La Revolución interrumpida
¬ Luis Ángel García miércoles 22, Nov 2023Por la Derecha..!
Luis Ángel García
Adolfo Gilly escribió un ensayo histórico sobre el Movimiento Social de 1910 y concluyó que la Revolución no había concluido, sólo estaba interrumpida. Fue profético, hasta la fecha no se han cumplido las demandas populares que dieron origen a la rebelión armada de obreros y campesinos que exigían justicia social. La Revolución Mexicana aportó mucho al desarrollo mundial al ser el primer movimiento social del siglo XX y promulgar la primera Constitución Política que incluyó, además de las garantías individuales, los derechos sociales. Sin embargo, el Estado mexicano queda todavía mucho a deber a los ciudadanos.
La institucionalización de la lucha armada posibilitó algunas reivindicaciones para la clase obrera y campesina como fueron los artículos 27 y 123 de la Carta Magna, además de la obligatoriedad gubernamental de garantizar educación gratuita a todos los mexicanos. Sin embargo, no se ha podido erradicar la pobreza ni mejorar la distribución de la riqueza. Los gobiernos posrevolucionarios avanzaron en el mejoramiento de la vida del mexicano, como fue la creación del Ejido, figura del reparto agrario que en la actual centuria agotó sus función de colectivizar la propiedad, pero que no sacó de la pobreza a la gente del campo por falta de incentivos para incrementar la producción y se mantiene la corta visión oficial que supone que sólo con el apoyo de fertilizantes habrá más productividad. Debiera desaparecer el Ejido para dar paso a la pequeña propiedad y alentar la siembra, comercialización y distribución agrícola con modernos sistemas industriales.
También es cierto que los trabajadores mejoraron sus condiciones de vida con la creación del IMSS, el Infonavit o el Fonacot, pero hay todavía mucho retraso en las reivindicaciones laborales, como es el sindicalismo corporativo que permite la perpetuidad de los líderes charros que manipulan los derechos de sus agremiados y hacen uso político electoral de ellos. Incluso hay varias controversias internacionales que cuestionan la legitimidad de esas asociaciones y ponen en riesgo al T-MEC. La 4T alienta el viejo sindicalismo cetemista con una nueva central obrera dirigida por un viejo líder electricista del corrupto SUTERM. Más de lo mismo; lo que importa a Morena es la cantidad de votos que representan esos trabajadores y recompensa a su pastor con dinero y posiciones políticas.
Otro vicio que arrastra esta Revolución interrumpida es la fallida estatización de la economía y de la propiedad. Con el brete de que la nación es dueña de los recursos naturales se han revocado concesiones a particulares y negado nuevas para explotar minerales, además de obstaculizar la generación de energías limpias para mantener con respiración artificial y grandes recursos públicos a empresas quebradas como Pemex y la CFE. La docena trágica, como se le conoce a los fracasados sexenios de Luis Echeverría y José López Portillo, es ejemplo de la mala administración gubernamental y que los presidentes son peores patrones. El estatismo de la 4T no sólo arrebata prestaciones a los obreros -incluso está en riesgo el dinero de las afores para capitalizar el presupuesto-, sino que regresa al enfermizo populismo de los setenta, disfrazado ahora de militarización de la economía, donde los verdes lo mismo son empresarios, constructores, agentes aduanales, migratorios, industriales aeronáuticos o distribuidores farmacéuticos y están a un tris de convertirse en dueños de ferrocarriles de pasajeros y de carga, previa y casi segura expropiación de las concesiones particulares.
Mientras se da ese escandaloso desastre administrativo, queda pendiente la reivindicación social con un fallido sistema de salud que excluyó a 35 millones de mexicanos sin servicio médico ni medicamentos, sin libertad sindical y la incorporación forzosa a sindicatos corporativos, con desempleo o empleo mal pagado, donde impera el comercio informal, con deplorable educación pública que solo ideologiza a los escolapios y los condena a la mediocridad. Efectivamente, la Revolución está interrumpida y no se ve que reinicie pronto.