Ese tango ya lo bailamos en México
¬ Francisco Reynoso jueves 23, Nov 2023Triple Erre
Francisco Reynoso
En Argentina, como en México en 2018, ganó el hartazgo, la desesperación y la urgencia de cambiar de rumbo… hacia cualquier lado.
En Argentina, como en México 2018, ganó un “loquito” al que los expertos no le daban muchas posibilidades.
En Argentina, como en México 2018, la corrupción, los excesos de la clase en el poder, los malos manejos económicos que empujaron al país a la depauperación, la demagogia electorera y el populismo sacudieron a la gente y la llevaron a las urnas para ordenar un cambio radical. ¡Es una locura!, advertían quienes conocen la forma de pensar de Javier Milei y saben de su costumbre de hablar con sus perros y de su intención de nombrar a uno de ellos, cuando ejerza el poder, consejero económico en jefe.
No importa, pareció responder el pueblo argentino. Cualquier cosa será mejor que seguir en el pantano del populismo y la corrupción del Partido Justicialista y del kirchnerismo —equivalente al lopezobradorismo—.
Y es que fueron 20 años de políticas públicas que sumieron a Argentina en la mediocridad y en el estancamiento productivo y en la pobreza económica. Primero fue Néstor Carlos Kirchner, luego su esposa Cristina Fernández, que extendió su mandato a un segundo periodo, le siguió Mauricio Macri y finalmente Alberto Fernández.
En México, en 2018, los mexicanos estaban asqueados de la corrupción del priismo, de los excesos del presidente Enrique Peña Nieto y de que dejara hacer y deshacer a su esposa Angélica Rivera, “Gaviota” y, sobre todo, a sus funcionarios -Emilio Lozoya, principalmente- y a los gobernadores que, sin ningún recato, se llenaban las bolsas de dinero.
Ese hartazgo le produjo 30 millones de votos a quien, meses antes, algunos llamaban “un peligro para México”. Y el cambio hacia cualquier parte se produjo en México.
No habrán sido pocos los que opinaron que los mexicanos, al encumbrar a López Obrador, se habían metido un autogol. Ese cambio hacia cualquier parte le ha salido caro a México. La pregunta que cabe es cuánto tiempo el pueblo sabio mantendrá en el poder al populismo; cuánto tiempo soportará el manejo desastroso de las finanzas públicas —al término del lopezobradorismo la deuda pública estará en 16.2 billones de pesos— el incremento de la violencia y la criminalidad y que los pobres sigan siendo pobres, pero eso sí, con un dinerito bimestral que les permita sobrevivir para acudir a votar agradecidos con el bienhechor.
Discurso presidencial
Muchos doctores en economía leales a Carlos Urzúa siguen en la Secretaría de Hacienda. Uno de ellos cuenta a guisa de burla, que Andrés Manuel López Obrador se despedirá de los mexicanos diciendo: Mexicanos, les tengo una buena y una mala. La buena noticia es que todos los bancos y países a los que les debíamos 16 billones de pesos nos perdonan la deuda.
La mala es que tenemos 48 horas para abandonar el país.
El FAM no tiene remedio
El problema de los mexicanos es que sólo tienen una sopa. El “caldo Xóchitl”, como dice “Lord Molécula” en La Casa de La Bandida, se cuajó.
La rebatiña por el poder entre las élites del PRI, PAN y PRD tienen en estado catatónico al Frente Amplio por México. Y a juicio de algunos doctores de la política, ya no tiene remedio.
Alito Moreno, Rubén Moreira, Carolina Viggiano serán senadores. Seguramente la votación que obtenga el PRI no alcance para mantener el registro político en algunos estados, pero a ellos si les permitirá seis años más pegados a la ubre legislativa.
Carta póstuma de Andrés Manuel
A propósito del “oso” que hizo MARCELO EBRARD cuando decidió permanecer en Morena, viene a cuento la anécdota que cuenta Verónica Díaz Robles, ex delegada del Bienestar en Zacatecas y aspirante a la candidatura de Morena al Senado por Zacatecas.
Regresaban de Durango a Zacatecas después de un día intenso de trabajo.
Andrés Manuel dijo a Verónica, su amiga y compañera de lucha desde el 2005, que no estaba dispuesto a que Morena se convirtiera en un partido de tribus que lo llevarán al desastre y a la división.
Mientras esté vivo luchará para proteger el prestigio democrático del Movimiento.
Y para blindarse cuando ya no esté entre los vivos -confió Andrés Manuel a Verónica- escribirá una carta con sus últimos deseos que deberá abrirse cuando ande en campaña en el cielo o en el infierno.
Y en ese testamento político dispondrá que, en caso de que Morena sea rehén de grupos y tribus, opera su renuncia inmediata y con carácter de irrevocable.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos