¿Alcanzó AMLO el nivel de líder?
Ramón Zurita Sahagún viernes 17, Nov 2023De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
¿El líder nace o se hace? Ser un líder o intentar serlo no es fácil y la mayoría de los que pretenden llegar a ese nivel se quedan en el puro propósito.
Andrés Manuel López Obrador, para algunos, está por llegar a ese nivel, aunque sus detractores lo objetan y lo ubican como un simple autoritario.
Líder, según su definición es un director, jefe o conductor de un grupo social o colectividad, capaz de incentivar, mover o influir en personas, con la finalidad de trabajar por un bien común.
Hasta ahora, AMLO lo hace en un gran sector de la población que es superior al de sus detractores. Sus seguidores son capaces de todo en defensa de su “profeta”, lo defienden a ultranza y siguen sus indicaciones.
La doblegada que le dio a Marcelo Ebrard, para cesar en sus reclamos e intentos por mostrar las deficiencias del partido en que militan, dan cuenta de la fuerza moral o hasta del temor que infunde en aquellos que intentan rebelarse a sus dictados.
Mantiene el control de sus seguidores y sus defectos, distracciones, olvidos y hasta excesos no los consideran de esa manera sus huestes. López Obrador nunca se retracta, ni reconoce sus errores y al pueblo que lo sigue no parece importarle y es que: “El líder tiene la función de transmitir una visión global e integrada, mostrar confianza al grupo, orientar y movilizar a las personas a concretizar los objetivos planteados, animar y mantener el interés del grupo a pesar de los obstáculos y crisis que se pueden encontrar a lo largo del trabajo, reforzar los sucesos y cuando sea necesario corregir los desvíos. Asimismo, el líder debe de utilizar todo el potencial de su personal y repartir las funciones a cada uno”.
Todo esto lo concreta el Presidente de México y lo ha mostrado a lo largo de sus cinco años de gobierno, con todo y que sus detractores se quejan de los ataques que dirige a sus opositores y los calificativos que le endilga.
López Obrador se puede asumir como un líder legítimo, ya que el voto de 30 millones de electores lo situaron en un nivel inalcanzable para sus adversarios y después de casi sesenta meses de gobierno se ha consolidado alcanzando con su partido a cubrir la mayor parte de la República mexicana.
AMLO es guía, dirigente, cabecilla, representante y todos los sinónimos que se le quieran agregar, ya que ha mostrado ser un guía de su grey, la que le cree y confía en él.
La popularidad del Ejecutivo federal es manifiesta y nadie la pone en duda y basada en la misma llega a extremos como lo fue en 2009, cuando convocó a sus seguidores en Iztapalapa a votar por “Juanito” y no por la candidata del partido que él representaba y luego obligar al mismo personaje a dejarle el espacio a Clara Brugada.
El Presidente de México se equivoca en muchos renglones que la gente no considera de importancia, malgasta recursos en barriles sin fondo, maltrata a los que se considera sus cercanos, pero enaltece a otros, de los que no cree nada a pesar de la existencia de pruebas, casos concretos Manuel Bartlett Díaz e Ignacio Ovalle, entre otros.
De su popularidad se discrepa mucho, sobre todo porque en el quinto año de gobierno, con excepción de Enrique Peña Nieto, los otros mandatarios mexicanos rondaban la misma cifra. Lo que sí llama poderosamente la atención es que en los tiempos de los otros Presidentes no existían las redes sociales que son indomables.
Fidel Castro, catalogado como un líder de la izquierda internacional, mostró cómo conducirse durante varias décadas que ostentó el poder, sin enfrentar los reclamos que el pueblo le hizo a Hugo Chávez y a Nicolás Maduro, que nunca podrán alcanzar dicha categoría, ya que Fidel ejercía el control y no permitía rebeliones de ningún tipo, como tampoco lo hace López Obrador.
Fidel tenía un departamento ideológico enorme, del que carece AMLO, pero ni eso le impide adoctrinar a sus seguidores.
Será que AMLO sea el verdadero líder que algunos consideran o simplemente se trata de un engañador de la política, como han existido otros, aunque no concentraron el poder que tiene el actual Presidente de México.