pensar, que si no se consigue trabajo por la situación económica difícil que se vive en EU, en México conseguir un empleo es más que imposible.
El gobierno de Calderón que llegó con la idea de abatir la desocupación, resultó un fiasco. Hay que tener en cuenta que las crisis económicas mundiales son recurrentes y que afectan a todos los países. Ya sabemos lo que ocurre en Europa, pero no debemos preocuparnos, pues contamos con funcionarios de primer nivel que nos ayudarán a sortear cualquier contingencia. Me refiero al secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, quien vive en un país de ficción, y al gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, que pronostica resfriados económicos, cuando se trata de pulmonías, casi fulminantes.