Separación de poderes
Alberto Vieyra G. lunes 20, Nov 2023De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Desde Aristóteles hasta Polibio, de Megalópolis, que vivieron antes de la era cristina, sostenían la tesis de que la mejor forma de gobierno radica en el equilibrio de los poderes, es decir que cada uno de los poderes que conforman el gobierno debe ser contrapeso del otro.
Para el ilustre teórico de la ilustración francesa, Rousseau, la tesis fundamental para el buen gobierno de una nación era que “en el cuerpo político hay que distinguir entre fuerza (Poder Legislativo), y voluntad (Poder Ejecutivo), de tal modo que nada se hace o nada se debe hacer sin el concurso de ambos”.
Y el tercer poder, el Judicial, debe ser el que vigile la correcta aplicación de las leyes y el Estado de Derecho. La tesis de Rousseau sería clave para Benito Juárez, quien la concibió como una forma de gran sabiduría para el gran equilibrio entre los poderes. La tesis juarista debería ser guía para los gobernantes que actualmente presumen de ser muy demócratas y juaristas, pero que en la práctica resultan ser adoradores de la dictadura y pura simulación política.
¿Por qué hago historia? Mire usted.
La renuncia de Arturo Zaldívar como ministro de la Corte debe ser motivo de estudio en momentos en que el presidente Andrés Manuel López Obrador busca por todos los medios someter al Poder Judicial de México. Esa renuncia fue un plan con maña, pues el Presidente de la República busca que el nuevo ministro o ministra que lo sustituya, deberá ser por 15 años y no un año como interina del chistoso renunciante y para no cumplir el interinato de Arturo Zaldívar, que no ha podido ni ha querido explicar cuál fue el motivo grave de su renuncia, como lo mandata el artículo 98 constitucional en su tercer párrafo, aunque en rigor la causa grave debió ser la divulgación de una fotografía con la “corcholata” de AMLO, Claudia Sheinbaum, y la revelación de ArturoZaldívar Lelo de Larrea de su encubierta ideología de izquierda con la que actuó como ministro favoreciendo al régimen obradorista.
Pareciera que AMLO no entiende eso de la autonomía de la división de poderes o la entiende como el hecho de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación debe ser una sucursal de su gobierno o un apéndice de Morena. Lo dicen todo las 3 aspirantes propuestas por AMLO y no por doña Claudia que es la que supuestamente tiene el bastón de mando, aunque no faltan quienes aseguran que ese bastón de mando es más bien una varita de nardo.
Son 3 mujeres que representan a 3 poderosas oligarquías o familias de la alcurnia en la capital mexicana: Lenia Batres Guadarrama, hermana del gobernante capitalino, y a quien se acusa del despojo de un departamento en Polanco; Bertha María Alcalde Luján, hermana de la titular de Gobernación, Luisa María Alcalde, hijas de Bertha Luján, dirigente de Morena, o bien María Estela Ríos González, titular de la Consejería Jurídica de Palacio Nacional, que tiene jerarquía de secretaria de Estado y consecuentemente no puede ser ministra de la Corte porque le impide la ley y porque además, le ha dado magros resultados al Presidente en sus amparos que ha promovido ante diversas instancias del Poder Judicial de la Federación.
Pero, además, esa interesantísima terna está condenada a naufragar en el Senado de la República, pues para que una de ellas se convierte en ministra de la Corte, se requieren 85 votos es decir una mayoría calificada, votos que no tiene Morena con sus aliados, a menos lleguen a cañonear a los desertores del PRI, de Movimiento Ciudadano, el PAN, ya advirtieron que votarán en contra. En ese caso AMLO tendrá que envíar otra terna al Senado y si es rechazada antes de que termine el periodo ordinario de sesiones, entonces tendrá que nombrar él a la ministra de su especial predilección para que le sirva como a él quiere que le sirvan: de rodillas y con una fidelidad inquebrantable y entonces la Corte habrá caído en manos del Presidente, aunque dos de los 4 que ya nombró lo hayan traicionado y se le hayan vuelto “conservadores”.
Lo deseable es que la Corte no caiga de rodillas ante el ponzoñoso presidencialismo porque de otro modo perderá credibilidad y legitimidad ante el pueblo de México. AMLO buscará a toda costa hacer trizas a la máxima institución de impartición de justicia en México, cuya función primordial es ser un verdadero contrapeso del Poder Ejecutivo y garante de la Constitución General de la República y el estado de derecho y no el estado de derechueco.