Claro que no escuchan
¬ Claudia Rodríguez martes 26, Jul 2011Acta Pública
Claudia Rodríguez
Cuando alguno de nosotros “los de a pie”, “los mortales” tenemos necesidad del auxilio inmediato de nuestras autoridades de seguridad, la verdad es que pocas veces contamos con tal respuesta.
En alguna ocasión les he comentado que cuando he requerido de la presencia de una patrulla frente a mi domicilio para atender un robo o percance, su asistencia ha sido más que tardía y en ocasiones los oficiales de la misma, ni siquiera saben cómo dar respuesta a mis inquietudes e interrogantes.
Por tal causa, yo también soy de las convencidas que los elementos de seguridad que patrullan mi colonia, son sólo de adorno e incluso del rubro del terror, pues más que ofrecer seguridad, inspiran terror.
Hace dos días una de las personas que laboran conmigo, me comentó como en su colonia se suscitó una riña en la que se vieron envueltos dos de sus familiares y ella misma, sólo por salir a ver qué pasaba frente a su domicilio. Cuando optaron por meterse a su casa, más de quince jóvenes enfurecidos se agolparon en su puerta y les exigían salir al grito de “¡no sean cobardes ¿=?)/&%%$!” y apalear y apedrear la fachada del inmueble.
Ya resguardados pero con el temor de que se introdujeran hasta su propia casa, quienes apenas unos momentos antes tenían una discusión verbal y tranquila a nivel familiar, se vieron amenazados por desconocidos que exigían enfrentamiento. Así que los atemorizados optaron por llamar para que los policías de una patrulla los asistieran.
Al lugar de los hechos en la colonia Las Águilas en Atizapán de Zaragoza, Estado de México, no llegó una, la verdad es que arribaron dos patrullas, pero los elementos de seguridad se abstuvieron de detener a los agresores, simplemente se limitaron a observar.
Por fortuna la acometida no pasó a mayores pero tuvieron que quedarse con los daños a su vivienda y con el temor de no saber cómo de espectadores pasaron a ser parte de un ultraje.
Así que concluyeron que tal vez si las patrullas no se hubieran presentado, los daños a su vivienda hubiesen sido menores y la aprensión ante los agresores desconocidos también mínima. Es así como se ha nulificado la confianza que tenemos todos en nuestras autoridades de seguridad.
Casos más que conocidos reportan cómo las policías locales se cruzan frente a los criminales y no son capaces de detenerles.
Pero dicen por ahí que si nos escuchan. Más bien se burlan.
Acta Divina… “En la construcción de una seguridad auténtica y duradera, el gobierno federal se sabe responsable ante la opinión de los ciudadanos. Son ustedes quienes conocen lo que su comunidad requiere en materia de seguridad”, afirma Alejandro Poiré, secretario técnico de Seguridad Nacional.