Si reprobamos matemáticas, mejor nos olvidamos de ellas, dice la 4T
Miguel Ángel Rivera miércoles 6, Dic 2023Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Recibir una tarjeta de reprobados no enorgullece a nadie y menos cuando se tiene la seguridad de que no hay manera de superar el obstáculo en la siguiente prueba.
Esto es lo que sucede con los estudiantes mexicanos, que resultaron reprobados y que sólo tienen por delante a la denominada Nueva Escuela Mexicana (NEM), a la que no importan esas pruebas de los conservadores y neoliberales que sólo buscan tener mano de obra fresca y barata, por lo que en vez de buscar la manera de superar las pruebas simplemente dejan de estudiar esas materias.
Eso es lo que ocurre con el examen conocido como prueba PISA, cuyo nombre completo es Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (por sus siglas en inglés Programme for International Student Assessment). Es un estudio llevado a cabo por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a nivel mundial que mide el rendimiento académico de los alumnos en matemáticas, ciencia y lectura. Su objetivo es proporcionar datos comparables que posibiliten a los países mejorar sus políticas de educación y sus resultados, ya que este análisis no evalúa al alumno, sino al sistema en el que está siendo educado.
La más reciente evaluación de PISA fue dada a conocer ayer y se puede resumir en el título de la nota respectiva publicada en el diario Excélsior: “México y el resto de Latinoamérica ‘reprueba’ la prueba PISA; Asia lidera ranking escolar.
Por el contrario, Singapur, la ciudad-estado del sudeste asiático, obtuvo la puntuación más alta en las tres áreas de evaluación de la encuesta; México está en el lugar 57 de 82 naciones o sea un nada honroso sitio.
“Estos resultados sugieren que, en promedio, los estudiantes singapurenses están el equivalente de entre tres y cinco años de escolaridad por delante de sus pares”, dijo el informe.
En otras partes del mundo disminuyó el rendimiento académico, provocando “una caída sin precedentes” en el resultado general, una tendencia “preocupante”, según el informe. Alemania, Islandia, Países Bajos, Noruega y Polonia, por ejemplo, registraron resultados notablemente más bajos en matemáticas.
De hecho, Singapur y los países asiáticos copan las primeras plazas de una nueva edición del Informe PISA, publicada ayer. Esta nueva edición, basada en las respuestas en 2022 de 690 mil estudiantes en 81 países y territorios, mostró que los países de América Latina participantes, como Chile, México o Colombia, aparecen en la segunda mitad de la tabla.
El informe de PISA también revela que los niveles promedio en otros lugares cayeron a niveles récord, incluso en Europa, y no solo a causa de la Covid.
“Los resultados de PISA 2022 muestran una caída en el desempeño de los estudiantes sin precedentes en la historia” del informe, dijo a los periodistas la analista de educación de la OCDE, Irene Hu.
México, en vez de avanzar, va para abajo
Para nosotros, lo importante es el lugar en donde se encuentra nuestro país. No se trata de un ejercicio en el vacío, estamos en el proceso de la reubicación de plantas productivas, conocido por su denominación en inglés —nearshoring— que implicará necesariamente un avance económico para los países que reciban a las unidades productivas que serán o están en proceso de relocalizarse al influjo de la competencia de las dos grandes potencias económicas mundiales, China y los Estados Unidos.
La condición para beneficiarse de esa relocalización es, aparte de otros aspectos, el ofrecer una planta productiva lo suficientemente capacitada para poner en práctica los avances tecnológicos.
No se trata de una especulación en el vacío. El multimillonario Elon Musk no eligió Nuevo León para instalar una gran planta productora de autos eléctricos por simpatía con su “compadre” el joven gobernador Samuel García Sepúlveda, sino porque el sistema educativo de Nuevo León —ajeno a la Nueva Escuela de la llamada Cuarta Transformación— ofrece los suficientes científicos y técnicos para asegurar que operarán con eficiencia su moderna factoría.
