Argentina vs. México
Armando Ríos Ruiz viernes 24, Nov 2023Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Si se tratara de un campeonato de futbol entre Argentina y México, seguramente no habría duda de que el país gaucho ganaría sin problemas. Pero se trata de ideologías. De dos países enfrentados hoy, a raíz de las elecciones presidenciales en esa parte del cono sur, cuyo triunfo fue para la derecha radical o la ultraderecha, personificada en la figura de Javier Milei.
Están exactamente a una distancia de 180 grados en la línea que divide el círculo en mitades exactas. Por eso se ha establecido un encontronazo de ideologías que no ofrecen un punto de identidad. Es una diferencia impuesta por el prurito de alcanzar la dictadura, por un lado, que amenaza con transformar todo un país en otro de los más pobres de América y otra que apenas intentará rescatar al suyo de una inflación galopante, que también amenaza con agigantarse.
Milei es un político de muy reciente cuño que aspiró a convertirse en futbolista famoso cuando fue arquero del Chacarita Junior. Cuando se convirtió en economista, su discurso denominado por él mismo “liberal libertario” comenzó a llamar la atención en medios informativos y apenas hace tres años, logró ser electo como diputado. Se estima que dio un salto en su carrera, al anunciar que en 2023 sería candidato a la Presidencia de su país.
“El Loco”, apodado así por sus extravagancias, dueño de cinco perros Mastín Inglés” que pesan un promedio de 100 kilos cada uno, a los que junto con su hermana Karina considera su familia, logró ganar la Presidencia de Argentina en una segunda ronda que se veía muy discutida porque seguramente se dividiría entre tres. No obstante, en ese país sólo se hablaba de dos: de él y de Sergio Massa, ministro de Economía, acusado del último desastre económico.
Inmediatamente después del triunfo, no vaciló un instante en mostrarse echado para adelante, convencido plenamente de que su estrategia económica de dolarizar el país llevará cambios sustanciales que engendrarán una verdadera transformación positiva en ese lugar, que de veras sufre los embates del hambre, visible en muchos rincones, principalmente en Buenos Aires.
Hoy, el peso argentino está a razón de más de mil por un dólar. No le quitaron tres ceros y por ello, pagar una cuenta implica extraer de alguna maleta colgada en el cuerpo, un fajo de billetes que no cabe en ninguna cartera. Esa bolsa externa sirve también para recibir y guardar el cambio.
No es conveniente pagar en dólares, porque en todos los negocios son recibidos al tipo de cambio que impone el Banco Central, a un precio menor que el que se recibe en otras casas de cambio o en la calle.
Si nuestro mandatario fue el último en reconocer la victoria de Joe Biden, como Presidente de Estados Unidos, seguramente jamás reconocerá la de Milei, toda vez que ha sido blanco de sus críticas. Además, Argentina no es la Unión Americana y los insultos que ha recibido han sido de una acidez corrosiva.
No es posible olvidar el rencor que mueve sus sentimientos, que exhibe todos los días en sus conferencias matutinas, a las que añade inclusive una buena dosis de calumnias ofensivas contra quienes ha inventado como enemigos. O en aras de consumar la destrucción de instituciones tan valiosas como la Suprema Corte, a cuyos opositores ha denominado defensores del México que estaba convertido en narco estado, sin apreciar que se muerde la lengua.
Por lo pronto, ya se subió al ring sin ser invitado. Sólo por el triunfo y como consecuencia del recuerdo de dichos pasados que la prensa se encargó de volver a hacer públicos. Seguramente, tampoco faltará tiempo para que el Porteño vuelva a considerarlos oportunos.
Su forma de ser, conocida gracias a sus desafortunadas apariciones a cuadro mañanero, no perdonará haber sido llamado “patético, lamentable, repugnante. No sólo por el tema de intervención (en las elecciones de Colombia), sino por la fatal arrogancia”.