Pero, desgraciadamente no todo México puede ofrecer lo mismo, pues en la reciente prueba PISA nuestro país registró una disminución en todos los rubros educativos, a comparación de la última prueba que se realizó en 2018.
Tan sólo en matemáticas —materia fundamental en ingeniería mecánica, como en muchas otras áreas productivas— la reciente caída (2018-2022) revirtió la mayoría de los avances observados durante el período 2003 a 2009.
Eso no es lo peor. También en lectura —el entendimiento de nuestra lengua materna— y en ciencia también se registraron bajas, pero se mantuvieron estables.
En particular, es de destacar que, al menos el 34 por ciento de los estudiantes se ubicó en menos el nivel 2 de competencia en matemáticas, significativamente menos que el promedio de los países de la OCDE.
También resulta sobresaliente que casi ningún estudiante en México. obtuvo un alto rendimiento en matemáticas, mismo resultado para ciencias, mientras que el 49% alcanzó el Nivel 2. Alrededor del 53% de los estudiantes en México llegó al Nivel 2 o superior en lectura, pero sólo el 1% obtuvo un resultado sobresaliente.
Ante las eventuales excusas de los funcionarios de la llamada Cuarta Transformación es preciso resaltar que el informe de PISA establece con claridad que el impacto de la pandemia de Covid-19 en la educación afectó los resultados, pero no fue el único factor.
En países como Finlandia, Islandia y Suecia, que llegaron a estar en las partes altas de la clasificación, hay problemas a largo plazo como “el nivel de apoyo que los alumnos reciben de los maestros y el personal escolar”, dijo Hu, de la OCDE.
Esos países “han invertido en educación en los últimos diez años, pero tal vez no invirtieron de manera eficiente o suficiente en la calidad de la enseñanza”, dijo Eric Charbonnier, otro analista de educación de la OCDE.
En nuestro hemisferio, el primer país de América Latina es Chile (puesto 52), seguido de Uruguay (53), México (57), Perú (59), Costa Rica (63), Colombia (64), Brasil (65), Argentina (66) y Panamá (74), mientras que cuatro países aparecen en el bloque final: Guatemala (77), El Salvador (78), República Dominicana (79) y Paraguay (80), justo por encima del último calificado, Camboya (81). España está en la posición número 27 y Estados Unidos en la 34.
Según el informe, las disparidades en los niveles de educación indican que “el mundo ya no está estrictamente dividido entre naciones ricas y bien educadas y naciones pobres y mal educadas”.
Por primera vez, la OCDE también examinó, en un estudio separado, la felicidad de los estudiantes, utilizando nueve aspectos que incluyen su compromiso con la escuela, su bienestar material, cultural y psicológico o la apertura a la diversidad.
Este capítulo demostró que, en Singapur, Macao y Taiwán, con los mejores resultados en matemáticas, “muchos estudiantes dijeron tener un gran miedo al fracaso y una participación limitada en actividades extracurriculares, como los deportes”. Por el contrario, en países como España y Perú, con notas más bajas en las pruebas PISA, los investigadores a menudo encontraron “niveles más bajos de ansiedad y un mayor enfoque en los deportes” entre los estudiantes sondeados.
La Nueva Escuela Mexicana en un aspecto no mencionado por el reporte de PISA, encontró otra respuesta para evitar la angustia de los estudiantes. Simplemente se olvidó de las matemáticas y de otras molestas materias, como se puede apreciar en los reportes escolares que, por estos días, se presentan profusamente a los padres de familia, no aparecen las mencionadas matemáticas y ni siquiera el aprendizaje y manejo del idioma.
Mientras tanto, como lo hacen todos los años, los miembros del magisterio disidente salieron a las calles de la Ciudad de México a protestar porque el gobierno de la llamada cuarta transformación, como los anteriores conservadores no neoliberales, no les han satisfecho sus demandas de mejoría de sus condiciones laborales.
Afiliados a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) demandan 100 por ciento de aumento salarial, jubilación completa para todos sus miembros, basificación y alto al autoritarismo, entre otras demandas.
No, el pliego de peticiones no incluye de manera destacada una revisión a los programas de estudio.